H.MILLER VIAJA HACIA LA CONTRADICCIÓN


Lo que puede ser es más importante que lo que fue y es, dice Aristóteles.

Henry Miller intuye  y percibe, al llegar a Grecia, el equilibrio de los contrarios.

Eso le escribe a Anais Nin en una carta, refiriéndose a los filósofos antiguos. Sin esto, dice,” todo se precipita hacia el caos y la imbecilidad.”

Le pregunta si las palabras del Hamlet, de Shakespeare, ser o no ser, serían adaptadas para el texto pero que en realidad las dichas por Sócrates hayan sido ser y no ser. 

Aquellas buscando la abstracción sin referencia de su contrario sustentador. Las de Sócrates afianzando las categorías necesarias para el diálogo.

Nietzsche dice que las cosas son las cosas y nada más que  cosas y no hay necesidad de andar buscando debajo de las piedras asuntos que no existen. No hay la tan mentada esencia que aseguran los filósofos de las ideas.

 Las cosas, en su finitud, que aparecen y desaparecen, en el tiempo y en el espacio, ilustran plenamente lo que se llama devenir, movimiento, pasar y volver a ser. Todo mensurable o fenomenológico.
Sólo en la libertad se puede disentir

Dibujo tomado de La psiquiatría en la vida diaria,
 1968,de Fritz Redlich

Ser es y no ser también es (es la contraparte del molde). Lo que importa para el  que es, es lo que puede estar en el tiempo virtual que todavía no llega (el bebé para una pareja, la edición del libro para el escritor, la labor ecuménica entre las religiones, etc. ).Sólo lo que puede llegar a ser empieza por el final, no por el principio. Pero nada de esto sirve sino hay libertad de pensamiento y acción.



En cambio las esencias, o sea las ideas, son intemporales. No son piedras ni tortillas que se pesen por kilo.


Lo que cada quien tiene que resolver, ya sea con un simple mohín, o con todo detenimiento del que sea capaz, es que si existe una cosa es que se le considera desde su contraparte. Como el negativo y el positivo del molde que deja  su huella en el cemento fresco. O el ejemplo de la fotografía antigua del blanco y negro.

Como una metáfora que es un modo de decir de otra realidad. Como una oración que tiene su aplicación fuera de la fenomenología. Entre la apariencia y la realidad. Entre la cosa y la idea.

Molde que no deja huella es una abstracción. Cercana a una aberración. Hubo, hay, y parece que siempre habrá, moldes sin huella, es decir, sin su referente sustentador.

Montaigne,   también viajero empedernido, ofrece una anécdota de esta naturaleza: “Un hombre de incalculable fortuna, que aportaba su parecer a una conversación ligera llevada al desgaire en su  mesa, comenzaba así sus reparos: Quien opine lo contrario no puede ser más que un embustero o un ignorante… Sigan tan aguda filosofía con un puñal en la mano.”


Ese es el lenguaje de la taberna, que no difiere en nada de las exquisitas abstracciones  de los modos de la semántica, negadoras de la dialéctica.

Max Scheler, en su Ética, ilustra esto cuando habla de la comunicación, la participación y la proposición: “ La comunicación de un deseo o de un mandato con la intención del guiar el querer de otros es también esencialmente distinta de la participación de un juicio estimativo y hasta de la mera indicación de un valor presente, aunque esa distinción con mucha frecuencia vaya enmascarada en el idioma, como en el caso del  “tú debes” susceptible de una doble interpretación…Y ¡cuán pobre sería nuestro mundo de valores, si hubiera de ser el valor tan sólo la X de una tendencia posible o efectiva…La proposición de valor no es, por tanto, de ningún modo una exigencia o un mandato enmascarado de querer u obrar de una manera determinada.”

H.Miller está feliz en su mundo pero, se pregunta ( en Trópico de Capricornio),cuál no es su mundo: "Me faltaba tiempo para hacer un mundo mío:tenía que quedarme inmóvil como Atlas,con los pies sobre el lomo del elefante,y el elefante sobre el lomo de la tortuga.Preguntar sobre qué descansaba la tortuga sería volverse loco".

Y así, pensando y pensando,se alza sobre el caos de un mundo que sólo descansaba en la abstracción. 

De la lectura de sus Trópicos muchos se han quedado con palabras como pedos,coitos,orgasmos,anatemas,etc. Ese es su modo (algo que recuerda el estilo de Bukowski) de que el hombre de banqueta lo lea pero,al Miller de calidad lo encontramos detrás de esas palabras y ligeros conceptos.Apuesta por lo que está más allá de lo perecedero: "Si el Ser no fuera imperecedero,el "yo" de que escribo se habría destruido hace mucho."

Este asegurar, por unos, la existencia de las esencias y asegurar, por otros, la sola existencia de las cosas, no es el mundo del caos sino el feliz  terreno de juego donde se realiza el ejercicio de la libertad de pensamiento.

 Así viene siendo, para Hegel, que “lo no esencial es esencial a la esencia.”En estas palabras, se conserva el sano  principio de contradicción.

De otra manera sólo quedaría platicar, como el de la taberna, con un puñal en la mano o, como dice Miller, precipitarse en el caos y la imbecilidad.

“Henry Valentine Miller (n. Nueva York, 26 de diciembre de 1891 - m.Los Ángeles, California, 7 de junio de 1980) fue novelistaestadounidense.1 Su obra se compone de novelas semiautobiográficas, en las que el tono crudo, sensual y sin tapujos suscitó una serie de controversias en el seno de un Estados Unidos puritano que Miller quiso estigmatizar denunciando la hipocresía moral de la sociedad norteamericana, criticando de paso el devenir de la existencia humana, desnudando su cinismo y múltiples contradicciones. Censurado por su estilo y contenido provocativo y rebelde en relación a la creación literaria de su época, sus obras influyeron notablemente en la llamadaGeneración Beat” Wikipedia.





EMERSON CAMINA ENTRE LOS BOSQUES


”Quería ensalzar a Waldo Emerson cuanto me fuera posible, sólo para probar ante el mundo que una vez hubo un gran americano."Henry Miller


Busca, mientras camina, una expresión cultural propia para su pueblo. Piensa en la literatura norteamericana desde la soledad de los bosques: “para que el hombre se considere solo debe dedicarse a contemplar las estrellas…Busco en vano al poeta que describo. ¿Acaso no nos dirigimos a la vida con suficiente llaneza, ni nos atrevemos a cantar nuestra propia época y nuestras circunstancias especiales?”, dijo en sus Ensayos.

Sabe que la creación literaria es un ejercicio antropocéntrico por excelencia, pero la diferencia con Emerson es que ha encontrado el secreto de, por momentos, salirse de su yo para poder percibir el universo: “La naturaleza nunca llega a ser un juguete del hombre sabio. Las flores, los animales y las montañas reflejan la sabiduría de su mejor hora”

¿Pero, cómo encontrar esa expresión cultural? Desde su intuición escribe algo memorable al trazar el camino del arte como un medio de expresión extrasensorial:

“El arte es el camino del creador hacia su obra”. Y el poeta su realizador.

Al iniciar la lucha cultural propia para su pueblo no es luchando en contra, sino luchando entre, otras culturas por una identidad suya. Casi todos los pueblos han buscado esa identidad cultural propia. Los  mayas tienen su Popol Vuh. Los griegos su Ilíada, los hindús…

En sus incursiones por los bosques se da cuenta que hay algo que es, pero que no pertenece a nadie por más que los hombres construyan cercas para apropiárselo. Se llama paisaje.

 “El encantador paisaje que yo contemplé esta mañana, estaba indudablemente compuesto de unas veinte o treinta granjas; uno es dueño de este campo, otro de otro campo, y un tercero del bosque que se descubre a lo lejos; pero el paisaje no pertenece a ninguno de ellos; hay en el horizonte una propiedad que no posee hombre alguno.”Ni siquiera pueden percibirlo, excepto uno: el poeta.

Los pueblos norteños de México contemplan en el desierto esa “propiedad que no posee hombre alguno”.


Emerson es muy nombrado al sur del Río Bravo, pero no se conoce mucho su obra fuera de los centros de estudios. Sucede más o menos con lo de Alejandro von Humboldt…

Ahora que nuestros pueblos tienen, sus habitantes, una patológica cintura de más de cien centímetros, y la polifarmacia intentando cura cuarenta y cinco enfermedades mortales que campean por las calles de la ciudad, es hora de escuchar a Emerson cuando dice: 
Desierto de Samalayuca.50° C.
Un paisaje que no pertenece a nadie.
Foto del autor

“En los bosques reina la  perpetua juventud. Dentro de estas plantaciones de Dios, reina el decoro y la santidad, hay un vestido de perenne fiesta, y el que se encuentra allí como un huésped comprende que no se cansaría  de este paisaje en miles de años.”

Emerson no se pierde en el tan enmarañado laberinto de la cultura y realiza varios viajes a Europa a entrevistarse con Carlyle. Emerson abre ventanas, no las cierra. Tiene “un gran deseo de ver en Europa no sólo a Wordsworth, Coleridge y Carlyle, sino también a Landor…”

 Es natural que Emerson, filosofo, no antropólogo, se identifique más con La Ilíada que con el Popol Vuh. Nada extraño porque aun mucha de la intelectualidad, al sur del río Bravo, podría decir mucho del Popol Vuh.

Entre el pueblo norteamericano busca la cepa intelectual y acaso no tiene tiempo para pensar que él mismo es ese poeta que anda buscando. Ludwig Lewisohn, dice en  los Ensayos: “En sus magnificas y libertadoras doctrinas esenciales, pueden las nuevas generaciones nutrir su entusiasmo y su esperanza. De esta cooperación acaso surja un auténtico y perdurable clásico cuyo nombre sea Emerson.”

Ayer domingo, día de visita, fui a ver a un amigo mío internado desde hace cinco años en el Fray Bernardino, hospital psiquiátrico de la ciudad de México. A la salida siempre me sucede que recuerdo a Emerson cuando dice: “En los bosques volvemos a la razón y a la fe”.

Emerson no va hasta negar, como lo hizo Berkeley, la realidad de las cosas. Negarla sería negar a sus bosques en los que encontraba la cordura. Sabe que el hombre es parte de esa armonía: “En el paisaje tranquilo, y especialmente en la distante línea del horizonte, el hombre contempla algo que es más hermoso que su propia naturaleza.”

Pero agrega, y de un solo pincelazo, dice lo que las filosofías dice en muchas páginas: “Hemos de tener por cierto que la fuerza que produce esta alegría no reside en la naturaleza, sino en el hombre, o, mejor dicho, en la armonía de los dos.”
EMERSON

“Ralph Waldo Emerson (18031882) fue un escritor, filósofo y poeta estadounidense. Líder del movimiento del trascendentalismo a principios del siglo XIX. Sus enseñanzas contribuyeron al desarrollo del movimiento del Nuevo Pensamiento, a mediados del siglo XIX. “Como conferenciante y orador, Emerson –apodado «el sabio de Concord»- comenzó siendo la voz líder de la cultura intelectual yanqui. Herman Melville, quien conoció a Emerson en 1849, pensó que tenía un “defecto en la región del corazón” y una “autoconciencia tan intelectualmente intensa que en un comienzo uno duda de llamarla por su nombre”, y más tarde admitiría que Emerson era “un gran hombre”. Theodore Parker, un ministro y trascendentalista, notó su habilidad para influenciar e inspirar a los demás: El trabajo de Emerson no solo influenció a sus contemporáneos como Whitman y Thoreau, sino que continuaría influenciando pensadores y escritores en los Estados Unidos y en todo el mundo hasta el momento. Nietzsche y William James reconocieron la influencia del «Sabio de Concord». También en Henri Bergson, cuyo élan vital es una transcripción literal de lo que él llamó “vital force”.

























CICERÓN Y TERMINAR LA VEJEZ EN PAZ


Cicerón señala dos motivos para morir en paz cuando ya somos viejos.

 Fuera de eso, de la paz, están las patologías, no  los respetables síndromes naturales genéticos, sino las patologías arrastradas por mí mismo en el río revuelto de la vida.

Uno, porque Cicerón  cree en la inmortalidad, pues es hombre de fe: “¡Oh dichoso y feliz el día aquel en que me parta a aquella divina junta de los ánimos, y deje esta barahúnda del mundo! Porque  iré a ver a todos estos grandes hombres de quienes arriba he hecho mención…”

 El otro motivo porque, pensando como laico, sabe que somos de la naturaleza y la naturaleza, imperecedera, tiene sus tiempos finitos: “No nos ha dado la naturaleza casa donde habitemos, sino posada donde paremos poco.”

Cicerón se dirige a sí mismo desde una vejez  consciente  que ya va de salida (63 años de edad:106-43 a C), como quien dice, que ya no tiene caso pensar en lo que pudo haber sido y no fue.

En realidad lo escribe para la juventud que tiene todas las potencialidades para desarrollar y los distintos modos de vivir. Sabe que los jóvenes no hacen caso de reflexiones  de viejos  sobre la vida, por eso dice: “Ojalá lleguen ustedes a ella, para que puedan confirmar con la experiencia lo que me acaban de oír.”

Pero Cicerón no es de los que dudan, ni siquiera quiere dudar: “Y no quiero que me saquen de este error mientras vivo, porque en él me gozo.”

 El mundo tiene su razón práctica, muy a lo Parménides  y a lo Lucrecio,  de la misma manera que  tiene sus mitos y sus magias y sus supersticiones. Somos de la generación de la señal satelital o “GPS”  y del teléfono celular pero, escribe Nietzsche:”El devenir arrastra detrás de sí lo que fue en el pasado.”

 El homínido le hizo más caso a su percepción, que a su intuición, por eso llegó  primero a  las estrellas, antes que lograra despojarse de los modos de la selva.

Ralph Waldo Emerson, en sus Ensayos,ya lo había advertido: "El pensamiento y la forma son iguales en el orden del tiempo,pero en el orden de la génesis el pensamiento es anterior a la forma."

En la inversión de estos valores (no la anulación) estaría el secreto, o la pauta, durante la vida del joven, para llegar a la ancianidad feliz que dice Cicerón. Más Humanismo y menos tuercas...

Un anciano kikapú, de Tlamatzinco, noreste del desierto de Chihuahua, México, estaba consciente que, aun de  viejo, sudaba mientras dormía porque de niño  le habían leído el terrible cuento de Caperucita Roja.


¡Estoy bien! Saben, amigos, si no somos inmortales hay que marcharse a tiempo en la vejez. Parto hacia Ftia, hacia  la divina junta de los ánimos, con  esos grandes hombres  que tanto leí, y sobre los que yo mismo escribí.

Dibujo tomado del libro La psiquiatría en la vida diaria, de Fritz Redlich, 1968

Durante su vida Cicerón no se movía en lo inmediato sino que vivía en un tiempo vital que todavía no llegaba. Por eso estaba seguro de la trascendencia sino ¿para qué afanarse?:

“No sé de qué modo, levantando  el ánimo miraba siempre la posteridad, si hubiera de vivir cuando saliese de esta vida: por cierto que si no fuera verdad que las almas son inmortales, ¿me hubiera sido mejor para esto vivir una vida quieta y sosegada sin empeño ni trabajo alguno?”

Cicerón escribió un libro sobre la vejez (De la vejez, es el título) en el que considera a ésta como el resultado lógico de una trayectoria personal. En cuanto hizo lo propio de lo que estuvo de su parte en su condición interior. Y lo que le fue posible hacer respecto de lo bueno y lo malo que le llegaba del mundo exterior que le tocó vivir.

¿Hizo del sufrimiento su leimotiv  o de la alegría una patología? En la extrema vejez la auditoria biológica nos dará el promedio. Cuando nos pongan el pañal de la incontinencia y empujen nuestra silla de ruedas.

Si la auditoria fue favorable habrá alegría, aun dentro de la borrasca del Alzheimer, y es cuando Cicerón dice: “Por estas cosas me parece tolerable la vejez, no sólo no molesta, sino aun gustosa…Más, sino hemos de ser inmortales, es de desear al hombre morirse a tiempo.”

Más, como después de todo, la vida es tan hermosa y bella (sensual y espiritual), no falta a quien le gustaría una segunda oportunidad. Cicerón dice que a él no:

“Nadie me haría fácilmente volver atrás ni me fundiría de nuevo como a Pelias (A quien, siendo ya muy viejo, restituyó Medea a la juventud, infundiéndole nueva sangre en las venas).Y si algún Dios me concediera volverme de esta edad a la de niño otra vez, y llorar en la cuna, lo resistiría mucho, pues no quiero desde el fin de la carrera volverme otra vez al principio.”





“Marco Tulio Cicerón, en latín Marcus Tullius Cicero1 (pronunciado ['mar.kʊs 'tul.liʊs ˈkɪkɛroː]), (Arpino, 3 de enero de 106 a. C. - Formia, 7 de diciembre de 43 a. C.) fue un jurista, político, filósofo, escritor y orador romano. Es considerado uno de los más grandes retóricos y estilistas de la prosa en latín de la República romana.”      Wikipedia

















M.G.MORENTE Y EL TIEMPO VITAL EN EL ALPINISMO


El tiempo vital en el alpinismo viene del futuro hacia el presente, en sentido contrario del tiempo físico que viaja en el tren de la causalidad del pasado hacia el futuro pasando por el presente,

dijo Harry mientras echaba más ramas a la hoguera. Todavía llevaban nieve adherida pero pronto se fundía elevándose el vapor que se con-fundía con el humo.

Parece un relato de ficción, comentó Kiva.

Parece pero nosotros somos los que estamos en medio de la estación de los ferrocarriles viendo que unos van y otros vienen.

Argamasa se llama en la industria de la construcción, al mortero o “mezcla”, que une dos o más rocas, en el caso de las pirámides, “ladrillos”, en las casas modernas.

El caso es que la mezcla no es un sujeto o unidad, sólo es la que une a las fuerzas. Pero diremos, tautológicamente, que sin ese mortero no hay unidad. El tiempo, por ejemplo, puede ser ese mortero (en otros terrenos también pueden ser las vitales fuerzas de la fe, del amor...).

El tiempo astronómico, el tiempo vital, la libertad y la necesidad, van unidas. En nombre de mi libertad puedo hacer o puedo no hacer. Pero como el humano se define por lo que hace, sino hace es como si no existiera. Entonces para ser es necesario hacer. Pero una vez que lo hemos hecho, deja de ser. Pasa a ser cosa petrificada, como amonita.

El tiempo vital futuro  que ya es presente vivo 

(En el primer tercio de la pared norte del Abanico, Popocatépetl,México, tomada desde el Corredor Oeste)

Más despacio-pedí desde mi sleeping en el fondo de la tienda de campaña- que soy lento y además no acabo de despertar.

Como un libro de alpinismo que relata cosas de la vida vivida en las montañas pero que ya agotó su capacidad de acción. Es un testimonio pero que quedó congelado en el tiempo. 

El fin de las novelas o de las películas las recordamos hasta que aparece la palabra “fin”, no más allá.

Está el testimonio que fue pero ya no es, ya no vive. Ya no deviene. Entonces, para escapar de la petrificación, necesitamos ser en lo que todavía no es.

 Es lo que se llama soñar despierto.

 Vivir en la realización del proyecto. En ese momento estamos viviendo no un presente, porque nuestro presente ya fue, ya está petrificado, sino que estamos vivos porque vamos en pos de un futuro que nos da vida en el presente.

"Debo tener el talento y la paciencia de formular lo que no está contenido en el lenguaje de nuestro tiempo,porque lo que ahora es inteligible no tiene sentido." escribió Henry Miller en Trópico de Capricornio.

Jean Whal se refiere a Hegel en el sentido que éste filosofo está convencido que el futuro está  determinado por el pasado,tal como comúnmente lo percibimos.Pero Whal  no deja de mencionar  que tanto para Kierkegaard,  como para el mismo Hegel, también es al revés:

"Según  algunos pasajes, de estos filósofos, pudiéramos decir que construimos el tiempo partiendo de nuestro futuro" (Introducción a la filosofía, Cap. IV)

El estudiante que cursa sus materias está viviendo ya en el todavía inexistente día de su graduación o examen final.

Nosotros estamos viviendo, esta mañana,  en el momento futuro de alcanzar la cima del Abanico, a través de su pared norte.

Por eso cuando los  alpinistas se reúnen a comentar detalles de la escalada ya realizada están comentando sobre  recuerdos, sobre cosas petrificadas. Ya pasadas. Están viviendo un presente ya muerto, carente de devenir.

 Y es el momento que vuelven a “hacer planes” de nuevas escaladas. Es decir, ese futuro todavía lejano, lo vuelven a hacer presente. Lo que todavía no es, ya empieza a  ser.

Diferente al historiador que parte desde el tiempo físico pasado, relatándonos hechos  enmarcados en   la causa y el efecto y que acaso el plan de trabajo abarque hasta el presente, ya muerto.

Aferrado al tiempo vital porque el otro ya está fosilizado

(Ilustración de Max,diario El País, España,26/07/14)

¿Estamos parados en la estación de ferrocarril viendo a los tiempos que unos vienen y otras van?

Unos vienen y otros están.

Si tenemos algún plan, sino ya estamos petrificados en el presente.

Morente lo dice así en su obra Lecciones preliminares de filosofía:

 “El pasado es el germen del presente en el tiempo astronómico, que está “en” la vida. Pero el tiempo vital, el tiempo existencial en que la vida consiste, es un tiempo en donde lo que va ser está antes de lo que es. Lo que va a ser trae lo que es. El presente es un “sido” del futuro…aquí, en la vida, el tiempo está dentro de la cosa misma. El ser mismo de la cosa consiste en ser temporal es decir, en anticiparse, en querer ser, en poder ser, en haber de ser. Y entonces, cuando ese poder ser y haber de ser, es. Cuando el futuro se convierte en futuro sido, en ese instante lo que “ya” es el excremento de la vida y la vida sigue su curso en busca de sí misma a lo largo de ese infinito futuro infinitamente fecundo.”





“Manuel García Morente (Arjonilla, Jaén, 22 de abril de 1886Madrid, 7 de diciembre de 1942) fue un filósofo español y, converso católico, en sus últimos años de vida fue sacerdote. Fue un gran divulgador, traductor de obras del pensamiento europeo, filósofo de cuño original, y gracias a su magisterio oral y escrito se iniciaron en la filosofía, y aún hoy día lo siguen haciendo, multitud de promociones universitarias….”






M.SCHELER Y LA DISPOSICIÓN DE ÁNIMO EN EL ALPINISMO


Abordar una primera escalada o una primera travesía, es cuando más nítidamente se ven estos aspectos de intuición y de percepción. 

La percepción será un instrumentar el equipo con relación al posible itinerario. Pero antes que la percepción tuvo lugar la intuición.”La disposición de ánimo está a un grado más de profundidad que la intención- escribe Max Scheler en su obra Ética y agrega:-La persona se da únicamente en la ejecución de los actos”.

La intuición es esa realidad que se presenta sin que yo la genere y que no conoce obstáculo alguno. Lo antitético, como si fuera realmente su contrario, estriba  en la percepción que mide y sopesa los pros y los contras muy fenómenológicamente.

Los actos son el libro abierto de cómo es verdaderamente  alguien, independientemente de sus palabras.  Pero, ¿cómo y cuándo empiezan esos actos y para qué sirven? Son muchas preguntas. ¿Es a través de la dificultad alpina que se da esa conciencia de mi existir, que Scheler llama disposición de ánimo?

Emprender una excursión, a pie, por las montañas, necesita cierta disposición de ánimo. Esta disposición de ánimo juega su rol, decisivo, mucho antes de preparar la mochila en casa. Parece que es la misma cosa en todas las situaciones de la vida.

Ir a las montañas es más difícil el decidirse a ello  cuando las salidas comprenden periodos prolongados entre una y otra salida (el habito se afloja).

El tema de la disposición de ánimo, para emprender una acción, ya sea positiva o negativa, ocupa toda una gama de valores en la filosofía. Casi la tenemos en la vida diaria como un lugar común. 

Pero es tan vitalmente importante que, al parecer, vuela sobre la fenomenología y el accidente, y se va a las regiones de las sustancias.

Todo escalador puede hacer como las aves que van en pos de la primavera, que vuela de un lado a otro del planeta procurar mantenerse dentro de los 20 grados C. No tienen necesidad de echar mano de grandes adaptaciones. Así el escalador dentro de su “milenio” de altitud. Escalo sólo en los 2 mil o en los 4 mil...

Pero todo animal, como los mamíferos, que van de un lugar helado a otro caliente o a los valles templados, tiene que sufrir una adaptación diferente. Así la disposición de ánimo es diferente para el que escala en los 2 mil que en los 5 mil o más. 

El clima, la cantidad de oxigeno, el estado de las rocas obligara a otro tipo de alimentos, ropa, equipo, técnica y, sobre todo, y antes que  todo, a otra disposición de ánimo.

Abordar escaladas en la montaña cerca de los centros urbanos el ambiente social de cercanía cuenta en un cierto estado de ánimo. Será diferente si el individuo se encuentra escalando 3 mil metros más arriba en los roquedales aislados y lejanos. Si la ruta que se sigue es de repaso o se trata de la primera, etc.

Disposición de ánimo. Intuición y percepción. Una misma cosa en diferentes niveles. Con frecuencia se le convierte en abstracciones para presentarlas como adversarias.
Tomado de La psiquiatría en la vida diaria, de Fritz Redlich, 1968.

Es "La trampa de manejar las abstracciones" dice Henry Miller.

La noticia que nos dan Kant y Scheler es que al estado de ánimo no se le  puede regular a voluntad, como si se tratara un termostato.

Estos dos pensadores  coinciden en que la disposición de ánimo es diferente, y más profunda, que lo que conocemos como “intención”. La disposición de ánimo es algo que pertenece a la región de lo intuitivo o esencial:  "Tan exacta es la opinión de Kant-dice Scheler-al afirmar que le disposición de ánimo, y no la intención, es el depositario primario, de lo bueno y lo malo.”

En todo esto está implicado mi libre albedrio. ¿Es así como actúa lo que llamamos destino?¿Depositarios? Como pasa con los billetes de la moneda corriente. Ni somos nosotros los billetes ni los hacemos ni nos pertenecen más que de manera fugaz. Sólo en ese lapso de tiempo somos los depositarios de los billetes. Así con la disposición de ánimo.

Scheler no quiere dejar lugar a dudas respecto de este tema:”La deposición de ánimo representa algo que no puede ser perturbado, destruido o alterado por la sola enfermedad psíquica, por muy grave  que esta sea, ni por muy profundamente que esas perversiones puedan  extenderse  a los grados intermedios  que conducen a la disposición de ánimo hasta la acción...Puede y debe con derecho decirse que sólo en la acción se “verifica” la disposición de ánimo.”

Probablemente hay en el fondo, con esto de la disposición de ánimo, una manera de decir yo existo. Pero, como se dice, soy sólo el depositario de ese sentimiento de disposición de ánimo, sea  una manera en la que se me está diciendo tú existes. Jean Whal, en su Introducción a la filosofía, lo dice así:

 “la existencia es, por una parte, lo que nos resiste, y, por otra, el esfuerzo que ejercitamos sobre lo que  se resiste. Así, podría definirse la existencia ya por la resistencia, ya por el esfuerzo, ya más bien por la relación o la unión de ambos: pues ambos están unidos a la vez que luchan entre sí…Sería cosa de notar que si podemos definir la existencia por la resistencia y el esfuerzo, es porque estas dos ideas se presentan con cierta intensidad.”
 
SCHELER




“Max Scheler (22 de agosto de 1874, Múnich – 19 de mayo de 
1928, Fráncfort del Meno) fue un filósofo alemán, de gran importancia en el desarrollo de lafenomenología, la ética y la antropología filosófica, además de ser un clásico dentro de la filosofía de la religión” Wikipedia
















MORENTE Y LA PERCEPCIÓN EN EL ALPINISMO


“Todos ellos comparten la convicción de un dualismo entre el mundo de los fenómenos y la cosa en sí, y la mayoría se halla también bajo el siglo del mecanicismo.” I.M. Bochensky, La filosofía actual, 1947.

Percibir y contemplar es lo que vive el alpinista en tanto sube y baja por los valles y las sierras. Instinto y principio vital gimen bajo el peso de una mochila.

 Por la noche, instalada ya su tienda de campaña, contemplará lejos, en el fondo de la sima negra, las luces amarillas de la ciudad donde los individuos sueñan con una sociedad igualitaria en los derechos humanos mientras practican con afán la desigualdad en la economía.

Elemental prueba de la existencia. Hay conciencia de justicia porque hay injusticia. Lo mismo que si estuviéramos en el mundo ideal, sería porque tendríamos conciencia de lo real. Tiritando de frío en el vivac, entre los hielos de la montaña, evocamos a su contraparte que es el tórrido desierto de Altar o entre los 50 grados de las dunas pensamos que no todo es así, que en el planeta hay montañas frías. El Paraíso de Dante está arriba y el Infierno abajo…

Percibimos la realidad porque intuimos la irrealidad. O viceversa.
PERDIENDO LA BATALLA
(Dibujo de Max, del diario El País.España)

La amada ciudad donde el libro perdió la batalla desde hace mucho tiempo frente a  la acción conductista de la prensa y donde ésta, a  su vez, tiene menos lectores porque la gente prefiere ver televisión.

Por lo ligerito, banal y cursi, tenemos ahora  conciencia de la seriedad del libro.

500 millones ven televisión y 20 millones leen el periódico mediante el cual conocen una versión de lo que  está pasando en el Medio Oriente. Y, acaso, 100 individuos siguen la senda a Thoreau. Thoreau  se “pierde” por los senderos del bosque buscando reencontrarse con la coherencia psicofísica a base de dialogar en silencio con la “naturaleza natural”.

Todo eso forma parte de nuestra vida, allá en el valle, o lo percibimos porque lo comentamos a “bote pronto”,   en nuestra “charla de fogón”, como decía el coronel Lucio V. Mansilla, el hombre culto que escribió la obra sobre los indios ranqueles de Argentina.

ALTAR,50 GRADOS,ES UN REFERENTE QUE EL FRÍO EXISTE...
Percibimos lo real, la cosa. Sólo que en términos lógicos, correlativos, lo real no tiene sentido sin su esencia. Sería una abstracción sin sentido, como la izquierda sin la derecha, lo de arriba sin  lo de abajo, lo frío sin lo caliente…

Por la mañana todo eso se ha ido con el nuevo sol y volvemos a percibir y a contemplar lo inmediato, un rappel para poder alcanzar la colina de enfrente, percibiendo con los sentidos los olores del bosque, sus colores, sus ruidos y sus silencios.

Pero también percibimos que cada tramo que caminamos tiene una categoría intelectual o esencial, diferente de lo sensible o real. Es el mundo de lo ideal porque así nos lo dice lo real y tan real que el mismo aire tiene sabor a hierbas y flores.

Es el mundo de la temporalidad, donde todo perece y vuelve a nacer. En el que pervive entre los árboles, los glaciares y las aristas, una esencia intemporal.

“Platón-escribe Jean Whal, en su valiosa obra Introducción a la filosofía, 1973- quería que estudiáramos la ciencia a fin de alcanzar, no realidades físicas, sino metafísicas.”

Un mundo donde la cosa sigue siendo la cosa pero también ahora es algo más que la cosa, como dice Manuel García Morente en su libro Lecciones preliminares de filosofía, 1974): ”La esencia ya no es una cosa en el mundo de las cosas reales; ya la esencia no es una realidad; ya la esencia no está en el tiempo, ni es causada ni causante, ni es real. Ya al llegar a ese fondo del mundo de las cosas reales hemos tropezado sin solución de continuidad con uno de los elementos de que está constituido el otro mundo, el de las cosas ideales..Porque las esencias son ideales.”

La montaña como objeto va a estar ahí sin mi intervención-dice el lógico del grupo-, sin la intervención del sujeto.

Yuma comenta que el sujeto, al ir hacia el objeto, o caminando entre los objetos, produce el pensamiento, la certeza de que existe. Creo que el viejo Descartes estaría de acuerdo conmigo.

Cualquier pensamiento, ya sea real o falso, como sea, “es la realidad existencial de mi propio yo.”

Agrego lo que dice Morente: “Una piedra  es un ente(cosa), pero no sabe que lo es, ni se interesa por serlo, mientras que la vida es un ente y sabe que lo es; es capaz de la reflexividad y además se interesa por ser ente. O, dicho de otro modo: la vida quiere vivir, la vida quiere ser vida, no quiere ser muerte: quiere ser vida.”

Y eso lo sé, sin necesidad de ir hasta las estrellas, porque lo percibo con la realidad de mis inapreciables cinco sentidos. O, como dicen que decía Epicuro: Sé que existo gracias al delicioso vino que me hace eructar.

Sería audaz, pero sí lo creo, dijo Yuma, siguiendo a Morente, que la realidad de las cosas existen porque yo existo: “Encontramos en estos objetos, las cosas, son lo que son no en sí mismos sino en cuanto nosotros nos ocupamos de ellas. “y agregó Yuma:

Eso me recuerda a Berkeley que dice que la materia no existe. No llegaré hasta ahí porque entonces mi adorada metafísica se quedaría sin su ineludible referente, que es la fenomenología.
Morente

“Manuel García Morente (Arjonilla, Jaén, 22 de abril de 1886Madrid, 7 de diciembre de 1942) fue un filósofo español y, converso católico, en sus últimos años de vida fue sacerdote. Fue un gran divulgador, traductor de obras del pensamiento europeo, filósofo de cuño original, y gracias a su magisterio oral y escrito se iniciaron en la filosofía, y aún hoy día lo siguen haciendo, multitud de promociones universitarias….”Wikipedia









N.ABAGNNANO Y LA INTUICIÓN EN LA ESCALADA



"Un pensar que no tenga por fundamento ninguna intuición,que no aprehenda ningún intuir dado en el mismo indiviso momento, es un pensar vacío" Fichte.

Llegamos a la cima de la montaña avanzada  la tarde. Toci había estado todo el día abriendo camino como guía, le seguía Yuma y yo al final.

La muchacha marchó a través de placas rocosas, corredores llenos de nieve y cornisas recubiertas de hielo.

No me explico cómo pude encontrar el camino correcto en ese laberinto de varias aparentes buenas posibilidades pero que ahora, desde aquí, vemos que sólo llevaban a finales fallidos, dijo.

En efecto, al inicio de la escalada, por la mañana, Toci estaba indecisa por donde empezar. Teníamos estudiado desde lejos lo que nos pareció el mejor itinerario pero ahora en la base, luego de atarse la cuerda a cintura, hubo cierto titubeo.

¡Sólo empieza y ya!, le había dicho Yuma.

El escalador, en el momento de empezar la ascensión, siente en el estómago como un nudo, como un revoltijo de emociones que  son tan reales como inexplicables. Al menos en ese momento no es como para detenerse a analizar.

No es el momento de analizar, sólo hacer pero, ¿cómo hacer?

Hace 13 millones de años los homínidos no sabían, sólo hacían. No tenían brújula ni plano ni barómetro, sólo hacían. ¿Cómo sobrevivieron? Su “paquete” tenía un instrumento inmensurablemente valioso que se llamaba  intuición. Es la misma intuición  que ahora tenemos. Está sobre la fenomenología, es decir, sobre el tiempo. Por lo visto los homínidos sólo eran los depositarios de la intuición.

Bueno, había dicho Toci, aquí voy, como homínida.

Pues si aquellas homínidas estaban como tú, por eso sobrevivieron. 

En efecto, era una muchacha bella y con un cuerpo como para estar en los concursos de la ilusión o tirada a la orilla de la piscina esperando que cayera en sus redes un millonario o dando sus hermosos pechos alimentando a un rollizo bebé.

Ahora explícame, Yuma, cómo es que el homínido pudo salir adelante, moviéndose en el gran desconocimiento.

Tirada de bruces sobre la cima, relajada después de una jornada tensa de superar tramos de escalada, colocar clavijas y tallar asideros en el hielo, Yuma iba a preguntar por qué no estaba tirada al borde de la piscina, lentes oscuros, esperando…

No preguntó. En cambio se metió en un enredado asunto de cuestiones de la intuición que iba desgranando mientras enrollaba la cuerda para meterla a la mochila y emprendiéramos el regreso al valle.

Toci siguió la mirada de Yuma cuando coincidió con el pensamiento de Yuma respecto del hipotético bebé rollizo y dijo: 

Empieza a explicarme lo de la intuición y no te preocupes por mí, tengo 19 años de edad, cuando tenga 35, con mis óvulos todavía en buen estado, me iré a tirar a la orilla de la playa y pescaré al primero que pase…

No recuerdo haber dicho nada de eso…

Pero lo pensaste ¿no? Acuérdate: “Cuando el hombre va la mujer ya viene”.

Yuma recordó a Henry Miller cuando le escribió a Anais Nin: "La mujer es, el hombre deviene"

El escalador ahora está en el modo discursivo.Antes echó mano del modo intuitivo.

 Tomado del libro Técnica alpina, de Manuel Sánchez y Armando Altamira G. México,1978

¿En qué idioma quieres que te lo comente, español, italiano, francés o alemán.

En todos, empieza por el español.

Bueno Toci, acabas de decirlo todo. La mujer tiene más desarrollado el sentido de la intuición que el hombre. Supongo que se debe a un complicado mecanismo de óvulos jóvenes, sueños con el príncipe azul y la búsqueda de alguien seguro para que asista al bebé.

Eso es muy Schopenhaueriano.

 Personalmente creo que fue la homínida la depositaria original de la intuición y ella lo heredó a los hombres. Como haya sido, se coincide en que hay el modo intuitivo y el modo discursivo. Éste  es el que consideramos allá abajo, el que sopesa la situación en diversos puntos de vista, lo analiza de lejos y de cerca y llega a una conclusión.

Por extraño que parezca, el método discursivo ocupa el segundo lugar. Lo primero es el intuitivo. De este dice el español  Manuel García Morente (Lecciones preliminares de filosofía): “La intuición consiste exactamente en lo contrario (que el método discursivo). Consiste en un acto único del espíritu que de pronto, súbitamente, se lanza sobre el objeto, lo aprehende, lo fija, lo determina por una sola visión del alma."

”José Ortega y Gasset, otro español, también dice que la intuición es una “presencia inmediata”.(¿Qué es la filosofía?)

Schopenhauer, alemán, escribe  que “Cuando la comprensión de lo universal penetra en el conocimiento intuitivo comprende no solamente los conceptos sino también lo percibido inmediatamente como algo universal…(En torno a la filosofía ). Además, hablando de la percepción, esa que obedece a los estímulos cerebrales a través de los cinco sentidos: “opera con la ayuda de las representaciones intuitivas.”(La cuádruple raíz del principio de razón suficiente).

Bueno, dijo Toci, todo eso está bien para filósofos, nosotros, por lo visto, somos practicantes de esas cosas, no teorizantes.

Te equivocas, eso es un prejuicio de algunos intelectuales para sentirse exquisitos y que en las calles del trasporte colectivo nos hemos creído. Te recuerdo lo que al respecto escribió Morente refiriéndose a Bergson:” La filosofía de Bergson es una constante invitación a que el lector  sea también filósofo  y haga él también las mismas intuiciones.”

Bueno, tú como mujer, ya tienes las cuatro quintas partes recorridas. El lema de tu paquete de intuiciones podría ser: “Cuando tú vas yo ya estoy de regreso”

Hay varias actitudes con respecto a la intuición como son la intelectual, la actitud emotiva y la actitud volitiva. Pero hay que apresurarse a decir que no son contradictorias sino coadyuvantes. De modo que,Toci, no pienses en hacer abstracciones de cualquiera de ellas y la agarres como bandera y fundes tu secta intelectual…La filosofía ya tiene más sectas que el Nuevo Testamento...

Les recordé que el termómetro había ya bajado diez rayas del cero Celsius y, yo tenía la intuición que, si no nos movíamos, quedaríamos como paletas…

¿Y el italiano? Preguntó por último Toci.

Abbagnano no habla directamente de la intuición. Se refiere al retorno del humano a la naturaleza. A la naturaleza natural. Dice que para ello conserva su sensibilidad  primitiva que le facilitará el retorno: “La sensibilidad es, como naturalidad primitiva del hombre, la constitución de diversas capacidades correlativas a los elementos de la totalidad de la que viene a formar parte el hombre como sensibilidad.”(Introducción al existencialismo).

J.G.Fichte, alemán, se detiene más en esto de la intuición.Para él la intuición es nada menos que la vida vivida, en primer lugar,y la vida pensada,en segundo lugar. Lo dice en Introducción a la teoría de la ciencia.

Luego de una extensa consideración de lo que es la intuición intelectual y la intuición sensible,Fichte dice que la intuición "es una conciencia especial, y además inmediata,o sea, una intuición,pero que no se dirige a un ser estable material,sino una intuición de la mera actividad,que no es nada estático sino un curso progresivo,no un ser, sino un vivir... El concepto del actuar,que sólo se hace posible por medio de esa intuición intelectual del yo espontáneo, es el único que une los dos mundos que existen para nosotros, el sensible y el inteligible. Lo que se opone a mi actuar-algo tengo que oponerle, pues que soy finito- es el mundo sensible.Lo que debe surgir por medio de mi obrar,es el inteligible."

En seguida de lo cual escribe. "Un pensar que no tenga por fundamento ninguna intuición,que no aprehenda ningún intuir dado en el mismo indiviso momento, es un pensar vacío."


 
ABBAGNANO
 “(Salerno, 1901 - Milán, 1990) Filósofo italiano. Fue profesor de historia de la filosofía en la Universidad de Turín desde 1936. De joven, y gracias a la reflexión de Aliotta, recibió la influencia del contingentismo francés y del intuicionismo de Henri Bergson.”











Justificación de la página

La idea es escribir.

El individuo, el grupo y el alpinismo de un lugar no pueden trascender si no se escribe. El que escribe está rescatando las experiencias de la generación anterior a la suya y está rescatando a su propia generación. Si los aciertos y los errores se aprovechan con inteligencia se estará preparando el terreno para una generación mejor. Y sabido es que se aprende más de los errores que de los aciertos.

Personalmente conocí a excelentes escaladores que no escribieron una palabra, no trazaron un dibujo ni tampoco dejaron una fotografía de sus ascensiones. Con el resultado que los escaladores del presente no pudieron beneficiarse de su experiencia técnica ni filosófica. ¿Cómo hicieron para superar tal obstáculo de la montaña, o cómo fue qué cometieron tal error, o qué pensaban de la vida desde la perspectiva alpina? Nadie lo supo.

En los años sesentas apareció el libro Guía del escalador mexicano, de Tomás Velásquez. Nos pareció a los escaladores de entonces que se trataba del trabajo más limitado y lleno de faltas que pudiera imaginarse. Sucedió lo mismo con 28 Bajo Cero, de Luis Costa. Hasta que alguien de nosotros dijo: “Sólo hay una manera de demostrar su contenido erróneo y limitado: haciendo un libro mejor”.

Y cuando posteriormente fueron apareciendo nuestras publicaciones entendimos que Guía y 28 son libros valiosos que nos enseñaron cómo hacer una obra alpina diferente a la composición lírica. De alguna manera los de mi generación acabamos considerando a Velásquez y a Costa como alpinistas que nos trazaron el camino y nos alejaron de la interpretación patológica llena de subjetivismos.

Subí al Valle de Las Ventanas al finalizar el verano del 2008. Invitado, para hablar de escaladas, por Alfredo Revilla y Jaime Guerrero, integrantes del Comité Administrativo del albergue alpino Miguel Hidalgo. Se desarrollaba el “Ciclo de Conferencias de Escalada 2008”.

Para mi sorpresa se habían reunido escaladores de generaciones anteriores y posteriores a la mía. Tan feliz circunstancia me dio la pauta para alejarme de los relatos de montaña, con frecuencia llenos de egomanía. ¿Habían subido los escaladores, algunos procedentes de lejanas tierras, hasta aquel refugio en lo alto de la Sierra de Pachuca sólo para oír hablar de escalada a otro escalador?

Ocupé no más de quince minutos hablando de algunas escaladas. De inmediato pasé a hacer reflexiones, dirigidas a mí mismo, tales como: “¿Por qué los escaladores de más de cincuenta años de edad ya no van a las montañas?”,etc. Automáticamente, los ahí presentes, hicieron suya la conferencia y cinco horas después seguíamos intercambiando puntos de vista. Abandonar el monólogo y pasar a la discusión dialéctica siempre da resultados positivos para todos. Afuera la helada tormenta golpeaba los grandes ventanales del albergue pero en el interior debatíamos fraternal y apasionadamente.

Tuve la fortuna de encontrar a escaladores que varias décadas atrás habían sido mis maestros en la montaña, como el caso de Raúl Pérez, de Pachuca. Saludé a mi gran amigo Raúl Revilla. Encontré al veterano y gran montañista Eder Monroy. Durante cuarenta años escuché hablar de él como uno de los pioneros del montañismo hidalguense sin haber tenido la oportunidad de conocerlo. Tuve la fortuna de conocer también a Efrén Bonilla y a Alfredo Velázquez, a la sazón, éste último, presidente de la Federación Mexicana de Deportes de Montaña y Escalada, A. C. (FMDME). Ambos pertenecientes a generaciones de más acá, con proyectos para realizare en las lejanas montañas del extranjero como sólo los jóvenes lo pueden soñar y realizar. También conocí a Carlos Velázquez, hermano de Tomás Velázquez (fallecido unos 15 años atrás).

Después los perdí de vista a todos y no sé hasta donde han caminado con el propósito de escribir. Por mi parte ofrezco en esta página los trabajos que aun conservo. Mucho me hubiera gustado incluir aquí el libro Los mexicanos en la ruta de los polacos, que relata la expedición nuestra al filo noreste del Aconcagua en 1974. Se trata de la suma de tantas faltas, no técnicas, pero sí de conducta, que estoy seguro sería de mucha utilidad para los que en el futuro sean responsables de una expedición al extranjero. Pero mi último ejemplar lo presté a Mario Campos Borges y no me lo ha regresado.

Por fortuna al filo de la medianoche llegamos a dos conclusiones: (1) los montañistas dejan de ir a la montaña porque no hay retroalimentación mediante la práctica de leer y de escribir de alpinismo. De alpinismo de todo el mundo. (2) nos gusta escribir lo exitoso y callamos deliberadamente los errores. Con el tiempo todo mundo se aburre de leer relatos maquillados. Con el nefasto resultado que los libros no se venden y las editoriales deciden ya no publicar de alpinismo…

Al final me pareció que el resultado de la jornada había alcanzado el entusiasta compromiso de escribir, escribir y más escribir.

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