J.ORTEGA Y GASSET EN TRADICIÓN Y EMANCIPACIÓN


Tradición y emancipación es una antinomia compleja sólo en apariencia. Es una secuencia partida artificialmente  en dos.

La emancipación natural es cuando la hija o el hijo deciden casarse o unirse. Se van y hacen su vida aparte. A su gusto, a sus posibilidades. Repiten los mismos valores culturales o los cambian.

En cualquier caso, si los repiten o los cambian y si los cambian y más tarde regresan a los mismos, ya están decidiendo por ellos mismos. Ya están viviendo su emancipación.

Como las naciones que regresan a su ancestral modo de ser, también están en la autodeterminación.

Lo que está en juego en  esos cambios, o en  esas permanencias, no es cosa de recorrer fronteras o cambiar los bártulos a otra casa, es el nivel moral.

Si el hijo alcanza un nivel económico, y se independiza, y se va a vivir solo, puede darse el caso, muy frecuente, que se esté   decidiendo por la cultura del bienestar, no por la razón vital. Los motivos son más utilitaristas que  esenciales.

En un mundo fenomenológico uno es la consecuencia de lo otro. Como las bolas de billar que son causa y efecto para convertirse, la  bola siguiente, a su vez en efecto y después en causa de otro efecto.

Hay secuencia, consecuencia, no aleatoriedad. Los trabajos de una expedición alpina, en su asalto a la montaña, no empiezan en el Campamento 3 sino desde el Campamento Base. Aun los escaladores en solitario salieron de una tradición alpina, no de la generación espontánea.

Nadie se independiza de la nada. Solamente hay independencia de una dependencia.

La emancipación, como la presenta alguna literatura, no es secuencia fenomenológica, sino de rompimiento con la tradición y se esgrimen los más variados argumentos.

La aparente antinomia consiste en que en tanto no se independice, el individuo será una especie de esclavo.

Dibujo tomado del libro La psiquiatría en la vida diaria de Fritz Redlich, 1968.

Fichte dice que “Quien deja que le manden, no tiene yo ni cree en un yo dentro de sí mismo.” En este mundo de las dependencias intrínsecas y extrínsecas, sólo individuos como Schopenhauer  no dependen de nadie.

La otra cara de la antinomia es en lo que dice Herman Nohl: “Sólo mediante obediencia se llega a toda clase o rango de moralidad.” (Introducción a la ética)

 Dependencia –independencia es un binomio necesario en filosofía donde toda  existencia depende de su contraparte. Si hay arriba es que hay abajo, si hay movimiento es que hay permanencia, etc.

Normas y conceptos fijos que ya estaban ahí mucho antes de que naciéramos. Este entramado de solidaridad, resultado de la prueba y el error, se deja de lado a cambio de la mencionada cultura del bienestar llamada autodeterminación.

 Pero sólo para ir a vivir a otro modo de dependencia: “ningún individuo, ninguna clase, ninguna generación, se liberta si no se sabe ligado en un modo nuevo  y con vínculos más fuertes”, agrega Nohl.

Per Gynt rompió con la tradición sedentaria de su aldea y se fue a vivir al mundo. Cincuenta años vivió su autonomía. Anciano ya regresó a buscar reincorporarse a la tradición de su aldea, a la solidaridad de su gente, al amor de una mujer y a todas esas cosas y valores  que se agrupan bajo la palabra “tradición”.

El nuevo modo de la leyenda de esa antinomia de tradición y emancipación se conoce en el mundo bajo el lastimoso modo del éxodo. Por una y mil razones, todos los países albergan gente que vienen de otros países. Algunos se quedan a vivir para siempre. Pero todo el que puede regresa, como regresó Per Gynt.

Las naciones mismas, que por grado o por fuerza, experimentan otro estilo de vida, buscan regresar a sus orígenes. En los últimos dos siglos hay tanto ejemplos de ello, que corren en baladas y en films, que ya hasta se volvieron lugares comunes y ni para que volver a mencionarlos.

Como sea, parece que esta antinomia de tradición y emancipación es una vieja película de la humanidad. Ya en el siglo cuarto de nuestra era San Agustín escribió que: “resulta  deforme toda parte que no se conforma con su todo.”  Confesiones.

José Ortega y Gasset, que vivió en el siglo y en el lugar de los cataclismos, escribe en su obra El tema de nuestro tiempo: “Es evidente que el próximo futuro nace de nosotros y consiste en la prolongación de lo que en nosotros es esencial y no contingente, normal y no aleatorio.”
 
Ortega
  "José Ortega y Gasset (Madrid, 9 de mayo de 1883 – ibídem, 18 de octubre de 1955) fue un filósofo y ensayista español, exponente principal de la teoría del perspectivismo y de la razón vital (raciovitalismo) e histórica, situado en el movimiento del Novecentismo" wikipedia.



VOLVER A CONTAR LA VIDA: GOETHE


Se ha escrito tanto que mejor dedicarse a carpintero o alguno de esos oficios nobles que son útiles para la gente. Manejar un taxi o vender tacos en la esquina.

¿Conoces Snaketown?

Preguntó mi compañero de cordada cuando hacíamos el tercer vivac en la cumbre de la Colorada, frente a la pared de las Goteras,  Sierra de Pachuca, Hidalgo, México.
Al fondo la  pared sur de la Colorada

¿Snaketown, qué es eso?

Un lugar al sureste de Phoenix, Arizona, Estados Unidos. El hogar de la etnia  hohokam.

No.

¿París, Washington, Buenos Aires? No conoces nada. Recurriendo a la teoría de Berkeley te preguntaría quién puede asegurarnos que Paris o Buenos Aires existen en la realidad. Hay que cerciorarse.

Millones de individuos han ido a esos lugares.

Millones de estrellas brillan en el cielo que no existen. Miles han subido al Aconcagua y se han escrito libros sobre ellos. Pero, ¿es cierto? También sobre Yoknapatawpha se han escrito libros...
Dicen que hay cinco contenientes pero tú no los conoces. ¿Cómo puedes estar seguro que Teotihuacán existe? Por más que se diga que es la ciudad más deslumbrante del Altiplano Mexicano de los tiempos precristianos. Sería el segundo Yoknapatawpha. El primer Yoknapatawpha de los arqueólogos de la cultura mexicana se llama Aztlán...

Shangrilá sólo existe para el que cree en Shangrilá.

Es el punto. Tú van Gog no es el mismo van Gog que yo creo que es. Acuérdate, al menos dos creyeron que los molinos de viento eran gigantes pero cada uno los imaginó a su manera.
Cada quien habla desde su abstracción.
Dibujo tomado del libro La psiquiatría en la vida diaria
de Fritz Redlich, 1968

Fue cuando me dijo que cada generación tiene que (de hecho lo hace) contar su vida. Y, de ser posible, volver a contarla. Una y otra vez, muchas, mientras haya libertad de hacerlo.

En la repetición hay un anhelo de eternidad y de aprendizaje,como en el axioma de Tucídides.

Fausto es la leyenda que se viene contando desde la Edad Media, por decir poco tiempo. Goethe y Schiller lo volvieron a contar en el siglo diecinueve. Medea fue contada (representada en el teatro) desde hace veinticuatro siglos con Eurípides y Corneille la volvió a contar hace dos siglos.

Volver a contar la vida es lo que se hace en la cronovisión de los mexicanos. Van cinco veces que reinventamos el universo.

 Las pláticas de los viejos es volver a contar el mundo. Es una misma historia, su historia, pero en cada nuevo relato la vuelven a vivir y a mejorar.

Cuántas historias se han contado de la Guerra Civil Española, cuántas de la Revolución Mexicana? ¿Cuántas de la invasión Francesa en México? ¿Cuántas de Troya? ¿Cuántas de la conquista norteamericana  a México? ¿Todo eso fue cierto? ¿Fue cierto como lo contaron?

En todo caso, escribir  mentiras o verdades, dice que hay libertad para hablar. Y eso es lo verdaderamente  importante. Como los poetas, cada quien le canta a su musa aunque esta no diga nada a los otros. Cada quien se imagina a su van Gog. Cada quien su abstracción.

Contamos la historia pero eso no quiere decir que sea verdadera, dijo  en una entrevista  el escritor novelista Javier Cercas  (diario El País, España, Babelia, número 1, 199,-15/11/14) al decir que La transición fue una impostura: “Su historia invita a reflexionar sobre las mentiras que forjaron nuestro pasado reciente.”

En su biografía sobre el emperador Augusto, el historiador Adrian Goldsworthy dice. "...los historiadores no tienen solamente la versión oficial y nada más.Pero eso tampoco quiere decir que la versión hostil tenga que ser cierta."(diario El País,España, Babelia,número 1,198-08/11/14)

¿Qué fue lo que  Goethe dijo  de todo este asunto de contar cada quien su vida?

Lo que sigue, según comenta Eckermann:

 “En general el mundo es tan viejo, y durante miles de años han vivido y pensado tantos hombres ilustres, que poco nuevo queda por decir o hallar. Tampoco mi teoría del color es absolutamente nueva. Platón, Leonardo de Vinci y otros muchos han hallado antes que yo  las mismas cosas: pero el haberla hallado yo, el haberlo vuelto a decir, el haberme afanado en hacerle comprender la verdad a un mundo lleno de confusiones, ese mérito es mío.”  
 
Goethe

“Johann Wolfgang von Goethe (ˈjoːhan ˈvɔlfɡaŋ fɔn ˈɡøːtə) ( 28 de agostode 1749, en Fráncfort del Meno, Hesse, Alemania  22 de marzo de 1832, enWeimar, Turingia, Alemania) fue un poeta, novelista, dramaturgo y científicoalemán que ayudó a fundar el romanticismo, movimiento al que influenció profundamente. En palabras de George Eliot fue "el más grande hombre de letras alemán... y el último verdadero hombre universal que caminó sobre la tierra". Su obra, que abarca géneros como la novela, la poesía lírica, el drama e incluso controvertidos tratados científicos, dejó una profunda huella en importantes escritores, compositores, pensadores y artistas posteriores, siendo incalculable en la filosofía alemana posterior y constante fuente de inspiración para todo tipo de obras.” Wikipedia











PETRONIO VIAJA A LA CIUDAD LLAMADA CROTÓN


En su viaje hacia la ciudad de Crotón, Eumolpo y sus compañeros, se enteran que es un lugar  “en el que no se honran los estudios literarios, la elocuencia no tiene ningún prestigio, la sobriedad y la conducta decente no son elogiadas y premiadas.”

Es un lugar habitado por sinvergüenzas de todo tipo a los que Petronio llama con tono bajo  “cazafortunas”. Las familias unidas y emprendedoras que tiene hijos hay pocas,  son señaladas y prácticamente apartadas.

Un lugar muy a doc para el utilitarismo y la trapacería. Crotón es una ciudad en el que sus instituciones están corrompidas, nadie piensa en hacer florecer a las universidades, edificios destartalados,  salarios y prestaciones de maestros más bajos que el que vende habichuelas  en las puertas del Foro romano.

No se habla de sanear el cuerpo y el espíritu por medios de una sociedad oxigenada. Deportes, museos, exposiciones de arte, caminar por el campo y los bosques, trabajar y darse respiros para el descanso y la “celebración alegre”, de fechas civiles y religiosas que marcan hitos en la historia de esa ciudad.

No conocen el lugar y Eumolpo y sus amigos se informan antes de llegar y alguien les dice: “Se dirigen a una ciudad que es como una región arrasada por la peste, donde no hay nada más que cadáveres picoteados o cuervos que los picotean.”

¿Cómo sanearía un general esta cloaca llamada Crotón? ¿Cómo lo haría un político? ¿Cómo un filósofo? ¿Cómo un guía espiritual? ¿Cómo un financiero? ¿Cómo lo haría Dios?

Eumolpo es un hombre de letras y dice que empezaría por la manera de hablar, reflejo de su yo íntimo. El verbo y el individuo son uno, no son dos: “La noble inspiración odia la verborrea vacía  y la mente no puede concebir o fructificar a menos que esté empapada en el flujo poderoso de las grandes acciones.”

Las grandes acciones vitales son las que no se conocen en Crotón pero sí su contraparte que es la degradación. Pero, ¿cómo empezar esa ingente tarea?

Ya desde el siglo diecisiete Benito Spinoza nos está diciendo (en su Ética) que la manera como se trasmiten  las buenas, o las patológicas  costumbres, es por medio de los que tenemos más cerca que son los niños de la casa.
Dibujo tomado del libro La psiquiatría en la vida diaria, de Fritz Redlich, 1968

Este niño es el efecto de la causa que después será la causa de otro efecto similar.

 Hablamos en caló o lunfardo a los niños y estos, en la creencia que está bien dicho, pues lo escucharon a sus padres, se lo dicen a sus amiguitos y más tarde a sus mismos hijos. A la vuelta de pocas generaciones las raíces griegas y latinas se fueron al cesto de la basura y los habitantes de ese país están hablando en caló y ni quien lo note.

Spinoza:

“La experiencia nos demuestra, en efecto, que los niños, cuyo cuerpo está continuamente como en equilibrio, ríen o lloran sólo porque  ven a otras personas reí o llorar, desean imitar acto continuo lo que ven hacer a los demás.”

José Ortega y Gasset escribiría que la causa y el efecto acuden puntualmente a la cita:

 “las generaciones nacen una de otras, de suerte que la nueva se encuentra ya con formas que a la existencia ha dado la anterior.”(El tema de nuestro tiempo).

Petronio, por medio de Eumolpo, camino de Crotón, hace énfasis (en El Satiricón) en la manera de hablar:

“Se debe evitar toda vulgaridad del lenguaje y hay que seleccionar  las expresiones que no son de uso corriente. Mira a Homero y a los poetas líricos, al romano Virgilio y la cuidadosa  felicidad de Horacio.”
 
Petronio
“Cayo o Tito Petronio Árbitro (en latín Gaius Petronius Arbiter), nacido en algún momento entre los años 14 y 27 en Massalia (actual Marsella) y fallecido ca. del año 65 y 66 en Cumas, fue un escritor y político romano, que vivió durante el reinado del emperador Nerón.
Existe una breve biografía sobre este autor en los Anales del historiadorTácito, y otras hipótesis menores sobre su identidad. El propio Tácito,Plutarco y Plinio el Viejo describieron a Petronio como elegantiae arbiter(también expresado arbiter elegantiarum), "árbitro de la elegancia" en la corte de Nerón.” WIKIPEDIA








MARCO AURELIO,SIEMPRE VIGENTE


Este emperador romano dijo cosas en el siglo dos, del cristianismo, que son vigentes en el siglo veintiuno.

Físicamente llegamos a las estrellas pero en otros aspectos seguimos como entonces.”En otros aspectos” podemos llamarlo éticamente si somos laicos o moralmente si somos gente de alguna religión positiva.

La ética y la religión, y las religiones positivas  entre sí, y las filosofías entre sí, no son enemigas, todo eso tiende hacia el bien por diferentes caminos y no hay porque perderse en el laberinto.

Los sistemas de virtud mensurable del paganismo, y las espirituales inmensurables del cristianismo, fueron vigentes entonces y siguen vigentes ahora.

 ¿Por qué entonces la maldad parece desbordar toda  clase de instituciones?


Cada día nacen  niños y niñas  en tal número que no caben en las universidades ni en los templos y  ni siquiera los sistemas pedagógicos a distancia son suficientes. Apenas en la Edad Media el planeta todo estaba habitado por cien millones y ahora somos más de seis mil millones. En ninguna parte hay el número suficiente de profesores, de aulas,  ni de sacerdotes para orientar.

Si reducimos la escala del mapa, como  hacen los topógrafos, encontramos una escala más humanamente entendible para cualquier responsable de familia. No es lo mismo educar a un hijo que a diez. 

Y aun teniendo posibilidades se obliga, esa es la palabra, se obliga a los hijos ir a la universidad para que posteriormente puedan competir en el mercado del trabajo.

Pero no se les obliga ir al templo para superar al sinanthropus que llevamos dentro. Y a los tratados de ética se les ve como librotes obsoletos llenos de polvo.

Entre los valores de virtud de los paganos de entonces y los del cristianismo no hay abismos insalvables. Eso lo vio con claridad san Jerónimo al decir que “los estoicos están casi siempre de acuerdo con nuestros dogmas.”

A las religiones se les ve desde lejos. A los filósofos se les tiene como individuos que hasta hace poco empezaron a bañarse. 

¿Dónde están los dioses? Le preguntaban a Marco Aurelio, y respondía que están por todos lados y se les descubre por sus manifestaciones.
 
Artemisa-Diana
Como un niño que, al despertar, ve en su camita el regalo que le dejaron sus padres mientras dormía. No los ve directamente pero ve su realidad a través del obsequio.

También los ve, sin verlos, a través de su desatención para él. O, peor a un, de su maltrato.

Así responde Marco Aurelio (en Pensamientos) a los que le dicen que los dioses no se ven por ningún lado: “A los que inquieren aun: ¿Dónde viste a los dioses, o de dónde estás cierto de su existencia, como para honrarlos? Por las señales de su poder que experimento a cada momento, comprendo sus existencia y los venero.”

Como en filosofía todo parece formarse por dicotomías, vale preguntar ¿cuál es lo contrario de los dioses bienhechores, los demonios, como se dice en el catecismo  para los niños? Esos seres feos de alas negras que vuelan por las cavernas de la Divina Comedia.

¿También crees en la existencia de los demonios? ¿Cuáles son los demonios, para el catecismo de los adultos?  Cualquiera puede constatarlo. Basta que viaje en este otoño, de 2014, al pueblo de Ayotzinapa, Estado de Guerrero, México, y pregunte a las madres, de los 43 estudiantes desaparecidos, sino existen los demonios.

Por eso Marco Aurelio recomendaba “tener siempre en la memoria alguno de los antiguos que haya practicado la virtud.”

Y, agregaba, practicarlo, no sólo tenerlo en la memoria: “No podrás enseñar a escribir ni a leer  sin antes haberlo aprendido. Con mayor razón en la vida.”
 
Marco Aurelio
“Marco Aurelio Antonino Augusto2 (apodado el Sabio) (26 de abril de 121317 de marzo de 180) nacido en Roma, fue emperador del Imperio romano desde el año 161 hasta el año de su muerte en 180. Fue el último de los llamados Cinco Buenos Emperadores, tercero de los emperadores de origen hispano4 y está considerado como una de las figuras más representativas de la filosofía estoica.”WIKIPEDIA






MONTAIGNE Y TRES MANERAS DE LIAR LOS BÁRTULOS


“Una vida cuyo brillo no llegó a empañarse nunca”, reza el epitafio sobre la tumba de un cementerio de los Alpes europeos. Recuerda a Emilio Z., joven escalador alemán que murió en el transcurso de una ascensión, en el siglo diecinueve.

La lápida fue obra de familiares y amistades pues él murió como se muere en la montaña, sin pensar siquiera en el siguiente minuto.  Según esas palabras, Emilio Z. creía más allá de la mera causalidad.

Otros, que también creían que, de alguna forma la vida sigue, pero que tuvieron tiempo para pensar en la manera de partir, nos dejaron ver su manera de ver en lo referente al postrer momento. Mejor dicho, al primer momento ya estando de “aquel lado”, como  parte de su testamento.

Un hombre sabio, funcionario del Estado mexicano, en el siglo veinte, dispuso que a su muerte (se suicidó) cremaran  su cuerpo y las cenizas las llevaran a la Laguna del Sol, de aguas perenes, en el cráter del Nevado de Toluca, a su amado Xinantecatl (nombre original del Nevado de Toluca), en el Estado de México.
NEVADO DE TOLUCA
SE VE SU LADERA NORTE

No era un adiós de este mundo sino un reencuentro con sus ancestros, su cultura y su paraíso, el Tlalocan, donde habita el dios Tlaloc.

En esa laguna, alimentada por el deshielo de sus seis cumbres nevadas (la más alta de 4,373 m. s. n. m), durante milenios los hombres de las más diversas civilizaciones de la cultura mexica, o nahuatl, han depositado (siguen haciéndolo)  ofrendas a los  dioses.
NEVADO DE TOLUCA
 DISTRIBUCIÓN DE  SUS CUMBRES Y  LAGUNAS

La laguna está situada en los 4 mil metros. Para llegar a ella es necesario cruzar, por carretera, montañas y bosques de un verde oscuro de lo más bello y cruzar cañadas someras. Al pie del volcán, en su lado oeste, empieza una carretera de terracería que bordea y asciende a lo largo de casi veinte kilómetros su ladera norte hasta introducirse, por el este, al cráter y llegar a la orilla misma de la Laguna del Sol.
EL CAMINO DE ACCESO AL CRÁTER
A LA IZQUIERDA LA LAGUNA DEL SOL

Una orquesta sinfónica esperaba la llegada de las cenizas del funcionario. La urna fue depositada en el fondo de una canoa. Cuando el barquero empezó a remar y la canoa adentrarse en la laguna helada, la orquesta empezó la ejecución de la Novena Sinfonía de Beethoven.

Con la última nota, el cofre descendió a formar parte del tesoro milenario que guarda el Xinantecatl.



MARIO CAMPOS BORGES
 SE DIRIGE A LA CUMBRE MÁS ALTA DEL NEVADO
Petronio y su alter ego Trimalción

El Satiricón se compone de varios relatos, uno de ellos es La Cena de Trimalción. Fue escrito en el siglo I de nuestra era, por Petronio. Este fue  tenido como el más elegante poeta de la corte imperial de su tiempo.  Se recordará que Petronio perteneció al círculo íntimo de Nerón. Al final cayó en desgracia frente al emperador y se suicidó cortándose las venas.

La cena de Trimalción se ha señalado en  algunas ocasiones como una parodia de lo que   sería la cena final de Petronio. Como si el poeta hiciera de antemano un guión de su muerte pero satirizándose.

En su  relato Trimalción es  personaje muy rico,  invita a algunos conocidos a  cenar a su casa. Ahí tiene la curiosa  idea que, después que él haya muerto, sus amigos se reúnan en otra cena, a semejanza de ésta, y lo recuerden como si  en esta fecha póstuma  él también estuviera presente, que se dijeran  poemas bellos y se bebieran aromáticos vinos y se cenara hasta el amanecer.

Por lo demás Trimalción  tiene un gusto corriente por las cosas. Como nuevo rico, y romano advenedizo, quiere hacer ostentación del buen vivir.  Acuden a las cena personajes como Agamenón y Menelao, de los tiempos de de la antigua Grecia, pero la cena prefigura  las costumbres de una Roma ya en decadencia.

Por un momento Trimalción se ausenta de la sala y cuando vuelve a aparecer dice a la elegante concurrencia: “Amigos, perdonadme, pues hace ya días que no cago

 Pero al finalizar la cena, de todos modos Trimalción, por más vulgar que sea,  no puede apartar una idea de calidad al pensar en la eternidad y dice: “dejaré bien claro en mi testamento que no me voy a acabar una vez muerto. Dejaré encargado a uno de mis libertos  para que cuide mi tumba  y que no permita que la gente camine encima de ella y que se vaya a  cagar allí”.

Montaigne

Montaigne tiene otro tipo de inquietudes. Como hombre de letras que es le preocupa que a sus  ideas, ya publicadas, se les vayan a poner  palabras con otro sentido. Conoce la pasta de algunos intelectuales y sabe que, hasta al más lógico, acaban por presentarlo como un  torpe que se pierde en sofismas.

Montaigne quiere que la posteridad (no más allá de 50 años, dice) hable de él como fue y lo que dijo, pues para tal efecto se mantuvo lejos de la afectación. Sabe ya que los cinco olímpicos no lo dejarán sentarse en la mesa de los filósofos. Su pecado ha sido escribir con claridad tal que lo mismo lo entiende el erudito, el hombre medio como el campesino inculto. No es de los que escriben rebuscado para  decir nada. O para ocultar que están diciendo los que otros ya dijeron desde hace milenios.

En su esfera de cristal del futuro se ha encontrado con Santayana y ambos recorren, nostálgicos y ya cargados de años, las calles de la vieja Roma que tanto aman.

Al final de la calle, sentados al borde de una fuente, esperándolos, están Plutarco y Séneca. Son como sus paradigmas culturales. De ellos y otros  Montaigne  dice que su instrucción es la flor de la filosofía, que representan de una manera sencilla y pertinente:

 “Con ayuda de los cuales aprendo a poner orden en mis ideas, y en mi vida, los que más me admiran son Plutarco y Séneca. Ambos tienen la ventaja, importante para mí, de verter la doctrina que en ellos busco. Plutarco y las epístolas de Séneca constituyen la parte más hermosa de  sus escritos, aparte de ser la más beneficiosa. Para emprender tal lectura  no se precisa un gran esfuerzo.”

Montaigne hace énfasis, es tautológico, es desconfiado, de cómo se le cite en  la posteridad. Ni es tan fatuo que piensa en centenares de años. Una posteridad que no imagina de no más de cincuenta años, después de su muerte, dice:

“Yo no dejo nada que desear y sospechar de mí. Si sobre mí ha de hablarse, quiero que se hable  verdadera  y justamente. Muy gustoso volvería del otro mundo para desmentir al que me haga diferente de cómo fui, aunque se tratara de honrarme.”
 
MONTAIGNE
“Michel Eyquem de Montaigne (Castillo de Montaigne, Saint-Michel-de-Montaigne, cerca de Burdeos, 28 de febrero de 1533 - ibíd., 13 de septiembre de 1592) Fue un filósofo, escritor, humanista, moralista y políticofrancés del Renacimiento, autor de los Ensayos, y creador del género literario conocido en la Edad Moderna como ensayo.”Wikipedia





LA IMPORTANCIA DE LA SOMBRA EN EL DESIERTO DE ARENA


De las 13:00 horas a las 16:00 horas en el  desierto de arena la fauna  desaparece de la superficie y busca la sombra o se va hacia el subsuelo de la llanura o se entierra bajo las arenas.

Se debe a que es el tiempo del día en el que nuestro planeta está más cerca del sol. Estamos hablando del Hemisferio norte, primavera y verano, que comprende parte de mayo y de junio. Si bien es de hacerse notar que la franja de desiertos arenosos sigue unos mismos paralelos alrededor del planeta.

  En el desierto de Samalayuca, Estado de Chihuahua, norte de México, nosotros hemos encontrado 52 grados centígrados. En el desierto de Altar, Sonora, unas temperaturas semejantes.

Para los que habitamos climas templados, el Valle de México, por ejemplo, con un promedio de 18 grados, treinta grados más es encontrarse en un rango muy peligroso. Literalmente se siente. La sangre parece ya no fluir con normalidad, el corazón trabaja más  y en cualquier momento puede llegar lo que se conoce  como “muerte súbita”.

Estos valores que estamos señalando pueden diferir para habitantes de las poblaciones del desierto o de la llanura con mayor capacidad para esas temperaturas.
Las bolsas sirven para tensar la manta

Tomar agua con frecuencia parece ser una buena ayuda pero precisamente en el desierto lo que escasea es el agua. Sobre todo en la manera en que nosotros concebimos una travesía que es caminando sin auxilio de vehículo o animal de carga. Todo cargando nosotros en la mochila.

El humano. Al igual que los animales del desierto, debe buscar, con urgencia, una sombra. Con eso restará unos cuatro grados con respecto del exterior. Cuatro grados puede decidir si se sigue con vida o se sale del planeta.
Otro ejemplo de   sujetar la manta de sombra

De los 30 grados a los 40, o de estos a los 45,  es tolerable. Pero llega un sector del termómetro en que un solo grado puede ser mortal. Pasando de los 50 (o algo así) ya se empieza a jugar a los dados con la dueña de la casa. Y todos podemos tener la seguridad  que esta señora ahí juega con dados cargados.

Es urgente, entonces, buscar una sombra. Pero en el desierto, sobre todo en la zona del erg, que es la de dunas, no hay sombras.
Se podría pensar, como hacemos los montañistas, en levantar la tienda campaña y listo. Las de tipo iglú se paran en un minuto. Tiene arco de soporte para la tela propiamente de la tienda.
52 grados.El corazón trabaja ya contra la muerte súbita.

Sólo que en esas temperaturas tan altas no se puede estar dentro de la tienda. El desierto es el ámbito geográfico donde el viento es el gran escultor de las dunas  porque lleva y trae las arenas.

 Pero lo que el grupo puede percibir es una impresionante quietud y se hace necesario aprovecha aun el más  leve paso del viento. Levantar la tienda o la sombra en lo alto de las dunas para aprovechar cualquier vientecillo.

¿Has notado cómo extiende tu Señor la sombra? dice El Corán para acentuar la peligrosidad de las altas temperaturas.

El desierto no es lugar para humanos. Se vive en ellos o se trabaja, por necesidad, no por elección. Se les cruza por deporte   porque así es el humano que siente un gustillo de meter las narices donde menos debiera.
La solución de la doble manta.

La manta del sobre techo de la tienda sirve para el efecto de hacerse de una sombra. Sólo que la dificultad es que el piso, o suelo, es arena y no se fijan los clavos de la tienda.

La solución que nosotros encontramos fue hacer bolsas con arena o con las cosas de la expedición y atarlas al poste en cada extremo.
En ocasiones la temperatura será tan elevada que, los del ejército norteamericano idearon dos niveles de sombra, como se muestra en el dibujo, y de esa manera bajar otros grados.
Solución hipotética.

Alguien más tendrá otra idea. Por ejemplo a base de los delgados brazos seccionados de  las tiendas de campaña construir una armazón o soporte y encima la manta, etc.

Solución hipotética.Brazos seccionados en arco sujetos por una cordeleta. La manta cubriría la parte superior y permitiría la circulación del viento cerca del piso. Se prescindiría de las bolsas-anclas.

Nuestra experiencia fue la que aquí ofrecemos. Y nos dio resultado. Tan es así que pudimos regresar para contarlo.







Justificación de la página

La idea es escribir.

El individuo, el grupo y el alpinismo de un lugar no pueden trascender si no se escribe. El que escribe está rescatando las experiencias de la generación anterior a la suya y está rescatando a su propia generación. Si los aciertos y los errores se aprovechan con inteligencia se estará preparando el terreno para una generación mejor. Y sabido es que se aprende más de los errores que de los aciertos.

Personalmente conocí a excelentes escaladores que no escribieron una palabra, no trazaron un dibujo ni tampoco dejaron una fotografía de sus ascensiones. Con el resultado que los escaladores del presente no pudieron beneficiarse de su experiencia técnica ni filosófica. ¿Cómo hicieron para superar tal obstáculo de la montaña, o cómo fue qué cometieron tal error, o qué pensaban de la vida desde la perspectiva alpina? Nadie lo supo.

En los años sesentas apareció el libro Guía del escalador mexicano, de Tomás Velásquez. Nos pareció a los escaladores de entonces que se trataba del trabajo más limitado y lleno de faltas que pudiera imaginarse. Sucedió lo mismo con 28 Bajo Cero, de Luis Costa. Hasta que alguien de nosotros dijo: “Sólo hay una manera de demostrar su contenido erróneo y limitado: haciendo un libro mejor”.

Y cuando posteriormente fueron apareciendo nuestras publicaciones entendimos que Guía y 28 son libros valiosos que nos enseñaron cómo hacer una obra alpina diferente a la composición lírica. De alguna manera los de mi generación acabamos considerando a Velásquez y a Costa como alpinistas que nos trazaron el camino y nos alejaron de la interpretación patológica llena de subjetivismos.

Subí al Valle de Las Ventanas al finalizar el verano del 2008. Invitado, para hablar de escaladas, por Alfredo Revilla y Jaime Guerrero, integrantes del Comité Administrativo del albergue alpino Miguel Hidalgo. Se desarrollaba el “Ciclo de Conferencias de Escalada 2008”.

Para mi sorpresa se habían reunido escaladores de generaciones anteriores y posteriores a la mía. Tan feliz circunstancia me dio la pauta para alejarme de los relatos de montaña, con frecuencia llenos de egomanía. ¿Habían subido los escaladores, algunos procedentes de lejanas tierras, hasta aquel refugio en lo alto de la Sierra de Pachuca sólo para oír hablar de escalada a otro escalador?

Ocupé no más de quince minutos hablando de algunas escaladas. De inmediato pasé a hacer reflexiones, dirigidas a mí mismo, tales como: “¿Por qué los escaladores de más de cincuenta años de edad ya no van a las montañas?”,etc. Automáticamente, los ahí presentes, hicieron suya la conferencia y cinco horas después seguíamos intercambiando puntos de vista. Abandonar el monólogo y pasar a la discusión dialéctica siempre da resultados positivos para todos. Afuera la helada tormenta golpeaba los grandes ventanales del albergue pero en el interior debatíamos fraternal y apasionadamente.

Tuve la fortuna de encontrar a escaladores que varias décadas atrás habían sido mis maestros en la montaña, como el caso de Raúl Pérez, de Pachuca. Saludé a mi gran amigo Raúl Revilla. Encontré al veterano y gran montañista Eder Monroy. Durante cuarenta años escuché hablar de él como uno de los pioneros del montañismo hidalguense sin haber tenido la oportunidad de conocerlo. Tuve la fortuna de conocer también a Efrén Bonilla y a Alfredo Velázquez, a la sazón, éste último, presidente de la Federación Mexicana de Deportes de Montaña y Escalada, A. C. (FMDME). Ambos pertenecientes a generaciones de más acá, con proyectos para realizare en las lejanas montañas del extranjero como sólo los jóvenes lo pueden soñar y realizar. También conocí a Carlos Velázquez, hermano de Tomás Velázquez (fallecido unos 15 años atrás).

Después los perdí de vista a todos y no sé hasta donde han caminado con el propósito de escribir. Por mi parte ofrezco en esta página los trabajos que aun conservo. Mucho me hubiera gustado incluir aquí el libro Los mexicanos en la ruta de los polacos, que relata la expedición nuestra al filo noreste del Aconcagua en 1974. Se trata de la suma de tantas faltas, no técnicas, pero sí de conducta, que estoy seguro sería de mucha utilidad para los que en el futuro sean responsables de una expedición al extranjero. Pero mi último ejemplar lo presté a Mario Campos Borges y no me lo ha regresado.

Por fortuna al filo de la medianoche llegamos a dos conclusiones: (1) los montañistas dejan de ir a la montaña porque no hay retroalimentación mediante la práctica de leer y de escribir de alpinismo. De alpinismo de todo el mundo. (2) nos gusta escribir lo exitoso y callamos deliberadamente los errores. Con el tiempo todo mundo se aburre de leer relatos maquillados. Con el nefasto resultado que los libros no se venden y las editoriales deciden ya no publicar de alpinismo…

Al final me pareció que el resultado de la jornada había alcanzado el entusiasta compromiso de escribir, escribir y más escribir.

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