ORTEGA Y GASSET, EL TIRANO SUJETO IMPERSONAL


 

 Millones de jóvenes, mujeres y  hombres, son señalados, fuertemente presionados, porque no pueden estudiar ni trabajar. ¿Quién los señala? ¡Yo no!  Todos. La sociedad. Es decir, nadie. Los señala el sujeto impersonal.

¿Quién es responsable de la situación de los jóvenes? La sociedad, ¡nadie!

La sociedad animal dice cómo tienen que vivir las abejas, y no hay vuelta de hoja.

La sociedad humana enseña también cómo tienen que ser las cosas, pero en la perspectiva que el individuo sí le dé la vuelta a la hoja y siga adelante. Es el extraño modo que tiene la sociedad de educar al individuo para que sea libre.

Tan extraño como el niño que va contra su voluntad al Jardín de Niños para que aprenda a ser libre mediante el aprendizaje de la escritura y la lectura. Por eso llama la atención que los jóvenes no puedan estudiar ni trabajar ¡y de lo cual nadie es responsable!

Sólo que la sociedad tiene sus reglas mecánicas, inhumanas, que nos dicen cómo son las cosas o las acciones. Lo dice directamente, mediante reglas. Pero la manera más contundente que tiene de imponerse es mediante lo que se conoce como “presión social”.

Lo que nos acontece no está en nuestras manos, pero sí está en nuestras manos lo que decidamos: “ni siquiera está en nuestra mano no morir dentro de un instante. Pero sí está en nuestra mano el sentido vital de cuanto nos pase, porque eso depende de lo que decidamos ser”(José Ortega y Gasset, El hombre y la gente).

La moda, ya costumbre,  es traer los hombres gorra o cachucha de beisbolistas. Los que no, están en otra frecuencia. Son coetáneos, pero fuera de moda.

Simultáneamente vemos que la moda en el vestir femenino llama la atención de su trasero mediante el recurso de, precisamente, taparse el trasero con una especie de faldón que sobresale, como si la dama estuviera mal fajada.

 Para la segunda semana pocas mujeres  habrán resistido a la presión social. Para la tercera semana las que no llevan la moda tendrán que cargar con la etiqueta (casi estigma) de vestir en la obsolencia o moda victoriana.


DIBUJO TOMADO DEL LIBRO
LA PSIQUIATRÍA EN LA VIDA DIARIA
DE FRITZ  REDLICH,1968
Así es como la sociedad posee un amplio repertorio de cosas tradicionales, propias, en las que el individuo se mueve desde que nace.

Además de  otras cosas recientes bajo la influencia exterior que le llega de otros países, por la industria de la moda comercial, o vía la emigración de los pueblos que se desplazan de país en país y de continente en continente, trayéndonos “su tradición”.

Saludamos, de mano, a conocidos al encontrarnos, como lo hacían los romanos lejanos del imperio, o saludamos ahora con un besito en la mejilla, hombres con hombres, como hacen en algunas regiones de Europa asiática.

Es algo que el mexicano étnico no hace. Y como no se somete a tal ritual  se le tiene todavía como “bárbaro”. Es de los nuestros, se dice, es más, el indio mexicano es nuestra raíz, nuestro origen. Sí, pero el sujeto impersonal lo tiene como algo ajeno a “nuestra sociedad”. Son coetáneos, pero también están  fuera de moda.

El sujeto impersonal es, para Ortega, como un diestro y celoso educador que no da la cara. Nos enseña valiosas lecciones no tanto con la teoría y la retórica sino con la más dura de las praxis. Al presionarnos para que actuemos de tal manera, pone aprueba nuestra voluntad de decisión.

Pero  el sujeto impersonal también es un astuto educador que permanece en el anonimato cuando las cosas no van bien. Guarda silencio, y no se le localiza por ningún lado,  cuando los jóvenes no pueden estudiar ni trabajar y cuando los egresados tampoco pueden encontrar trabajo. O cuando la calle se criminaliza.

“¿Quién es el sujeto y responsable de lo que se hace?-pregunta Ortega-. La gente, los demás, “todos”, la colectividad, la sociedad, es decir, nadie determinado.”

“Todos”, “nadie”, ”la gente”, ”la colectividad”,”la sociedad”,”el mundo”....

Toda esta suma de imposiciones, de los usos de la sociedad, se trata de una lección valiosa de lo que llamamos tradición o herencia.

El que se sale de la tradición  es, como diría Hegel, un pistoletazo fuera de tiempo. Y la sociedad sabia, si se mueve en la sana democracia, acaba buscándole un nichito ahí  donde lo pueda ver.

Le hace un lugarcito en su equipo de gobierno, lo envía de embajador a lejanas tierras o lo anima a que forme un nuevo partido político, etc., para que la protesta sea institucional.

Frente a la tradición el individuo tiene la oportunidad de trabajar por su propio sello a través no del anonimato de “todos” y sí de  hacerse responsable de sus acciones como individuo:

“Al imponer a presión un cierto repertorio de acciones, de ideas, de normas, de técnicas, obligan al individuo a vivir a la altura  de los tiempos  e inyectan en él, quiera o no, la herencia acumulada en el pasado. Gracias a la sociedad el hombre es progreso e historia. La sociedad atesora el pasado.”

La sociedad, “nuestra sociedad”, en la que nos movemos todos los días, es como el axioma de Tucídides: repetir para aprender para remediar. Es decir, para mejorar.

Sigue diciendo Ortega: “Al automatizar una gran parte de la conducta de las personas y darle resuelto el programa de casi todo lo que tiene que hacer permiten a aquella concentre  su vida personal, creadora y verdaderamente humana en ciertas direcciones, lo que de otro modo sería al individuo imposible. La sociedad sitúa al hombre en cierta franquía frente al porvenir  y le permite crear lo nuevo, racional y más perfecto.”

 
ORTEGA

“José Ortega y Gasset (Madrid, 9 de mayo de 1883 – ibídem, 18 de octubre de 1955) fue un filósofo y ensayista español, exponente principal de la teoría del perspectivismo y de la razón vital (raciovitalismo) e histórica, situado en el movimiento del Novecentismo.”WIKIPEDIA

 

 

 

 

 

 

 

 

 

GRAHAM GREENE, UN DÍA GANADO – cuento


 

Fotheringay pensaba viajar desde Dover y alguien le dijo que en avión se ahorraría 24 horas.

¿Para qué en su vida alguien querría ahorrarse un día?

Robinson se llama el alter ego del cuento y relata en primera persona. No se sabe con certeza quién o qué es éste Robinson. Puede ser el alma o el corazón (implantado) de Fotheringay. O el tiempo. Es decir, el apresuramiento que marca la vida de los que vivimos en la ciudad.

Siempre está muy cerca de él, como si fuera su sombra, aunque el mismo Robinson aclara que no es la sombra de Fotheringay.

Robinson nos da una pista de por qué su interés por Fotheringay: “Su importancia para mí estribaba en que llevaba algo que yo deseaba intensa y desesperadamente. Lo llevaba bajo la ropa, acaso en un saquito, en una bolsa, tal vez colgando bajo su piel. ¿Cómo saber cuán astuto puede mostrarse el más ordinario de los hombres? Los cirujanos pueden hacer incisiones agudas. Es posible que lo haya llevado más próximo al corazón que a la superficie de su piel.”

En nuestro siglo esto estaría lejos del  misterio y sí una pregunta de fácil respuesta. ¿Qué es algo que va a todas partes conmigo, esté donde esté, por la noche, dormido, corra entre el lejano bosque nevado, escalando, caminando  el desierto del Bolsón de Mapimí, sentado en la taza del WC o copulando?¡El teléfono celular! Es frecuente ver a la gente  llevar el móvil en una bolsita colgada del cuello, cerca del corazón. Pero en los tiempos de Graham Greene no había móvil, por lo que debemos seguir en la atmósfera del enigma.

Robinson se pregunta varias veces: “¿Un día que se salva de qué? ¿Para qué?”

“Si no se puede morir un día antes o un día después, ¿qué importa a él o a ustedes un día ahorrado?”

Conservar cuidadosamente 24 horas, de las que no se puede escapar, porque de todas maneras hay que vivirlas. Por lo demás ahorrar 24 horas no quiere decir que 24 horas se alargarán a nuestra vida. Sólo se ahorrarán. “No se puede escapar de las 24 horas que uno ha conservado tan cuidadosamente.”

Como un dólar que tenemos en el bolsillo, no se gasta pero tampoco se alarga. ¡No hay plus valía monetaria! O como el que tiene tiempo para jubilarse pero no se jubila y se imagina haber ahorrado 24 horas…

Diógenes Laercio preparando  su lámpara para investigar qué es  eso de ahorrar 24 horas.

Los perros de Schopenhauer observan...Tal vez Diógenes quiera hacer algún experimento y les
arroje un sabroso hueso...
El relato no menciona ninguna clase de determinismo metafísico. Y tal vez es a lo que Greene quiere llevarnos. Este  novelista era diestro en los temas policiacos donde la técnica es sembrar pistas de distracción.

Ahorrar 24 horas no tiene sentido si las gastamos en cuestiones que pronto serán presa de la destrucción y no en cuestiones esenciales. ¡En la plus valía espiritual!

¿Tiene caso ahorrar 24 horas si vivimos en la tremolina de todos los días? Como los perros de Schopenhauer, jugando amigables entre todos, hasta que alguien arroja un hueso en medio de grupo…

¿Puede haber un determinismo laico? ¿Filosófico o, si ustedes quieren, científico?

 Se intuye que nuestros tejidos y nuestro corazón, laten y viven con duración determinada según la vida que llevemos.

 Hasta podría decirse, predeterminada, por nuestra constitución psicofísica heredada.

 Sólo son pistas y más pistas, como en la novela negra.

De alguna manera hay que vivir esas horas: “Puede uno echarlas más y más allá pero deberán ser empeladas en un momento u otro.”

El relato parece tener el siguiente corolario: “…entonces tal vez uno quisiera haberlas empleado inocentemente.”

 
GRAHAM GREENE

“Escritor, crítico y dramaturgo inglés, Graham Greene fue uno de los más conocidos escritores anglosajones del siglo XX, recibiendo tanto alabanzas por parte de la crítica como del público en general. Comenzó a escribir todavía en la universidad -poesía, sin demasiado éxito- y pasó a trabajar para The Times. Su primera novela, Historia de una cobardía, salió a la luz en 1929 y su éxito le permitió dedicarse a la literatura a tiempo completo.”WIKIPEDIA

 

 

 

 

 

 

 

                                                                    

ARISTÓTELES, JUGUEMOS BEISBOL


 

Va la pelota de beisbol desde el pitcher hasta el cátcher. Una escena familiar desde niños que jugamos este deporte.

Aristóteles gusta de las analogías. Luego consideraría otras dos cuestiones: 1) que la pelota podría ser lanzada y,2) ¿quién es el pitcher?

Pitcher, potencia, movimiento o devenir y, cátcher. El cuadro (casi) completo.

La pelota ha viajado desde un estado de reposo, el pitcher, hasta otro estado de reposo, el cátcher. “Todo movimiento supone un primer motor, una cosa movida en un cierto tiempo, a partir de un cierto punto y hacia cierto término.”

¿Dos estados de reposo o es uno?: “No hay más que una actualidad para ambos.”


Aristóteles dice que es un error creer que la potencia es ante todo acto.

Speussipo,uno de los filósofos de su tiempo, aseguraba que el semen es la potencia y de éste viene el hombre. Aristóteles replica que el semen viene del hombre, por lo tanto, el acto viene del acto, el hombre viene del hombre.

Otra analogía:

El niño juega en la playa formando un castillo con la arena.

En niño se convierte en constructor mediante este desarrollo que culmina con la obra.

Pero, ¿de dónde sacó el niño la idea de la construcción? A.N. Whitehead asegura que “de nada no puede venir  nada.” (La función de la razón).

De nada no sale algo: “Todo conocimiento debe apoyarse sobre un conocimiento.” Aristóteles: (Metafísica, libro noveno)

Carl Jung diría que del inconsciente colectivo. Otro que de las caricaturas que ve en la televisión o del Ricardo Corazón de León  de su  libro ilustrado para niños.

Aristóteles anota que la idea preexistía en la mente del niño, como otras cosas que expresan los niños en sus primeros cinco años de edad que dejan sorprendidos a los padres.

Así, de pronto, o de manera tan abrupta, nos vemos metidos en una cuestión sencilla pero, como esas enormes  hamburguesas, que no sabe uno por dónde dar la primera mordida.

En gran medida parece que Aristóteles está hablando de Física, donde examina con motivo de la teoría del movimiento. Pero tiene expresiones como “Es igualmente anterior bajo la relación de la sustancia”. Y recordar que para este pensador existen las sustancias sensibles, materiales, como las esencias inteligibles o eternas: “Por esencia inmaterial entiendo la forma pura.”

Aristóteles menciona lo menos que puede las Ideas de su maestro Platón y hasta las combate. Si bien el concepto parece identificarse con las Ideas platónicas  que Aristóteles llama de variadas maneras tales como, acto, forma, materia, figura, elemento…Todo ellos valores sustantivos, esenciales, ideales.

En el pitcher y en el  niño hay un ser en acto que tiene la potencia para llevar a cabo algo que culminará en acto. ¿Cómo es esto? Tenemos dos actos, el primero atemporal porque preexiste no sabemos desde cuándo.
"
Esencia inmóvil" le dice Aristóteles. Lo que no cambia pero que tiene la potencia de hacer cambios en la sustancia sensible." Esa sustancia sensible que es susceptible de mudanzas."

Algo que a Schopenhauer le gustaría mucho cuando Aristóteles llama Voluntad al ser que tiene potencia de realizarse: “La voluntad realizándose sin encontrar ningún obstáculo exterior.”
¿Aquí empieza todo?

Y el segundo acto sensible, o material, que se hace presente, u obvio, con la culminación de la obra, llega la bola al cátcher, o la culminación del castillo de la arena de la playa.

En el libro noveno de su obra citada, Aristóteles señala que “el acto es lógicamente anterior a la potencia, pero posterior en el tiempo.” Con esto nos dice que en realidad sólo hay un acto. El mismo que está antes del desarrollo.

No olvidar que la filosofía de este pensador es reiterativa en la unidad, no en la diversidad. En el individualismo, como base de la diversidad, no de donde parte la abstracción disgregadora.

Es el acto que está antes del desarrollo (sino quién iba a impulsar el desarrollo, movimiento o devenir) Y es el mismo que está al final del proceso. Para que exista la potencia  tiene que haber un ser que pueda desarrollarla, como el escritor trabajando en su novela: “Un ser tiene la potencia” dice Aristóteles.

"En el origen de todas las cosas está  la actividad, el acto puro.Esta acción es al propio tiempo sustancia, Dios."(libro duodécimo)

No se entendería sino vemos que es acto supratemporal, eterno, y a la vez sensible o material.  Aristóteles, reiteramos, dice que para ayudarnos nosotros mismos a entender estas cuestiones, “debemos a veces contentarnos con analogías”.

En su estudio introductor de la Metafísica, Francisco Larroyo anota de Aristóteles, la analogía del polluelo, al decir que una cosa susceptible de transformarse en otra se halla en potencia y una vez trasformada se encuentra en acto: “El huevo se convierte en polluelo y éste en ave. El polluelo respecto del huevo se encuentra en acto, por su parte, el polluelo es una ave en potencia, esto es, capaz de convertirse en plumífero.”

En el último acto, el que corresponde a la causalidad, a lo material, podemos seguir el desarrollo lógico ya anotado de un ser que tiene una idea en potencia para desarrollar y, su culminación.

 Como el rollo de la película de John Wayne que vemos en el cine: en una sucesión simultánea de primero un cuadrito del celuloide y después otro cuadrito.

En el acto metafísico, en cambio, sería como si tuviéramos todo el rollo extendido ante nuestros ojos y de un solo vistazo viéramos todo el proceso, en el que no habría principio ni fin sino todo de una sola vez. Esto es,  un mismo acto al principio del (la pelota en el aire) movimiento y cuando llega al cátcher.

Aristóteles parece renuente a las abstracciones del tiempo físico, ese que mencionamos de la película de un cuadrito  y luego otro cuadrito. En su lugar se pronuncia por fundir el proceso (de acto, potencia, devenir, efecto  y acto) en un solo acto, cuando declara que el acto supremo es movimiento: “el movimiento parece ser el acto por excelencia.”

Podemos complicarla un poco más, para insomnes que ya se cansaron de ver el televisor:

El Ser, el pitcher, que fue el que puso todo en movimiento, está referido al No-Ser, que a su vez está referido al  Ser:

"Todo proviene del Ser; pero, sin duda, del ser en potencia, es decir, del no-ser, en acto." 

Los que leen la Biblia lo entenderán mejor: “La tierra estaba desierta y sin nada, y las tinieblas cubrían los abismos mientras el espíritu de Dios aleteaba sobre la superficie de las aguas.”(Génesis 1,1)

Aristóteles lo dice así: “…el no-ser es el fondo de lo que deviene, o llega a ser en el sentido propio de esta expresión.”

Algunos pensadores en la antigüedad, como Heráclito, contemporáneos de Sócrates, admiten solamente el devenir, el movimiento, la pelota, que va por el aire, con lo que se niega toda noción del Acto, del Ser. Nadie sabe de dónde salió la pelota y nadie sabe a dónde irá a parar.

Para otros, entre ellos Aristóteles, todo debe tener un principio, un pitcher, y un final, el cátcher:

"Se caminaría hasta el infinito, si lo que viene a ser fuese...es preciso pues parar."

Teniendo presente que el pitcher no es una abstracción, ni el cátcher tampoco es otra abstracción. Toda la jugada es unidad, un todo. Y en esto está incluido el equipo completo del club. Y desde luego el equipo contrario, con lo que se tiene completo el temas de los contrarios.

De ahí que la excelencia de la cultura occidental sea el Devenir, así entendido, y Jean Wahl lo rescata de Hegel: “Según Hegel Devenir es la síntesis del Ser.”

Los contrarios, la belleza de la cultura occidental, son el Romanticismo y el Laicismo positivo. En otras palabras, fe y razón. Pero, como los equipos en el campo de beisbol, todos hacen el conjunto, por más que unos y otros se saquen la lengua.

Esto, que parece todo un lío de la episteme, del conocimiento filosófico de instituto, es, en cambio, naturalmente muy sencillo.

Puede comprobarlo usted mismo la próxima vez que vaya de vacaciones al mar y vea a su hijo  en la playa construyendo  un castillo.

O en el próximo partido de beisbol vea  al pitcher lanzando la pelota.

 
ARISTÓTELES

“Aristóteles (en griego antiguo Ἀριστοτέλης, Aristotélēs) (384 a. C.-322 a. C.)1 2 fue un polímata: filósofo, lógico y científico de laAntigua Grecia cuyas ideas han ejercido una enorme influencia sobre la historia intelectual de Occidente por más de dos milenios.”WIKIPEDIA

H.JAMES, HISTORIA DE UNA OBRA MAESTRA, novela



 

Mr. Lennox apuñala el retrato magnifico de Marian Everett, que en breve va a ser su esposa. A través de la pintura descubre que la bella mujer no tiene la probidad que él esperaba de ella.

Igual que Dorian Grey apuñaló su propio retrato que llevaba el registro metafísico de todas sus perversidades.

Por algunas misteriosas razones estos retratos, verdaderos avatares de sus respectivos dueños, cargan con esas aberraciones morales.

La pregunta que subyace en la novela de H. James (hermano del célebre filósofo norteamericano  William James) es con quién nos casamos cuando vamos con el sacerdote, los creyentes, o bien con el juez, los laicos.

Por lo general nos casamos con la virtud, no con la no- virtud. Y éste, casarse con la virtud, es el origen de que las mesas de los juzgados estén repletas de solicitudes de divorcio.

Tantos  que, para darse abasto, y como próspero negocio, en los últimos tiempos está  la figura de “divorcio exprés”. En los postes de la luz, paredes de puestos de tacos y vagones del metro, se ven ofertas como esta: “Divorcios inmediatos por 800 pesos y el resto lo paga en cómodos plazos.”

Los matrimonios para siempre, en esta vida, y para toda la eternidad después, tiene la característica que se casan con las virtudes y con los defectos, vamos a decirle así, a las manifestaciones psicofísicas de la condición humana.

Para siempre no se piense  en una relación de amonita fosilizada, sino que “el amor tiene que renovarse todos los días” dijo el Papa Francisco, el 15 de febrero del 2016 en el estado de Chiapas, México.

Relaciones de humanos con pleitos de pareja, chismes de algunas suegras y algún plato que vuela con intención punitiva. Pero al final restablecer la calidez del hogar porque de otra manera, a la mañana siguiente, las paredes de esa casa empezarán a enfriarse, agregó en esa ocasión el Papa.

Aristóteles coincide con el Papa (en el libro undécimo capítulo cinco de su Metafísica) al hablar de los axiomas: "...los que quieren conversar entre sí deben comprenderse, porque ¿cómo puede sin esta condición haber entre ellos comunicación de pensamientos?"

En los matrimonios para siempre hay, de alguna manera,  la intuición que los hombres no somos los  únicos que tenemos halitosis, ni descalcificaciones en los huesos.

Los matrimonios de recambio, en cambio, son propios de los novios que se casan con la virtud. Sólo que  la virtud, nada más, la virtud, no es de humanos. En la búsqueda  de su amada Blanca Nieves se casan  con la perfección,con las entelequias o con las mónadas, pero no con las mujeres humanas.


 
 
Ese es el fondo de Historia de una obra maestra.

John Lennox, viudo rico y culto, cono ce a la hermosa Marian Everett, de edad casadera, que le corresponde porque también lo quiere sinceramente y porque, un matrimonio así, la sacará de la  situación económica  precaria en la que se encuentra.

La fecha de la boda está fijada. Entre tanto Charles Baxter, un pintor de mucho mérito artístico, le hace un retrato, una verdadera obra maestra.

 Cuando Lennox ve la pintura queda encantado. Pero la figura tiene algo que lo empieza a inquietar.

Investiga y llega a descubrir que su prometida y el pintor habían tenido una aventura algún tiempo antes en Paris. Por eso el pintor conocía tan bien a la muchacha. No tuvo la idea  de destacar en el lienzo su alma un tanto turbia de la muchacha, sólo su mano con el pincel se movió de manera inconsciente.

Pero, a la sazón  no hay nada entre ellos. El pintor tiene  una pareja y Marian Everett ya no se inquieta por el pintor.
casarse con un entelequia

Las entelequias no tiene halitosis ni sufren descalcificación en los huesos

El dilema está ahora en John Lennox, que lucha contra aquella desazón que le ha causado el haber descubierto que su prometida no es la pureza que había imaginado.

 Vaga solo por las calles e incluso, como esta novela fue escrita en el siglo diecinueve, el siglo en que los enamorados desengañados hasta se suicidaban, también Lennox piensa en un momento en quitarse la vida.

Así de intenso es el sentimiento de desencanto. Escribirá su testamento en favor de su prometida, pues por nada la quiere dejar desprotegida en los aspectos materiales, y, ¡adiós!

Pero no hace tal cosa. Se le ve volver a su mansión, va a la sala donde está la pintura de Marian, saca una daga y empieza a tasajearla hasta la total destrucción de la tela.

Después de eso se siente totalmente aliviado de sus temores. La condición morbosa no era de parte de Marian, sino de él que soñaba con una entelequia y no con una mujer humana.

Su pensamiento fue el siguiente: “se había confundido con ella y la había sobrevalorado y  la culpa era suya, y era injusto hacerla pagar por su error. Cualesquiera que fueran sus defectos, eran profundamente involuntarios, estaba claro que sus intenciones eran buenas para con él. No sería una compañera pero al menos sería una esposa fiel.”

En breve se casaron y las relaciones ahora fueron más maduras.

 A diferencia del final de retrato de Dorian Grey, que el cuchillo acaba con su dueño, aquí el cuchillo fue como un bisturí que extirpó el mal de Lennox.

 
H.James

“Henry James (Nueva York, 15 de abril de 1843 – Londres, 28 de febrero de 1916) fue un escritor y crítico literario estadounidense (aunque pasó mucho tiempo en Europa y se nacionalizó británico casi al final de su vida) de finales del siglo XIX y principios del XX, conocido por sus novelas y relatos basados en la técnica del punto de vista, que le permite el análisis psicológico de los personajes desde su interior. Fue hijo de Henry James Sr. y hermano menor del filósofo y psicólogo William James.” WIKIPEDIA

 

 

ARISTÓTELES, ERROR DIDACTICO


 

Tropezamos en la calle y nos damos cuenta, hasta entonces, que caminar bien es todo un acierto. Y los que nos ven caer ríen, como una manera misteriosa de darse a entender que también ellos entendieron que caminar normalmente es una cosa extraordinaria.

Sin el tropiezo no estamos conscientes de lo anterior porque la rutina nos vela semejante armonía. De ahí  que algunos filósofos sostengan que el error es altamente didáctico.

Pero, ¿ese error de dónde salió o por qué se hizo presente?

Bergson, en su obra La risa, documenta las enseñanzas que nos deja el error. Pero ya desde los antiguos griegos se ocuparon de este asunto como algo cuyo impacto nos deja una lección. Jean Wahl, filósofo marsellés del siglo veinte, anota que: “Una de las metas de Sócrates  y Platón fue mostrar la posibilidad del error, pues sólo si es posible el error, es posible el auténtico conocimiento en oposición a él.”(El camino del filósofo). 

Es el "juego" de la alteridad contra fenomenología. La alteridad provoca el cambio y asegura el devenir, sea positivo o negativo. Pero la alteridad que se prolonga es el caos. A semejanza de un sismo, en suelo blando, de 7 grados Richter, con duración de 10 segundos, y otro, de la misma intensidad, de 5 minutos... 

Esta valiosa yuxtaposición dialéctica se ajusta a infinidad de situaciones para descubrir por contraste la realidad. Cuando, por alguna razón, tiene lugar lo irregular en nuestra vida, nos damos cuenta que la existencia sigue un ritmo regular.

 “Sólo por la ley de causalidad, que es una regla según la cual los estados se suceden unos a otros, se puede conocer la objetividad de un cambio.”(Schopenhauer, La cuádruple raíz del principio de razón suficiente)

Semejante situación es cuando en religión hablamos de milagros, según apunta Jean Wahl: “Si creían en milagros es porque también creían en un curso regular de la naturaleza.” (El camino del filósofo)

Decimos que hubo un sismo porque lo habitual es que no haya sismos. Nunca decimos: hoy no tembló.

Pero no hay que ir hasta la biblioteca para poder ver de cerca la idea que Platón tenía de eso que llamamos relaciones entre los individuos. Los que han tenido la desgracia de vivir cerca de un mal vecino, o un mal compañero de trabajo, tienen la prueba, sigue apuntando Wahl, de lo que enseñaba Platón: “La teoría de las relaciones de Platón debe considerarse, pues, como una teoría de relaciones reguladas, opuestas no menos a las relaciones caóticas.”

Precisamente el leit motiv de los guiones para la televisión, que están escritos para las telenovelas de las abuelitas, trascurre todo un año o dos o tres, en relaciones caóticas, siempre manteniendo la esperanza en el espectador que todo eso se aclare y vuelvan las relaciones a su ritmo regular.

Nada nos hace pensar más en la normalidad que cuando uno de nuestra familia padece un síndrome.

Toda adrenalina que se genera cuando escalamos es porque tenemos la intuición que nos movemos en la dimensión del no-ser. Y cuando  de regreso en el valle  enrollamos la cuerda, para meterla a la mochila, hay plena conciencia que todavía estamos en el ser. ¡Hemos escapado del accidente!

El accidente es valioso como un tornado en el desierto. Amargo, es verdad, como una  excelente pero amarga medicina. Nos obliga a tomar en cuenta lo que no hubiéramos considerado en condiciones normales. Seguramente lo más valioso, como son  las condiciones normales.

O tener conciencia del ser. Porque el estar en el área de influencia del tornado en el deserto, en treinta segundos más puedo ya no-ser.

Así es como el accidente enseña el inmensurable valor de lo ordinario, lo que sucede siempre. Los que se aburren de tedio no están conscientes que se encuentran lejos del accidente. No están consciente que, al menos por ese día, son los favoritos de la fortuna. Ana Karenina y Madame Bovary se aburrían de su vida sin sobresaltos…

Aristóteles es reiterativo en el sentido del sujeto y el atributo. El tornado  en el desierto (como las cosas) no es en sí ni bueno ni malo, sólo una combinación de fuerzas físicas, frío y caliente. Pero yo como sujeto le atribuyo una fuerza destructora, o benéfica, para mí. Y eso me hace pensar en que lo accidental es la excepción, porque lo llevo a la escala humana.

Si tenemos ánimos para complicar un poco este tema, diremos que la misma regularidad da la posibilidad de la irregularidad. Como en el caso de las dos mujeres de las novelas  mencionadas.

La contra tesis sería Salambó, de Flaubert. Una mujer que quiso vivir en la normalidad y ésta le fue negada.

Tan sencillo como el semáforo de la esquina me advirtiera que no es todo luz verde, sino también está la roja. Que no todo es analogía pues la heterogeneidad se puede presentar.

Aristóteles se refiere al azar como accidente porque se sale de lo ordinario. Pone el ejemplo del árbol: “Supongamos que cavando un hoyo para poner un árbol se encuentra  un tesoro. Es accidental que el que cava un hoyo para poner un árbol se encuentre un tesoro, porque ni es lo uno consecuencia ni resultado necesario del otro, ni es ordinario tampoco  que plantando un árbol se encuentre un tesoro.”

En tanto que nuestra existencia trascurre normalmente, causalmente, es decir, que una causa lleva a un efecto y este a su vez se convierta en causa de otro efecto, etc., por ahí, en algún lugar, empero, está la posibilidad de lo anormal. Aristóteles dice que lo casual (no lo causal) está en potencia. Todavía no es, pero puede llegar a ser.
NO HA SUCEDIDO PERO PUEDE SUCEDER, O NO.

Dibujo tomado del libro La psiquiatría en la vida diaria,
de Fritz Redlich, 1968

La mosca no cae en la telaraña pero puede caer, porque están las condiciones dadas para que caiga, es decir, está la telaraña. Pero si no estuviera la telaraña tampoco habría la condición de potencia.

De ahí que Aristóteles apunte este razonamiento sencillo pero que parece, a primera vista, sacado del misterio cabalístico: “Poder existir es no existir aun; puesto que lo que deviene o llega a ser es lo que no era o existía, y que nada deviene o llega a ser sino tiene la potencia de ser.”(Metafísica, libro tercero)

La filosofía se ocupa de las cosas que nos suceden, o que pueden sucedernos, cada día de nuestra vida. No nos habla de cosas que suceden en otro planeta. Sólo de lo que está frente a nuestras narices. Pero que no vemos. Vemos las cosas pero no sabemos leer lo que nos dicen. Como el que ve una roca sin ser geólogo… O ve una película sin títulos y desconoce el idioma que están hablando.

Y para complicarla un poco más, lo casual, el accidente, no tiene naturaleza tan autónoma como pareciera. Varios pensadores, por no decir muchos, coinciden con Wahl quien anota que “Nada existe en aislamiento. Todo está relacionado”.

Platón con su idea de las relaciones se aleja de lo abstracto. Plotino con su teoría de lo Uno y su necesidad para evitar el caos. Hegel tiene la idea integracionista del universo. Leibniz piensa en El mejor de los mundos posibles.

Desarrollar esta idea que habla de la abstracción y  parece salirse de la causalidad, pero que en realidad no se sale, nos llevaría muy lejos. Nos limitaremos a mencionar de pasada lo que al respecto anota Schopenhauer cuando dice que los fenómenos se pueden suceder unos a otros sin resultar unos de otros, esto es, sin estar unidos por la ley de causalidad.

Pone un ameno ejemplo. A los alpinistas esta analogía, que sigue, nos resulta familiar porque al ir escalando una roca se precipita y viene directo sobre nuestras cabezas. Nos hacemos esta reflexión: esa roca tiene millones de años ahí y precisamente en este día, en esta hora y en este segundo tuvo que desprenderse sobre nosotros.

Schopenhauer habla de una teja que golpea su cabeza: “Salgo de mi casa, y me cae una teja, y me hiere: entre mi salida y la caída de la teja no hay relación causal alguna. Sin embargo, el hecho de que mi salida preceda  a la caída de la teja, en mi inteligencia se presenta como absolutamente objetivo, y no subjetivamente, esto es, dependiente de mi voluntad, que hubiera dispuesto las cosas de otra manera.”(La cuádruple….)

Los filósofos son los obreros que se afanan todos los días en poder ver, y en tratar de hacernos ver, eso que sucede todos los días. Por desgracia para la humanidad, las revistas y los libros de filosofía todavía no se venden en las carnicerías ni abundan en las mesitas de las peluquerías.

Con esto de la potencia y el acto, de lo que no ha sucedido pero que puede suceder, parecía que nos lleva a un cuadro de  paranoia. Todo lo contrario. La filosofía de Aristóteles apunta en una sola dirección, y es que la vida está en la perspectiva del bien.

Si un helicóptero cae y aplasta a alguien, o si otro se saca la lotería, lo que nos está diciendo es que los helicópteros regularmente no se caen, ni todos nos sacamos la lotería.

La vida tiene otro ritmo. Tiene ritmo.

 
ARISTÓTELES

Aristóteles (en griego antiguo Ἀριστοτέλης, Aristotélēs) (384 a. C. – 322 a. C.)1 2 fue un polímata: filósofo, lógico y científico de la Antigua Grecia cuyas ideas han ejercido una enorme influencia sobre la historia intelectual de Occidente por más de dos milenios.1 2 Aristóteles escribió cerca de 200 tratados (de los cuales sólo nos han llegado 31) sobre una enorme variedad de temas, incluyendo lógica, metafísica, filosofía de la ciencia, ética, filosofía política, estética, retórica, física, astronomía y biología.1 Aristóteles transformó muchas, si no todas, las áreas del conocimiento que tocó. Es reconocido como el padre fundador de la lógica y de la biología, pues si bien existen reflexiones y escritos previos sobre ambas materias, es en el trabajo de Aristóteles donde se encuentran las primeras investigaciones sistemáticas al respecto. WIKIPEDIA

 

 

 

 

 

TRAVESIA EN LA SIERRA DE LAS NAVAJAS,HGO. MÉXICO


 

Es la travesía inaugurada por los guías alpinos de Pachuca, en los años cincuenta del siglo veinte.



Son 32.56 kilómetros en la línea recta del mapa, de Real del Monte a Tulancingo.

 

Cerro las Navajas 3180 20°05′00″N 98°33′00″
Raúl Pérez, escalador de Pachuca fue, hasta donde sabemos,  el primero que tuvo la idea de efectuar esta travesía con la concepción alpina. Era caminando, literalmente, a partir de Real del Monte hasta Tulancingo, en dirección E-S-E.

Real del Monte
Raúl  Pérez eran un montañista muy resistente y con él realicé también, caminando, la primera travesía alpina Pachuca-Frailes, pasando por Capula, cuando todavía no había carretera, ni siquiera de terracería, de Chico a Capula. Fuimos por los viejos senderos indígenas y mineros.

Todo grupo que en esos años iba a escalar Peñas Cargadas salía caminando desde  el Real del Monte. Estaba el camino de terracería que comunicaba con Tezoantla pero no había trasporte público. De modo que quien pensara en la travesía en la Sierra de las Navajas tenía que  empezar caminando desde Real del Monte.

Un día del mes de mayo de 1953 salimos Raúl Pérez y yo de Real del Monte y empezamos a caminar hacia el este, pasando por Tezoantla, Peñas Cargadas, caserío El Guajolote y finalmente internarnos en las Navajas. Era la primera travesía  alpina y teníamos claro el rumbo general pero no así por dónde   abordar los lugares que íbamos encontrando ya en metidos en la Sierra.

Ubicación de la zona con relación al Valle de Mexico
La primera noche pernoctamos en el valle de Peñas Cargadas. Por la mañana subimos una colina somera y descendimos, siempre hacia el este, hasta llegar a El Guajolote, que entonces se componía de dos o tres casas. Desde ese lugar se ve el lado oeste de la Sierra y las dos cumbres características de El Jacal, en primer lugar. Es decir en el lado oeste y El cerro Horcones, en el noreste, con relación a El Jacal.

 Ya metidos en las cañadas pasamos   otras dos noches. Cruzamos por el centro de las cañadas. Que son tres con varias subcañadas. Fuimos por las bases de El Jacal y la del Horcones (3,180 m.s.n.m.) aunque esto nos desvió un poco hacia el norte luego rectificamos el rumbo hacia el E-S-E.

Eran los tiempos dorados en los que todavía se podía oír, en algún lugar de lo profundo de las cañadas, algún lobo o coyote y encontrarse en el día con algún venado. No conocíamos en México las tiendas de campaña ni las bolsas de dormir. Sólo llevamos cobijas.


Plano general de la travesía
 Cuando nuestros amigos escaladores  de Pachuca estaban por organizar una partida, de búsqueda y salvamento, aparecimos en el Reloj de Pachuca.

Peñas Cargadas. El dibujo muestra una de las maneras de superar
la "bola" cimera.
Después he realizado esa travesía en varias ocasiones, tal vez diez. Tres con mis dos hijos de 9 y 12 años de edad. Lo anterior para dar a entender que caminar por esas apartadas sierras inspiraba plena confianza, respecto de las  condiciones en las que se encontraba la sociedad.

Primera etapa de la caminata en el Valle de
Peñas Cargadas
En dos ocasiones con escaladores, sólo con la idea de escalar, en El Jacal y El Horcones. Pasamos tres días y regreso a Peñas Cargadas. Ahora ya con tiendas y equipo moderno de escalada. Son paredes cortas pero muy variadas.

 Una de esas travesías fue con un grupo numerosos, en 1974, como Preselección Nacional oficial para después dirigirnos al filo noreste del Aconcagua, en la República Argentina. Eran 30 montañistas de lo más resistente (como era una Preselección Nacional eran los más resistentes, de los resistentes, de cada uno de los estados participantes, pues ya venían seleccionados)y en un solo día fuimos de Peñas Cargadas a la ciudad de Tulancingo. De todos modos fue un esfuerzo extraordinario y alcanzamos las calles de Tulancingo arrastrando la cobija, literalmente.

En otra ocasión rodeamos  (Javier Mendoza y escaladores del Club Alpino Pollinos, de México)la Sierra de las Navajas, saliendo de Peñas Cargadas (1)por sus estribaciones del norte, y a partir del Zambo (2) caminamos hacia el este, llegamos a Acatlán  y luego al sur hasta Tulancingo. Fue una caminata de varios días.



Plano tomado del libro La hacienda de Hueyapan, de Edith Boortein Couturier
Secretaría de Educación Pública, 1976
 

Caminata de la Preselección Nacional
En las dos últimas veces que he vuelto con otros montañistas, a la travesía completa como se señala,  las condiciones son diferentes. Con terrenos fraccionados y cercados en las estribaciones occidentales de la Sierra. Y no lejos del valle de Peñas Cargadas un pueblo nuevo ha aparecido y crecido.

 

Justificación de la página

La idea es escribir.

El individuo, el grupo y el alpinismo de un lugar no pueden trascender si no se escribe. El que escribe está rescatando las experiencias de la generación anterior a la suya y está rescatando a su propia generación. Si los aciertos y los errores se aprovechan con inteligencia se estará preparando el terreno para una generación mejor. Y sabido es que se aprende más de los errores que de los aciertos.

Personalmente conocí a excelentes escaladores que no escribieron una palabra, no trazaron un dibujo ni tampoco dejaron una fotografía de sus ascensiones. Con el resultado que los escaladores del presente no pudieron beneficiarse de su experiencia técnica ni filosófica. ¿Cómo hicieron para superar tal obstáculo de la montaña, o cómo fue qué cometieron tal error, o qué pensaban de la vida desde la perspectiva alpina? Nadie lo supo.

En los años sesentas apareció el libro Guía del escalador mexicano, de Tomás Velásquez. Nos pareció a los escaladores de entonces que se trataba del trabajo más limitado y lleno de faltas que pudiera imaginarse. Sucedió lo mismo con 28 Bajo Cero, de Luis Costa. Hasta que alguien de nosotros dijo: “Sólo hay una manera de demostrar su contenido erróneo y limitado: haciendo un libro mejor”.

Y cuando posteriormente fueron apareciendo nuestras publicaciones entendimos que Guía y 28 son libros valiosos que nos enseñaron cómo hacer una obra alpina diferente a la composición lírica. De alguna manera los de mi generación acabamos considerando a Velásquez y a Costa como alpinistas que nos trazaron el camino y nos alejaron de la interpretación patológica llena de subjetivismos.

Subí al Valle de Las Ventanas al finalizar el verano del 2008. Invitado, para hablar de escaladas, por Alfredo Revilla y Jaime Guerrero, integrantes del Comité Administrativo del albergue alpino Miguel Hidalgo. Se desarrollaba el “Ciclo de Conferencias de Escalada 2008”.

Para mi sorpresa se habían reunido escaladores de generaciones anteriores y posteriores a la mía. Tan feliz circunstancia me dio la pauta para alejarme de los relatos de montaña, con frecuencia llenos de egomanía. ¿Habían subido los escaladores, algunos procedentes de lejanas tierras, hasta aquel refugio en lo alto de la Sierra de Pachuca sólo para oír hablar de escalada a otro escalador?

Ocupé no más de quince minutos hablando de algunas escaladas. De inmediato pasé a hacer reflexiones, dirigidas a mí mismo, tales como: “¿Por qué los escaladores de más de cincuenta años de edad ya no van a las montañas?”,etc. Automáticamente, los ahí presentes, hicieron suya la conferencia y cinco horas después seguíamos intercambiando puntos de vista. Abandonar el monólogo y pasar a la discusión dialéctica siempre da resultados positivos para todos. Afuera la helada tormenta golpeaba los grandes ventanales del albergue pero en el interior debatíamos fraternal y apasionadamente.

Tuve la fortuna de encontrar a escaladores que varias décadas atrás habían sido mis maestros en la montaña, como el caso de Raúl Pérez, de Pachuca. Saludé a mi gran amigo Raúl Revilla. Encontré al veterano y gran montañista Eder Monroy. Durante cuarenta años escuché hablar de él como uno de los pioneros del montañismo hidalguense sin haber tenido la oportunidad de conocerlo. Tuve la fortuna de conocer también a Efrén Bonilla y a Alfredo Velázquez, a la sazón, éste último, presidente de la Federación Mexicana de Deportes de Montaña y Escalada, A. C. (FMDME). Ambos pertenecientes a generaciones de más acá, con proyectos para realizare en las lejanas montañas del extranjero como sólo los jóvenes lo pueden soñar y realizar. También conocí a Carlos Velázquez, hermano de Tomás Velázquez (fallecido unos 15 años atrás).

Después los perdí de vista a todos y no sé hasta donde han caminado con el propósito de escribir. Por mi parte ofrezco en esta página los trabajos que aun conservo. Mucho me hubiera gustado incluir aquí el libro Los mexicanos en la ruta de los polacos, que relata la expedición nuestra al filo noreste del Aconcagua en 1974. Se trata de la suma de tantas faltas, no técnicas, pero sí de conducta, que estoy seguro sería de mucha utilidad para los que en el futuro sean responsables de una expedición al extranjero. Pero mi último ejemplar lo presté a Mario Campos Borges y no me lo ha regresado.

Por fortuna al filo de la medianoche llegamos a dos conclusiones: (1) los montañistas dejan de ir a la montaña porque no hay retroalimentación mediante la práctica de leer y de escribir de alpinismo. De alpinismo de todo el mundo. (2) nos gusta escribir lo exitoso y callamos deliberadamente los errores. Con el tiempo todo mundo se aburre de leer relatos maquillados. Con el nefasto resultado que los libros no se venden y las editoriales deciden ya no publicar de alpinismo…

Al final me pareció que el resultado de la jornada había alcanzado el entusiasta compromiso de escribir, escribir y más escribir.

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