UNAMUNO, ¿QUIÉN ESCRIBE LA NOVELA?




El pensamiento de Unamuno
S. Serrano Porcela
Fondo de Cultura Económica, México-Buenos Aires
1953

En cada lengua descansa una concepción del mundo

El autor de la novela es el que escribe la novela. Pero es un autor, como en el caso de Miguel de  Unamuno, que “está respaldado en una cultura densa, bien digerida y propietario de su personal estilo expresivo”, dice Serrano. Piénsese en estos breves renglones y, para llegar a ello, se necesitó  toda una vida de preparación, madurez y creación.

El autor escribe desde su ser pero ahora fue moldeado por una “cultura densa” que después él digirió. Ahora ese hombre de cultura universal va a escribir desde  España, su tierra nutricia, aunque se encuentre viviendo en Japón. Unamuno pugna porque se escriba desde dentro, no desde lo que se lee. 

"Unamuno fue un gran lector,un devorador de libros,un "calientalibros",como a sí mismo se tituló en correspondencia  con Ortega y Gasset...Su biblioteca privada apendice hoy de la biblioteca universitaria salamanquina,cuenta con cinco mil libros sustanciales, muchos de ellos acotados marginalmente"
Miguel de Unamuno

Que se sea original. Otra vez el desconcierto que apunta Schopenhauer y  es necesario dejar de leer si se quiere ser original.  Ambos, Schopenhauer y Unamuno, parten hacia la originalidad desde una posición dueña de una sobreinformación cultural. Después que han leído, durante muchos años de su vida, todo lo que se les puso enfrente y lo que ellos buscaron.

 En otros países  se parte hacia la originalidad no desde la cultura sino del empirismo, sin cultura o con un  acervo deficiente de ella. Lo que encontramos es que alguien, si acaso tuvo la perspicacia suficiente, volvió a descubrir el agua tibia. O se carga demasiado en otros autores. Aquí es donde Unamuno hace la siguiente observación:

No te cuides con exceso del ropaje,
de escultor, no de sastre es tu tarea

Eso sí, escribir con pasión. Por eso Unamuno acerca la filosofía más a la poesía que a la ciencia: “Un sistema filosófico, si se le quita lo que tiene de poema, no es más que un desarrollo  puramente verbal.”  Y la paradoja es ser original pero ¿desde dónde? El autor dice “No hay ideas sino mi idea, la que es verdadero auténticamente o inauténticamente.”

De esta manera Unamuno se va acercando a lo que seguramente Jung aprobaría con su inconsciente colectivo. Escribir, dejándose llevar por sus orígenes. El argumento de “cultura globalizada” puede servir para ir esparciendo sofismas, más que  acercar a los pueblos. Necesito leer y conocer a Shakespeare, Cervantes, Tolstoi, Poquelín. Pero cómo un polaco va a escribir como un indio ranquel de Argentina, un indio huichol mexicano  como Somerset Maugham o un parisino sentir, pensar y escribir un Popol Vuh?

Por eso Unamuno escribe lo siguiente: “La filosofía alemana es filosofía de la lengua alemana y la filosofía cartesiana  es filosofía de la lengua francesa. Esto no puede ser de otro modo, porque en cada lengua descansa una concepción del mundo…El filosofo saca del lenguaje  la carga semántica allí economizada por el hombre anónimo e histórico durante siglos, pero no el grito, el gesto, la emoción con que nacieron, fueron pronunciada y fijadas las palabras.”

















GRAHAM GRENEE Y EL PROPIO VERDADERO SER




Cartone, personaje de Dickens en Historia de Dos Ciudades, Fernando Valle de Altamirano en su novela Clemencia, Jean-Louis Charlot y Michel Janvier, personajes de Graham Greene  en  El Decimo Hombre, son cuatro individuos atípicos al escoger morir para que otros se salven. Shakespeare tal vez sea el primero, en los siglos recientes, de este tipo de sacrificio con su personaje Antonio en El Mercader de Venecia.

Lo típico es sálvese el que pueda y el que no perezca. Primero yo, luego yo  y después yo. Es la época del yoismo-consumismo. El mismo Schopenhauer, que sabido es no se tienta el corazón para decir las verdades venenosas que predomina sobre las buenas, en el corazón de los humanos, declara en una parte de su obra En torno la filosofía, que el humano es  capaz de ese tipo de sacrificios. Sus escritos no son la amarga terapia del clásico filósofo amargoso ni tampoco el autor de textos adornados con florecitas. Su objetividad, llegado el caso no duda en reconocer lo que hay  de trascendente en el humano. Tiene mucha influencia del brahmanismo y del budismo en los cuales se distinguen bien lo perecedero de lo imperecedero.
Graham Grenee

 Pero como esta actitud más parece un absurdo que un acto razonable, se pone el ejemplo de una carrera de relevos. Un atleta corre  un tramo y se agota, en ese momento le entrega la estafeta al que está en buenas condiciones para continuar con ímpetu la carrera. Aquí no importa que los cuerpos se agoten o hasta que perezcan. Lo que s e pone a resguardo con el siguiente corredor es que la carrera continúe y con él, lo que va  a trascender,  es la mística. Dos tipos de valores en un mismo corredor. El cuerpo perecedero y el ser imperecedero. El fenómeno y la voluntad, como se dice en occidente o como en la filosofía  de la India, la Realidad Última y el velo de la ignorancia.

Esto  no es una entelequia y está más cerca de nosotros de lo que imaginamos. Anda en nuestras calles. Es el caso de los militares, los policías y los bomberos. Desprestigios aparte en lo que suelen caer miembros de estos gremios, también ellos, llegado el caso, ofrendan su vida para que otros puedan seguir viviendo. Sus miserables sueldos y también sus miserables prestaciones, si acaso las tienen,  le quita el carácter mercenario al asunto y les deja la inmensurable vocación  de sacrificio.
Schopenhauer: “El reconocimiento antes indicado de su propio verdadero ser en un individuo extraño que se presenta objetivamente, se destaca hermosa y claramente  en los casos en los que un hombre irreparablemente destinado a la muerte piensa todavía, con ansioso cuidado y activo celo, en el bien y la salvación de otros…En todo caso vemos  al individuo ante sus destrucción personal inmediata, que no piensa ya en sus conservación para concentrar todos sus cuidados y sus esfuerzos en otro individuo. No puede expresarse más claramente  la conciencia  de que sólo  perece el fenómeno, pero que el ser verdadero queda intacto continuando en el otro.”

Graham Grenee tiene un bello cuento corto, apenas tres cuartillas, en donde desarrolla toda la mística de lo imperecedero sobre el fenómeno. Su título: Del otro lado

























OVIDIO Y LA LEYENDA DE ORFEO




Las metamorfosis -Ovidio
Mitología Griega
Ángel Ma. Garibay K.
Editorial Porrúa, México-Sección Sepan Cuantos…Núm.31
2009

Del “otro lado” hay vida pero es una región de la que ya no se regresa. Se puede obtener esa especialísima autorización pero con una condición... ¿Esta leyenda es un canto al amor o sólo una actitud solipsista de Orfeo? La serpiente es tan absolutamente mala y venenosa que permanece inmune a la belleza del canto divino de Orfeo.

Es un relato en el que Ovidio nos dice en primer lugar que los griegos de la antigüedad creían en la vida después de la muerte.Aun más: que "allá" se conserva el yo individual con todo lo que significa la unidad cuerpo-alma. Dos actos de fe que serían fundamentales en el cristianismo.En segundo,Orfeo lo comprobará, que del Tártaro nadie regresa. Y tercero que allá es posible reanudar la vida conyugal y familia


 Orfeo y Eurídice  en el momento que están a punto de salir del Tártaro

Orfeo es un mito y una realidad. En algunos pueblos árabes y mediterráneos existió la práctica religiosa conocida como orfismo. El padre Garibay, erudito conocedor de la cultura de la Helade,  dice que “Es un movimiento religioso muy divulgado en Grecia  y Roma, principalmente por los mismos días de la difusión del cristianismo. Pretende fundarse en principios doctrinales que provienen del famoso personaje. Se suele señalar algunas etapas y hay quien lo hace tan antiguo como para proceder del siglo VII a C. Tiene ciertos libros  que suelen llamar Escritos Órficos, de muy diversa autoridad y antigüedad.”



Eurídice, esposa de Orfeo, muere por  mordedura de una serpiente y se va al Tártaro. Ovidio nos dice cómo imaginaban los griegos que era este lugar:”lugares llenos de espanto, de silencio y de Caos.” Orfeo la sigue y logra convencer a las divinidades rectoras del lugar que le permitan a Eurídice regresar con él: “he venido en busca de mi esposa. Una víbora le inyectó su veneno y la hizo perecer en la flor de la edad”.  Se le concede a condición que él no vuelva la vista atrás. Caminan hacia la salida pero él no logra resistir y Eurídice regresa a lo profundo del Tártaro. Con el tiempo Orfeo muere y hasta entonces  logra reunirse con su Eurídice y vivir juntos por siempre. Tal es la leyenda de Orfeo.

Es probable que una frase de Ovidio haya dado la pauta a Dante de que, aún en el Tártaro, hay cierta organización y categorías del mal que para algunos hay esperanza de salir de ese lugar. Cuando finalmente Orfeo se reúne con Eurídice: “La sombra de Orfeo desciende bajo la tierra  y reconoce los lugares  que había visto antes. En los campos en donde habitan los piadosos encuentra a Eurídice, a la que estrecha entre sus brazos con avidez.” Y tal vez Eurídice haya sido la antecesora de Beatriz…

Todo el mito nos presenta a Orfeo en plena acción. Eurídice es el leit motiv sobre el que se va a desarrollar todo. Pero ella es una figura pasiva. Lo único que hace es morir. Catulo, poeta veronés romano (87 a C.) tiene un verso que presenta a las mujeres en el dinamismo desarrollando todo su potencial amoroso  y termina así.
 “Lo que una mujer ferviente a su amante le dice
Más vale en viento escribirlo y en la corriente veloz”

Orfeo es el que se afana hasta niveles sospechosos por algo que él siente pero del que, por parte  de Eurídice, casi no se tienen  muestras de entusiasmo. Conforme se va a desarrollar la conducta de Orfeo, después que sale del Tártaro, más parecería, como sucede con las exageradas manifestaciones de amor y sexo, que Orfeo está buscando, más que el amor de su mujer,  una reafirmación de su naturaleza masculina…

Cuando Orfeo regresa del Tártaro, en su intento por sacar a Eurídice, su conducta es mantenerse alejado de las mujeres y se le señala de haber propiciado  el homosexualismo: “Orfeo había rehuido el contacto con las mujeres, ya porque había sufrido, ya porque había empeñado su fe. Pero muchas anhelaron unirse al poeta. Numerosas las que se dolieron al ser rechazadas. Fue él el que enseñó a los pueblos de la Tracia   a dirigir el amor  hacia los tiernos  jóvenes y a recoger la breve primavera de esos años  y sus primeras flores.” Garibay apunta: “Orfeo dio a las Ménades normas de vida sexual perversa y según algunos recomendó el homosexualismo.”

Lo que caracteriza a Orfeo es su modo especial de tañer la lira, pues es un don concedido por los olímpicos: “Orfeo era hijo de Apolo, quien le enseñó a cantar” dice Ovidio. Hasta los árboles del bosque se arrancan de sus raíces por tal de seguirlo. Mediante el sonido de su instrumento es como consigue convencer a los personajes del Tártaro para que lo dejen entrar y le permitan traer a Eurídice:” Fue Orfeo a buscarla al Hades y mediante  su música se abrió paso. Adormeció al Cerbero y a los mismos jueces del Averno.” (Garibay)

Resentidas las mujeres por su rechazo, lo asesinan y desmembran su cuerpo, arrojan su cabeza al río. Luego de varios días ésta se detuvo en una de las orillas del Ebro. Decapitado, su cabeza seguía tañendo la lira hasta que los dioses le ordenaron callar. Una serpiente está por hincarle sus colmillos. Prototipo del mal, la serpiente no es susceptible del encanto de la lira de Orfeo.

Finalmente los dioses lo rescatan y lo llevan al lugar en el que los hombres lo adorarán como un divinidad. Lo mismo le sucede a su lira, que paso ser objeto de adoración: “Su lira fue colocada en el templo de Apolo en Lesbos y era venerada por las musas. Muy adelante se le pone  entre las constelaciones.” (Garibay)






















LA ETICA DE SCHOPENHAUER




En torno a la filosofía
Schopenhauer
Editorial Porrúa, México.
Serie Sepan Cuantos…Núm.455
2009. Primera edición en alemán: Berlín 1851



La ética para boy scout es en la que todos soñamos. Pero es sólo un sueño. La realidad es otra y por eso soñamos en un mundo mejor. 

Se premia al niño- lobato cuando hace la acción buena del día. ¿Por qué se le premia si  su obligación de gente civilizada y culturizada y espiritualizada es  hacer buenas acciones todo el día? Porque el resto del día hace trampa.
A. Schopenhauer

La respuesta está en la fábrica. En la fábrica se premia con un bono extra al obrero que cumple con su trabajo. ¿Por qué un bono extra porque haga su trabajo si se le contrata y paga para que haga su trabajo? Porque los dos están haciendo trampa. El trabajador no cumple como debería y el patrón no  paga lo estipulado por las leyes y además no incluye el premio en el sueldo tabular…


En las las universidades del mundo se premia a los eméritos por haber contribuido al avance de las ciencias y de las humanidades. ¿Por qué se les premia si por eso se les paga? ¿O no se les pagó lo necesario y un premio bajo los reflectores y una nota en la gaceta borra la injusticia?

En su libro Ética  este pensador nos dice por qué el afán de enseñar ética, por qué se enseñan reglas de civismo y urbanidad, por qué se afana las religiones y por qué están las leyes civiles. Porque las calles están llenas de gente que hace trampa.

 ¿Por qué todas las mañanas los padres llevan presurosos a sus niños al kindergarten? Para alejarlos en lo posible de la animalidad.

No nos gusta este lenguaje árido pero luego nos preguntamos por qué existen los hospitales. Porque abundan los enfermos. Trasládese esto al terreno de la conducta y tendremos la respuesta de por qué la ética, la religión, etc.

 Gobernadores que en la función pasada endeudaron a su estado con cien millones de dólares, y en el país sin nombre a esta cifra puede usted  agregarle treinta ceros y todavía así se quedará corto (que el pueblo, que gana cincuenta pesos al día y es la mayoría, tiene que pagar con hambre durante los próximos doscientos años) y siguen hablando de la urgencia de unificar a la bancada de su partido para luchar  y sacar al pueblo de la miseria…En este otoño de 2016 tres ex gobernadores, del país sin nombre,  son buscados por la  Policía General dela República, y por la Interpol, por haberse llevado de las arcas de "su" gobierno hasta la taza del inodoro...

Sindicatos que casi ponen patas arriba al mundo protestando contra el outsourcing que beneficia a los patrones y a la vez  tiene a sus propios  trabajadores en el outsourcing

Funcionarios de algún gobierno u organizaciones  particulares que, en situación de emergencia por sismo o tsunami,  pone sus puestos de acopio para recibir ayuda en dinero,víveres o ropa y lejos de entregarlos a los necesitados esconden para ellos lo que recibieron en los puestos de acopio.




Se considera que en el planeta hay mil millones de católicos que deben estar familiarizados con el Sermón de la Montaña que Jesús dijo,  a sus discípulos y a una gran multitud,  en la ladera de una montaña  al norte del Mar de Galilea, cerca de Capernaum. Casi medio centenar de  consideraciones que hablan de otras tantas patologías en la conducta humana.

Una intención mueve a Schopenhauer en este árido tema y es la prevención. Así como hay la medicina preventiva: “Hay que conocer esa mascarada muy joven para no dejarse engañar.” Y, en lo posible, no reproducir el modelo. 

Casi estamos por decir que, junto a la Ética  de Schopenhauer, el Zaratustra nietzscheano es sólo un aprendiz de oratoria.

En su República Platón lo dice y, en Las Leyes Aristóteles lo repite, cuando se les pregunta qué sería lo primero a tomar en cuenta al  fundar  una ciudad. ¡La leyes! Responden. Las leyes se hacen porque hay malos.

 El hecho que inocentes estén en las cárceles es una prueba más que en las calles hay malos.

 Es cierto cuando se dice que las leyes y las religiones son represoras. Como los médicos en los hospitales son represores de los virus patógenos.

Gente que ha recibido el Premio Nobel de literatura y personajes  de la nobleza, empezando por reyes y príncipes, exhiben orgullosos sus trofeos haciéndose retratar junto a  sus víctimas o adornando sus salones con cabezas de león, tigre o mandíbulas de tiburón. Los más feroces depredadores de sus respectivos hábitats…

Para leer Ética de Schopenhauer, que él empieza con la metáfora de las “mascaras”, habría que poner antes una advertencia, como hacen los de la televisión:”este programa contiene escenas que pueden ser desagradables”. Igual a la entrada de los hospitales deberían poner un letrero con la siguiente
Advertencia: “Aquí sólo hay enfermos”.
Tomado del diario El País, España, sábado 20 de julio de 2013

Nos gustan los libros color de rosa llamados de autoayuda. Sus autores son gente positiva que debemos  tomar como un paradigma de optimismo. Pero ante la magnitud del asunto sólo son como de primeros auxilios.

 Lo que hace  Schopenhauer es tomar el bisturí y mostrarnos las llagas. Un cirujano no cura los tumores con sólo las buenas intenciones. Como tampoco es el cirujano el culpable de esas llagas. 

El hombre es bueno,asegura Mencio,pensador chino que vivió del 370 aC al 290.Lo mismo pensaba Confucio, un poco antes que él.Es bueno por naturaleza y tiene  las potencialidades para todo eso.Pero otro filósofo chino,Hsun Tzu,siglo III a C. sostuvo que "el hombre era malo o tendía hacia el mal por naturaleza."

Jesús sabía que el hombre, por sus instintos de sobrevivencia y posesión, es malo,sino para qué el Sermón de la Montaña. Pero también sabía que puede ser bueno hasta niveles inconmensurables.

Solamente hay una situación, dice Schopenhauer, en la que los hombres y las mujeres actúan tal como son. Esta situación se llama anarquía. Pero como entre gitanos no se leen las manos, por eso están las leyes…

Schopenhauer empieza con su metáfora favorita de los perros. Lo que sigue de esta nota es de él y se encuentra en la bibliografía anotada al principio.

“Así se explica que la amistad con los perros sean la huida de la falsedad  y traición de los hombres, porque la cara honrada del perro no engaña. Nuestro mundo civilizado no es más que una mascarada, donde se encuentran caballeros, curas, soldados, doctores, abogados, sacerdotes, filósofos, pero no son lo que representan, sino sólo las máscaras, bajo la cual, por lo general, se esconden especulantes de dinero (moneymakers)…Hasta hay muchos que se han puesto la máscara de la filosofía, de la misantropía, etc."

Pone un ejemplo de esta clase de conducta que, bien mirado, no es tan ajena a cada uno de nosotros ya sea de cerca o de lejos. Dice que si usted tiene un seguro de vida puede jurar que sus días están contados:

“ En 1884 se han visto en Inglaterra  centenares de esposos, uno al otro, o juntos, envenenarse a sí  y a sus hijos por centenares de veces o martirizarlos con hambre y mal cuidado, lentamente, hasta la muerte, sólo por cobrar de las asociaciones  de sepultura (burialclubs) los gastos del sepelio, para cuyo fin los han inscrito en varias asociaciones a la vez, hasta veinte. Véase sobre esto  el Times del 20,22 y 23 de septiembre de 1884, que exige por esta razón la prohibición de aquellas asociaciones. La misma acusación repitió vehementemente el 12 de diciembre de 1853.”

 Finalmente Schopenhauer escribe: “Pero donde caen las cadenas del orden legal, irrumpiendo en la anarquía, ahí demuestra lo que es.”








































Justificación de la página

La idea es escribir.

El individuo, el grupo y el alpinismo de un lugar no pueden trascender si no se escribe. El que escribe está rescatando las experiencias de la generación anterior a la suya y está rescatando a su propia generación. Si los aciertos y los errores se aprovechan con inteligencia se estará preparando el terreno para una generación mejor. Y sabido es que se aprende más de los errores que de los aciertos.

Personalmente conocí a excelentes escaladores que no escribieron una palabra, no trazaron un dibujo ni tampoco dejaron una fotografía de sus ascensiones. Con el resultado que los escaladores del presente no pudieron beneficiarse de su experiencia técnica ni filosófica. ¿Cómo hicieron para superar tal obstáculo de la montaña, o cómo fue qué cometieron tal error, o qué pensaban de la vida desde la perspectiva alpina? Nadie lo supo.

En los años sesentas apareció el libro Guía del escalador mexicano, de Tomás Velásquez. Nos pareció a los escaladores de entonces que se trataba del trabajo más limitado y lleno de faltas que pudiera imaginarse. Sucedió lo mismo con 28 Bajo Cero, de Luis Costa. Hasta que alguien de nosotros dijo: “Sólo hay una manera de demostrar su contenido erróneo y limitado: haciendo un libro mejor”.

Y cuando posteriormente fueron apareciendo nuestras publicaciones entendimos que Guía y 28 son libros valiosos que nos enseñaron cómo hacer una obra alpina diferente a la composición lírica. De alguna manera los de mi generación acabamos considerando a Velásquez y a Costa como alpinistas que nos trazaron el camino y nos alejaron de la interpretación patológica llena de subjetivismos.

Subí al Valle de Las Ventanas al finalizar el verano del 2008. Invitado, para hablar de escaladas, por Alfredo Revilla y Jaime Guerrero, integrantes del Comité Administrativo del albergue alpino Miguel Hidalgo. Se desarrollaba el “Ciclo de Conferencias de Escalada 2008”.

Para mi sorpresa se habían reunido escaladores de generaciones anteriores y posteriores a la mía. Tan feliz circunstancia me dio la pauta para alejarme de los relatos de montaña, con frecuencia llenos de egomanía. ¿Habían subido los escaladores, algunos procedentes de lejanas tierras, hasta aquel refugio en lo alto de la Sierra de Pachuca sólo para oír hablar de escalada a otro escalador?

Ocupé no más de quince minutos hablando de algunas escaladas. De inmediato pasé a hacer reflexiones, dirigidas a mí mismo, tales como: “¿Por qué los escaladores de más de cincuenta años de edad ya no van a las montañas?”,etc. Automáticamente, los ahí presentes, hicieron suya la conferencia y cinco horas después seguíamos intercambiando puntos de vista. Abandonar el monólogo y pasar a la discusión dialéctica siempre da resultados positivos para todos. Afuera la helada tormenta golpeaba los grandes ventanales del albergue pero en el interior debatíamos fraternal y apasionadamente.

Tuve la fortuna de encontrar a escaladores que varias décadas atrás habían sido mis maestros en la montaña, como el caso de Raúl Pérez, de Pachuca. Saludé a mi gran amigo Raúl Revilla. Encontré al veterano y gran montañista Eder Monroy. Durante cuarenta años escuché hablar de él como uno de los pioneros del montañismo hidalguense sin haber tenido la oportunidad de conocerlo. Tuve la fortuna de conocer también a Efrén Bonilla y a Alfredo Velázquez, a la sazón, éste último, presidente de la Federación Mexicana de Deportes de Montaña y Escalada, A. C. (FMDME). Ambos pertenecientes a generaciones de más acá, con proyectos para realizare en las lejanas montañas del extranjero como sólo los jóvenes lo pueden soñar y realizar. También conocí a Carlos Velázquez, hermano de Tomás Velázquez (fallecido unos 15 años atrás).

Después los perdí de vista a todos y no sé hasta donde han caminado con el propósito de escribir. Por mi parte ofrezco en esta página los trabajos que aun conservo. Mucho me hubiera gustado incluir aquí el libro Los mexicanos en la ruta de los polacos, que relata la expedición nuestra al filo noreste del Aconcagua en 1974. Se trata de la suma de tantas faltas, no técnicas, pero sí de conducta, que estoy seguro sería de mucha utilidad para los que en el futuro sean responsables de una expedición al extranjero. Pero mi último ejemplar lo presté a Mario Campos Borges y no me lo ha regresado.

Por fortuna al filo de la medianoche llegamos a dos conclusiones: (1) los montañistas dejan de ir a la montaña porque no hay retroalimentación mediante la práctica de leer y de escribir de alpinismo. De alpinismo de todo el mundo. (2) nos gusta escribir lo exitoso y callamos deliberadamente los errores. Con el tiempo todo mundo se aburre de leer relatos maquillados. Con el nefasto resultado que los libros no se venden y las editoriales deciden ya no publicar de alpinismo…

Al final me pareció que el resultado de la jornada había alcanzado el entusiasta compromiso de escribir, escribir y más escribir.

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