P. Rivet y el origen del hombre americano

Los orígenes del hombre americano
Paul Rivet
Fondo de Cultura Económica
1974



Un día todos fuimos migrantes, que no se nos olvide.

Procedente del “antiguo” continente, el hombre llegó a América, por el norte, caminando, hará unos 20 mil años. Y por el sur sensiblemente menos tiempo. Pero también llegó por el agua marina. Llegó de diferentes partes de Asia y África y de Europa. Aislado de todo, desarrolló una espiritualidad,  religión, tecnología, arquitectura y cultura  originales. Y, también, como los peruanos, “salieron” y volvieron. Hombres osados, como los vikingos, llegaron y por siglos permanecieron en suelo americano, pero al final desaparecieron, casi sin dejar huella. Sólo los asiáticos llegaron para
quedarse. Y trascender.

20 mil años es garantía de originalidad.
Recuérdese que Ur, la ciudad formal más antigua del Oriente Medio,200 kilómetros al sur de Babilonia, en la desembocadura de los ríos Tigris y Éufrates, tiene 6 mil años, cuando el mismo Egipto estaba en proceso de integración con reinos pequeños insignificantes.


Grupo de Alaska

“El hombre americano no es autóctono; venido del antiguo continente, no aparece en el Nuevo Mundo antes del fin del Cuaternario, después del retroceso de los grandes glaciares; y sólo pudo llegar a él utilizando vías de acceso iguales a las existentes hoy día, puesto que América tenía desde esa época lejana sus contornos actuales.”

Se da por hecho el origen asiático de las poblaciones del Nuevo Mundo. El paso de aquellas regiones hacia América sería a través del Estrecho de Bering y el rosario de Islas Aleutianas que se hallaban libres de hielos hacia el final de Cuaternario: “Según Hrlicka, el prototipo indio se encuentra entre las poblaciones actúales de Siberia, de la China occidental, de Mongolia, del Tíbet, de Corea, del Japón, de Filipinas y de Formosa. Estos emigrantes asiáticos, aun perteneciendo a la misma raza fundamental, no eran absolutamente homogéneos desde el punto de vista étnico; correspondían a diversos subtipos de la raza amarilla y tenían  civilizaciones diferentes.”
Bering y las islas Aleutianas, en el noroeste del dibujo
Mujeres navajo,desierto norteamericano

Hasta donde iban las investigaciones  antropológicas, en las que  Rivet se apoyó, fueron carbones de fogata en Tule Spring, en el sur de Nevada, Estados Unidos: “S e trata de fogones descubiertos  en Tule Spring, en el sur de Nevada, que han proporcionando utensilios de piedra labrada (cuchillos, raspadores, trozos de obsidiana, discos) y osamentas de animales (Camelops, bisonte de cuernos largos, mamut, caballo, ciervo) que habían sido cocinados y consumidos en el mismo lugar. El carbono proveniente de dichos fogones tendría más de 23, 800 años”. Si bien, más adelante Rivet anota que, en cuanto a la presencia del hombre,  estos  descubrimientos no son muy convincentes y, en todo caso, habría que considerar menos antigüedad.

Abundan las composiciones líricas, y de  literatura religiosa, que han enrarecido el dato tanto paleontológico como histórico. Por ejemplo, Jesucristo habría venido a México en la persona de Quetzalcóatl, en tiempos precolombinos. Los de la mítica Torre de Babel también se vinieron para acá, etc. Con graves carencias culturales, las masas se lo han creído.

Con la mención de la no utilización de la rueda, Rivet echa abajo  tales distorsiones: “ Ignorancia del hierro, de la rueda, del torno, del vidrio, del trigo, del arroz, del centeno y de la cebada; origen autóctono  relativamente reciente y empleo muy limitado del cobre y del bronce son hechos que eliminan, de una manera definitiva, todas las hipótesis que suponen intervención, en el poblamiento de América, de razas civilizadas en posesión  de estos diversos elementos culturales, desechándose por consiguiente las inmigraciones de judíos, tirios, fenicios, cananeos, carios, tártaros, egipcios, babilonios, etcétera. Conducen asimismo a descartar toda influencia  relativamente reciente de los pueblos civilizados de Asia: chinos y japoneses, sur-asiático de Indochina y de la India. Resulta en efecto inadmisible  que inmigrantes  que conocieron los metales, el vidrio, el trigo, el arroz, la cebada, el centeno, la rueda y el torno, no lo hubieran llevado a los nuevos países por ellos invadidos.”

Mujer de la tribu  kickapoo,norte de México



La ruta desde Australia, hacia el norte, hasta el sur del sur de América

Rivet  menciona la presencia australiana en el sur del continente: “Una de las influencias étnicas que pueden discernirse en América además de la influencia asiática, es de origen australiano. Su acción, por discreta y limitada que haya sido, logra demostrarse por la  antropología, la lingüística y la etnografía. Sólo  se ha ejercido esta acción de manera eficaz en América del Sur y principalmente entre las tribus más meridionales de este continente.”
mujer de etnia mexicana


Considera que, a semejanza a lo del paso por Bering, en el hemisferio norte, en el sur también  pudo suceder, aunque en fechas más recientes. Se aprovecharía  una regresión glaciar. Sería partiendo de Australia, en dirección norte, hacia el Polo Sur, rodeando por el este (y por el oeste) y luego otra vez hacia el norte hasta alcanzar la punta sur  del sur de América: “Esta regresión podría haber dejado una faja libre  de hielos en la costa antártica, análoga a la existente en Groenlandia, permitiendo así establecimientos humanos. Por analogía con lo conocido en el hemisferio norte, se podría situar esa sazón hacia unos 6,000 mil años  antes de nuestros días.” (Fig,19)

Se refiere a la presencia de elementos  tanto negros como blancos, normandos de Europa occidental, antes del festejado descubrimiento por Cristóbal Colón. Si bien con un aporte sanguíneo y cultural imperceptible: “Pero estos contactos no fueron suficientes para modificar de una manera  sensible le evolución de las civilizaciones indias, ni para introducir una sangre  nueva entre los pueblos  indígenas; no pasaron de ser accidentes sin repercusión y sin prolongaciones.”
niña etnia guatemalteca

Desde luego menciona lo que se tiene como el autentico descubrimiento de América por los europeos en épocas ya históricas: “El verdadero viaje de descubrimiento fue el de Leif. En 992, este hijo de Erik el Rojo, después de comprar el barco de Bjarni, se  embarcó en él con 35 hombres, para ir a explorar el país que había divisado Bjarni.” Viajaron desde la parte oeste  de Groenlandia hasta hacer contacto  con Terranova. Eran condiciones adversas y no obstante permanecieron mucho tiempo. Finalmente regresaron hacia el norte o, de alguna manera, se extinguieron: “A partir de 1379, el empuje de los esquimales se hizo sentir a su vez  sobre este último. Sólo a fines del siglo XV se extinguieron  los últimos colonos normandos, después de haberse mantenido cinco siglos  en estas tierras inhospitalarias.”


Rivet le da mucha importancia a las migraciones por agua que bien pudieron haber tenido lugar en la antigüedad. Pone, como ejemplo, la destreza de navegación  de los peruanos y de los polinesios  para ir y venir: “Las migraciones por agua (vía fluvial y cabotaje marino), han desempeñado un papel esencial en la historia de la humanidad y probablemente su función ha sido más importante que las migraciones realizadas por tierra.”
Mujer etnia de Panamá
niña etnia venezolana

Al final de su obra  Rivet se refiere  a la tendencia  euro centrista en  los redescubrimientos que se dieron en el siglo dieciséis  por españoles, portugueses e  ingleses, en el sentido que trajeron todos los adelantos culturales y tecnológicos al Nuevo Mundo. Esta visión fue un recurso para justificar la destrucción que causaron para después reconstruir:

hombre mapuche, etnia chilena




Mujeres etnia colombiana





“Libres de toda influencia exterior, nacieron aquí una arquitectura  y un arte decorativo, las ruinas de los monumentos mexicanos, yucatecos y peruanos nos aportan cada día nuevas pruebas  de este desarrollo autóctono. Se descubrieron técnicas de una perfección  sorprendente: técnica de la cerámica, técnica de los metales, técnica del tejido. Los alfareros americanos igualan  a los del Viejo Mundo por su maestría plástica, así como por la variedad de las formas creadas y de decoración que adorna sus obras. Los metalúrgicos de la altiplanicie  boliviana y peruana descubrieron el cobre y el bronce; los de la costa peruana, la plata y sus aleaciones. En Colombia, el trabajo del oro y sus aleaciones ha realizado obras de una complejidad técnica asombrosa. Chapeado, coloración, soldadura autógena, laminado, hilado, fundición a la cera perdida, no tenían secretos para los artistas precolombinos. El platino y el plomo figuraban también  en parte en el arsenal metalúrgico de ciertos pueblos. Con la misma destreza, los indios utilizaban  la pluma, fabricaban tejidos, esculpían la piedra, modelaban el barro y el estuco, tallaban las piedras duras, confeccionaban con pirita u obsidiana espejos cóncavos o convexos.”





muchacha etnia argentina











A mediados del año 2013 ha estado saliendo, en el canal televisivo, un programa de History Chanel, en el que se relata la exploración que un grupo de gente de la academia, un geólogo, un arqueologo,etc. estudian unos ragos de orígen runico europeo encontrados en  una cueva de las montañas Mustang, de Arizona, Estados Unidos.

Los caracteres rúnicos son  como el epitafio de alguien que se supone está enterrado en ese lugar.La conclusión es que corresponden a la fecha del año 1,200. La investigación que ahí se relata arroja el apellido de una familia que, efectivamente, existió hasta fechas recientes en una población de Inglaterra.

 El punto es que en el siglo XII (cuando ni siquiera se había fundado México-Tenochtitlán o lo que  sería la capital del gran imperio azteca y que, asimismo, faltarían varios siglos para que los Padres Peregrinos arribaran a las costa del noreste de América  procedente de Inglaterra)) estamos hablando de algo precolombino.

 Los del grupo de   Erik el Rojo se dice que desaparecieron siglos atrás y que no "bajaron" mucho hacia el sur. La investigación está por ampliarse y por lo pronto nos quedamos con preguntas como qué hacía esa gente en los desiertos del sur del actual  Estados Unidos.¿Cómo y por qué llegaron hasta ahí?.



Eduardo Gamboa Carrera, investigador asociado del Centro Regional del INAH, de Chihuahua,México, ha publicado un trabajo titulado: La arqueología de Chihuahua,cien años después. En una parte se refiere al periodo paleoindio: "En el norte de México,las ocupaciones precerámicas son escasas y se han interpretado siguiendo las secuencias establecidas en Estados Unidos. Hyden  (1976a y 1976b) ha definido a partir de una punta de proyectil, un horizonte que corre de 30,000 a 11,500 ANE, en el área de la sierra del Pinacate al noroste de Sonora;sin embargo su evidencia es bastante débil."
 
 
Nota publicada en Internet el 8 de mayo de 2018

Los mexicanos podrían tener un ‘pariente lejano’ en Siberia

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Tec Review

Dulce Pontaza

Científicos analizaron el genoma completo de 12 individuos de seis diferentes grupos étnicos y regiones del país. Te contamos qué descubrieron. .© Editorial Tecreview Científicos analizaron el genoma completo de 12 individuos de seis diferentes grupos étnicos y regiones del país. Te contamos qué descubrieron. .

Los pobladores originales de México tienen afinidad genética con un individuo, conocido como Niño de Mal’ta, que se estima habitó en Siberia hace 25 mil años, así lo reveló un estudio realizado por un grupo multidisciplinario de más de 30 investigadores de diferentes instituciones mexicanas y publicado en la revista Nature Communications.

Científicos de los institutos nacionales de Medicina Genómica (INMegen) y de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMNSZ) hicieron un estudio del genoma completo de 12 individuos de poblaciones indígenas de seis diferentes grupos étnicos y regiones del país.

el Norte: tarahumaras y tepehuanos; del Centro y Sur: nahuas, totonacas y zapotecos, y mayas de la Península de Yucatán.

Lee: Científicos localizaron genes que logran la variedad de tonos de piel

En los genomas de los dos sujetos de la población tarahumara, grupo étnico reconocido por su capacidad física, se identificó un mayor número de variantes nuevas en genes relacionados con funciones musculares, lo cual también se observó en el genoma de tres corredores pertenecientes a la misma población.

Debido a que la capacidad física reconocida en los tarahumaras puede estar también relacionada con diversos procesos ambientales y sociales, además de los genéticos, los hallazgos del estudio no establecen que la genética de este grupo poblacional determine su capacidad atlética.

El objetivo del trabajo científico titulado Historia demográfica y variación genética biológicamente relevante de mexicanos nativos inferidas a partir de la secuenciación del genoma completo, fue ampliar el conocimiento sobre la historia demográfica de los mexicanos.

Por si no lo viste: Estudios de ADN revelan ancestros europeos en fenicios. Los hallazgos también podrían ser útiles para identificar factores genéticos relacionados con enfermedades prevalentes entre la población, señaló la Secretaría de Salud.

Los investigadores concluyeron que el número de los primeros pobladores era reducido y permaneció así en las poblaciones que se asentaron en el Norte del país (como los grupos tarahumaras y tepehuanos).

En contraste, el tamaño de las poblaciones del Centro y Sur se incrementó de manera importante, coincidiendo en tiempo con la domesticación del maíz, hace aproximadamente 10 mil años.

También puedes leer: Primeros pobladores de América cazaban y comían perezosos gigantes

Dado que los primeros pobladores de América pudieron haber quedado aislados en el Estrecho de Bering durante más de cinco mil años, previo a su dispersión en el continente, es posible que existan variantes genéticas únicas y comunes entre las poblaciones indígenas, que sean poco frecuentes o incluso no existan en otras poblaciones del mundo.

Dichas variantes podrían ser relevantes para entender algunas características biológicas de las poblaciones de México o incluso, estar relacionadas con la mayor prevalencia de diversas enfermedades o la variación en la respuesta a tratamientos farmacológicos.







La conquista del Popocatépetl 1287

Parte superior del Popocatépetl, lado norte.La ruta marcada con el número 1 es la de Las Cruces, por donde subieron Montaño y su grupo.
Libro: Relaciones originales de Chalco Amaquemecan
Autor: Chimalpahin
Fondo de Cultura Económica (México- Buenos Aires)
1965
Tiene 5,452 m.s.n.m.
La primera ascensión documentada al Popocatépetl fue en el año de 1287. Este dato está consignado en Relaciones Originales de Chalco Amaquemecan. Fueron escritas por Don Domingo  Francisco de San Antón Muñon Chimalphain Cuauhtlehuanitzin, nacido el 27 de mayo de1579, en Amecameca. “Era descendiente de familia reinante  en Amaquemecan, a la llegada de los hispanos”.

 Escribió una historia que lleva el título de Relaciones Originales de Chalco Amaquemecan. En 1965 fue editado por el Fondo de Cultura Económica, México- Buenos Aires. En la página 147 refiere con toda precisión que este volcán fue subido en el año 3 caña, que corresponde al 1287 del calendario gregoriano.La ascensión, por motivos religiosos, la llevó a cabo un habitante de Amecameca que se llamaba Chalchiuhtzin. Pero Chimalphain tampoco dice que haya sido la primera vez que se subía el Popocatepetl. La conquista en realidad puede corresponder a fechas anteriores  al siglo trece pero  hasta la presente tal hecho no está documentado.

 En la ladera norte de este volcán existía un serie de adoratorios que iban de Tlamacazcalco hasta, posiblemente, Teopixcalco (se conserva la toponimia), en los 5 mil. Lo que todavía se puede distinguir es el adoratorio Nexpayantla, en el lado sur, bajo la la cumbre de la Torre Negra.

El francés José Deseado Charnay exploró, en el siglo diecinueve, esos lugares encontrando abundante testimonios arqueológicos de ofrendas a Tláloc, dios del agua. Algunas del  Arcaico.  Con esto estaríamos mencionando tiempos muy remotos. Como remotos es el adoratorio por excelencia a Tláloc, en la cumbre de la montaña del mismo nombre, arriba del pueblo actual de Río Frío, camino a la ciudad de Puebla. Algunos historiadores, como  el padre Francisco Clavijero, lo hacen de la época tolteca aunque, dice, los mismos toltecas   cuando empezaron a arribara esta cumbre de 4,150  de altitud, ya encontraron ahí ofrendas.

Apoyado en el trabajo de Charnay, José Luis Lorenzo llevó a cabo un serie de ascensiones localizando estos adoratorios de la ladera norte del  Popocatépetl y otros en la ladera oeste de la Iztaccihuatl. Publicó un trabajo muy  valioso para la arqueología de alta montaña que tiene por título Zonas arqueológicas de los Volcanes Iztaccihuatl y Popocatépetl. Fue editado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia,México, 1957.

Bajo la Calzada de los Muertos, en Teotihuacán, hay restos de edificios de hechura olmeca. Y la montaña Tláloc está en el paso del sureste del país, en donde está ubicada la zona olmeca ( considerada la civilización madre del pensamiento precristiano del mundo indio), hacia el valle de Teotihuacán. Es todo un asunto para investigar. Como sea, estamos hablando de tiempos muy lejanos que pueden saltar más allá de la época antes de Cristo. Nada más Teotihuacán se considera, para su primera etapa  de construcción, un siglo antes de nuestra era.


La cita mencionada de Chimalphain dice: “Y ese Chalchihuitzin fue el que trepó arriba del Popocatépetl buscando propiciar la lluvia, porque por entonces sol y sequía habían cobrado fuerza y había hambre y necesidad, según el saber de los ancianos. Allá (arriba) s e flageló el Chalchihuitzin. Según refieren los ancianos, llegó bien hasta la mera cabeza…En el año 3 Caña, 1287”

Una roca  grande, esculpida, circular, que hay en el centro de Amecameca,al pie del kiosco, data del año 1299. Es probable que conmemore la ascensión de Chalchiuhtzin (hipótesis por confirmar).


 Las altas montañas  mexicanas fueron subidas en tiempos prehispánicos bajo la concepción religiosa del Tepehiluitl,o fiesta de las montañas. Los trabajos de Fray Bernardino de Sahagún y Fray Diego Durán, ambos cronistas españoles del siglo dieciséis, de los días inmediatos posteriores a la conquista, dan información de ello.

Tezcatlipoca como Tepeyollotl (Códice Féjerváry-Mayer)= Corazón de la Montaña.La figura que Tezcatlipoca sostiene en la mano derecha es una montaña que humea.

Mitología

Una noticia más relacionada con  el Popocatépetl y esta procedente de la antropología: el dios de dioses de la religión mexica, Tezcatlipoca, está relacionado con este volcán al desaparecer dentro de él ( Tezcatlipoca, autor Guilhem Olivier, FCE,2004,Pág 131).Tezcatlipoca fue mutilado en el interior del volcán. Citando a Las Casas, este autor opinan que tal acontecimiento está en el orígen del nombre Popocatépetl y su nombre fue puesto desde ese día.

No está por demás recordar que Tezcatlipoca es llamado "El Señor del Espejo Humeante" y se le representa mediante un espejo de obsidiana. Y la obsidiana, vidrio volcánico, sólo viene del volcán, en este caso, del Popocatépetl.
Tezcatlipoca

El otro dato es que Tlamacazcalco (el lugar  conocido como "Tlamacas", al pie del lado norte del volcán (3,980 m.s.n.m), y que es hasta donde llega en la actualidad la carretera asfaltada, en la puerta misma de un  amplio albergue), significa su nombre : " En la casa de los sacerdotes de la orden  Tlamacazque. Los que están consagrados a Tezcatlipoca. Lo cual se aplicaría, si evocamos que Tezcatlipoca desapareció dentro del Popocatepetl.

Recuerdese que en el siglo diecinueve el viajero francés, José Deseado Charnay , localizó una línea de adoratorios partiendo de  Tlamacazcalco hacia el volcán. En el lado sur ,inmediatamente debajo de la cumbre de la Torre Negra, están los restos del "Adoratorio Nexpayantla". Estos datos se encuentran en la publicación de José Luis Lorenzo: Zonas arqueológicas de los volcanes Iztaccihuatl y Popocatétel, editado por el INAH, México, en 1957.

Aun le queda  por desentrañar a la ciencia antropológica el lugar conocido como Teopixcalco.  Se localiza en  el collado  entre la cumbre de la pared del Abanico y la ladera final del Popocatepetl., hacia el Pico Mayor. Se encuentra en una altitud de 5050 m. En la actualidad, y desde hace más de medio siglo, hay ahí un refugio con cupo para una seis personas.  
Tezcatlipoca (Codice Borgia)

Dios Popocatépetl en la actualidad

Este volcán sigue considerándose Dios Popocatépetl. Sus nieves se funden,  el agua que desciende  riega los campos de sembradío y da vida a la gente.

 Las comunidades campesinas subyacentes ya están en el ciberespacio del siglo veintiuno pero, dice sus jóvenes, los países del primer mundo con su alta tecnología también tienen su Dios. ¿Cuál es la diferencia?
Como en todo rito religioso no se adora a la imagen o a la montaña sino que ésta sólo es una manera de representar la idea. Sucede en las grandes religiones y en las chicas.  Aun en las que adoran a Dios en el lugar donde no hay imagen alguna. Hay que recordar que en la religión mexica el vacío central del Nahui Ollín representa al Quinto Sol.
Tres siglos de celo cristiano durante la colonia española no lograron acabar con esta adoración a Dios Popocatépetl que viene de la religión de Tezcatlipoca-Tlaloc. Desde las arcaicas comunidades campesinas de miles de años de antigüedad. Tampoco la sociedad laica- cristiana mexicana no pudo doblegarla a lo largo de dos siglos a partir de la independencia. Los numerosos cristianismos liberales, procedentes de Estados Unidos, bajo distintas denominaciones sectarias, tampoco lo han logrado

En la actualidad los intereses detrás de la pantalla han decidido continuar con la labor desarraigadora pero ahora  de manera por demás sutil. Los medios ya no le llaman “Popocatépetl” sino “Don Goyo”. Los diferentes nombres nahuas del volcán señalan características vulcanológicas (Popocatépetl= montaña que humea. Popocatzin= Humeadorcito. Xalliquehuac= el que arroja ceniza. Su fiesta era celebrada en el mes mexica de Teotleco, mes 12 del Calendario Azteca).
 Don Goyo no quiere decir nada. Ni toponímico ni religioso. Sólo el tiempo dirá si esta arremetida de los medios logra acabar con el culto a Dios Popocatépetl. La primera etapa del proceso es cambiarle de nombre…

H. Bergson llama "zenonizar" al proceso de traer a escala humana las cosas divinas.

(ver en este mismo blog "El pensamiento de Bergson)

Conforme  avanzan las investigaciones de antropología, en especial de las poblaciones del lado sur, al  pie del Popocatépetl, como sería Tetela del Volcán, con el monte  Teocuicani, en los 3150 m. y  otras en el sureste, hacia Izucar de Matamoros, dios Popocatépetl podría señalarse como avatar de Tezcatlipoca. Hasta ahora esto es una mera hipótesis nuestra.

Sin pretender sacar conclusiones apresuradas, la idea del Popocatépetl como "imagen"  de Tezcatlipoca es que este dios, "el más grande de los dioses", era adorado de especial manera en Tlalmanalco y en Chalco, poblaciones cercanas al Popocatépetl en su vertiente del noroeste. Para los que no estén familiarizados con la  geografía de esta región diremos que Matamoros, está en el SE, Tetela del Volcán en el S, Tlamacazcalco (paraje de adoratorios cercanos) en el N  y Chalco- Tlalmanalco en el NW.Con lo que de hecho toda una cadena de lugares de adoración le da la "vuelta "al Popocatépetl.

A esto hay que agregar que hay también una relación cercana entre Tezcatlipoca y los que son heridos, lisiados o muertos por el rayo. Recordamos que, de manera particular, el mencionado monte Teocuicani, en la cota 3,150 de la ladera sur del Popocatépetl, debe su nombre de "Cantor Divino" (teotl; dios y cuicani cantor o cantar) por la cantidad de rayos que caen en ese lugar. Tantos que, hemos constatado personalmente, hay toda una organización (centenaria) de gentes, habitante de los pueblos subyacentes cercanos, que llevan una lista de nombres de los que han sido tocados por el rayo. A estos, ellos mismos les llaman "rayistas".Y en los caminos y senderos que ascienden, a partir del pueblo de Tetela del Volcán, por su lado este, hay numerosas cruces de los muertos por el rayo. Todo esto: rayos y  lisiados, repetimos, están íntimamente ligados con el dios del Trueno (, que en este caso no se trata de Tlaloc sino de Tezcatlipoca.Ver Tezcatlipoca, de Guilhem Olivier).


Hernando Ruiz de Alarcón ( Tratado de las supersticiones y costumbres gentílicas que oy viven entre los indios naturales desta nueva España) al describir uno de los conjuros acostumbrados por los mexicas, dice que el espejo ( A Tezcatlipoca se le conoce como "El Señor del espejo humeante" )que Tezcatlipoca trae en algunos códices, que se trata de "El espejo que sólo emite humo", y, más adelante, "el espejo cuyo atavío facial está emitiendo vapor".Y emisiones de humo y de vapor son propios del Popocatépetl.La propia etimología del nombre "Popocatepetl" quiere decir: "Montaña que humea". Tezcatlipoca Tlatlahuqui es Tezcatlipoca Rojo y refiere al color del sol antes del ocaso pero también a la incandescencia de esta montaña cuando está en actividad volcánica.


                                                Los primeros europeos que subieron el Popocatépetl, por orden de Hernán Cortés, fueron Montaño y otros españoles en 1521.Su motivación fue la extracción de azufre que necesitaban para confeccionar pólvora. Algunos cronistas, como Bernal Díaz del Castillo, dicen que fue un grupo comandado por Díaz Ordaz. En efecto, estos fueron los primeros enviados por Cortés pero no consiguieron llegar al cráter. Cervantes de Salazar relata la ascensión de Montaño. Fue un gran logro de orden psicológico si se toma en cuenta la mentalidad europea que a la sazón prevalecía con respecto a las montañas.

Ofrecemos, en facsímil, un material  publicado en el libro nuestro Alpinismo Mexicano, publicado en 1972 por la Editorial ECLALSA, México) que ayudará conocer el contexto orográfico en la que se desarrollaba la religión de Tezcatlipoca- Tlaloc, en especial en Tepehiluitl, la fiesta de las montañas.
En especial nos referimos a la primera ascensión llevada a cabo por los españoles en el siglo dieciséis.




 Montaño y su grupo subieron por Las Cruces y descendieron al cráter en busca de azufre para confeccionar polvora. No fue la primera ascensión al volcán pero sí el primer descenso al cráter. Una empresa de mucho mérito para su tiempo. En la actualidad, aun para gente de montaña,  no es frecuente realizar ese descenso.En el alpinismo mexicano de los años cuarentas del siglo veinte era frecuentada esa bajada, aun con rudimentarias cuerdas de henequén. Pero en el alpinismo actual ha caido en desuso. Hasta hubo una compañía, a mediados del siglo pasado que, siguiendo los pasos de los españoles de la conquista, se dedicaba a extraer azufre del cráter.

D. H. Lawrence y el caos indoamericano

D.H.Lawrence
La Cruz de Quetzalcoatl y sus escandalosas guacamayas marcando los solsticios.Los brazos son los anteriores cuatro soles. El centro es el Quinto Sol.
Mañanas en México
D.H.Lawrence
Universidad Autónoma Metropolitana (México)
 1987

Lawrence observa que el mundo maya, a través del Popol Vuh, se dirige  al antropocentrismo. Y éste quedaba atorado en el gancho de la Evolución, dentro de  sucesivos katunes. La causa y el efecto. La biología y la paleontología. Los dioses de Mayapan hicieron tablas matemáticas al menos  para los  próximos diez mil años.

Teotihuacán, en cambio,  nada tiene que ver con la humanidad. Es el molcajete (mortero)  del universo donde se apagan y se encienden los soles. La cronovisión, la desnuda astronomía. Es hora que haya luz en el cielo, dijeron los dioses, reunidos en San Juan. Hicieron una gran hoguera. El dios Nanahuatzin saltó hacia las llamas purificadoras. De su consumido cuerpo surgió otro sol. ¡El Quinto Sol!

En el universo todo se apaga y todo vuelve a encenderse. No hay porque  estar entreteniéndose con la fugaz célula primordial. Este descubrimiento  del cerebro humano nada tiene de común con la mecánica de las estrellas. Lawrence advierte que hay más sensatez  en las reiteradas  generaciones espontáneas, y el caótico proceder de los dioses del Popol Vuh, y de los dioses del Altiplano Mexicano, que en el aburrido retorcimiento de ese invento llamado Evolución.

Los periquillos  que marcan los equinoccios,  de la Cruz de Quetzalcóatl, se ríen escandalosamente  de la causalidad de esos animalitos que se arrastran por el suelo, que nacen por la mañana y a las cinco de la tarde ya son ancianos. Los soles de los aztecas han cautivado la pluma del autor de El amante de Lady Chatterley. Un sol hace ¡pop!, todo se oscurece. Otra serie de  lucecillas empiezan a revolotear en algún lugar de la oscuridad. Se oye de nuevo el alboroto de las guacamayas, un gato sale corriendo entre la selva y el lagarto vuelve a asomar su arrugado lomo entre el lodo de la orilla del río…

Cuando nuestros preclaros mexicanos, hombres de letras del Humanismo, hacia mediados del siglo veinte, trataban de meter, con calzador,  al indio-mexicano, en un esquema psicoanalítico procedente de Europa, ora parricida ora matricida, ya mucho antes que ellos, Lawrence, un anarquista europeo,  escribía sobre el indio-mexicano in situ. Pero ya mucho antes conocía su alma. Lawrence viajo a México en la década de los veintes y, en un ambiente apacible, se puso a escribir sobre pericos parlanchines y las ruidosas guacamayas. Lawrence quizá no volvió a escribir nunca  una metáfora tan formidable como ésta de la sociedad mundial de su tiempo.

En su carácter de hombre  absolutamente libre, que desarrolla una novela, “lejos de los lagartos del tren presidencial”, no conocerá el molde que le prohíba llamar dioses a los dioses, a  cambio  del laicismo que  le imponga la camisa de fuerza de “héroe cultural”.

Veía en la pared  de enfrente, de su cuarto,   un cuadro de la Cruz de Quetzalcóatl. De él  parecían salir  cuatro aves como guacamayas... Su vuelo no iba más  allá del grado 24, 3 minutos, arriba de la línea equinoccial, el 21 de junio. Ni bajaba más de los 24 grados, con 3 minutos, el 21 de diciembre.  Fue cuando concibió que, en la catástrofe cíclica de los Soles de los aztecas, hubiera más congruencia que en la aburrida teoría de la Evolución. Entonces el anarquista escribió, en la hoja en blanco que tenía en su mesa:
“Por mi parte, no creo en la evolución; y mucho menos como una cinta atada a la Primera Causa, que vaya enredándose  lentamente en una ininterrumpida continuidad a través de los siglos. Me satisface más la teoría de los aztecas  acerca de los Soles, es decir, una serie de mundos sucesivamente  creados y destruidos. El Sol, de repente,  entra en convulsiones, y los mundos se apagan  del mismo modo  que otras tantas velas  cuando alguien tose en medio de ellas. Después, sutil y misteriosamente, el sol vuelve a estremecerse y una serie nueva de mundos parpadeantes comienza a iluminarse.

“Esto satisface  más a mi fantasía  que el interminable y aburrido  retorcimiento de la cinta del Tiempo y de la Evolución, atada del giratorio gancho de una Primera Causa. Me llena de regocijo pensar en la explosión de todo ese espectáculo-¡pop!- y el que no quede nada de él sino astillas  de caos volando aquí y allá. Y luego nuevos y menuditos centelleos apareciendo en la oscuridad, resurgiendo no sé cómo ni dónde.

“Me complace pensar en un mundo que estalla-¡pop!-cuando los lagartos se han hinchado demasiado y es tiempo de bajarles los humos. Después, millones de colibríes encendiendo en la oscuridad, y una interminable sucesión de pájaros sacudiéndose sus alas al salir de la oscura matriz; de flamencos  surgiendo sobre una pata a la manera del alba naciente; de loros gritando-hablando casi-al mediodía; de pavos reales desplegando sus colas al atardecer como noches de estrellas…

“Los aztecas decían que  hubo cuatro soles, siendo el nuestro el quinto. Un tigre, jaguar, o monstruo enfurecido con manchas  de noches en su piel, saltó de no se sabe dónde  y engulló al primero de nuestros soles con la multitud de sus piadosamente  desamparados insectos. El segundo Sol estalló  en medio de un gran viento: seguramente cuando los lagartos perecieron. El tercer Sol hizo explosión en el agua, ahogándose aquellos animales considerados como innecesarios…

Tres odas de Horacio Flaco


Quinto Horacio Flaco  nació en Venusa, Italia, el ocho  de diciembre del año 65 antes de Jesucristo. Amigo de hombres poderosos del Imperio, y de hombres de letras, como Virgilio, Horacio se vio alternativamente entre enormes riquezas y extremas pobrezas. Según soplaba el viento del poder. De ahí que meditara mucho respecto de la prudencia que plasmó en la frase: “de nada demasiado.”

La mentalidad del hombre cristiano  está orientada para cumplir deberes morales para su salvación, tales como la fe, la esperanza y la caridad. El hombre pagano, en cambio, que sobre todas las cosas busca la virtud, trata de poner en práctica  la justicia, la fortaleza y la prudencia. De ahí su pensamiento: “de nada demasiado”.

Las tres odas que mencionamos aquí de Horacio están encaminadas a la prudencia. La oda a Lidia es por haber amado demasiado. Recordando que “demasiado” es más allá  que muchísimo. La oda a Delio le insta  a que, en el umbral de la abundancia, abandone esa sonrisa insolente. La tercera oda Horacio se la dedicó “A  sí mismo”, en el sentido que bien podrían salirle úlceras si, deslumbrado por la riqueza que tuvo a su disposición, se le ocurriera  abandonar la vida sencilla en la que gustaba refugiarse, no obstante que su vida transcurría en los centros del poder romano que le tocó vivir.

A Lidia
No llaman a tus ventanas, Lidia, como antes hicieran, con harta frecuencia y prisa, los ávidos jóvenes que a ti acudían, ni como antes, ellos restan ahora tiempo de tu sueño. Tu puerta ama sus umbrales y no mueven, como antaño hiciera, con tanta frecuencia sus batientes. Cada día oyes menos, menos cada día, la voz suplicante que exclama: ¿Cómo es posible Lidia mía, que tú duermas tranquila, mientras muero? Bien pronto, vieja y sola, bajo un cielo que se antojará sin luna, en un lugar en el que te encontrarás, cual pudieras encontrarte en cantón desierto sometido al fiero soplo del Aquilón de Tracia,  llorarás los arrogantes amadores de otro tiempo y entonces echaras de menos el calmar tu nunca aplacado ardor, mientras sufres que tu hígado ulceroso te devore y te enfurezca, como enfurece a la yegua el rijo. Y ellos no sin que tú  te lamentes sombríamente  de que la lozana juventud  prefiera la hiedra verde  y el mirto, al mustio follaje que es amigo constante del invierno. Y que por ello haya abandonado  con desdén y para siempre  la puerta de tu casa. 

A Delio
Acuérdate Delio de mantener en los momentos difíciles y en las adversidades un alma igual pareja  al alma que se tiene cuando todo marcha como debe. Y recuerda igualmente que cuando la fortuna te sonría debes preservarte  de mostrar una alegría insolente, que pudiera resultar ofensiva. ¡Oh Delio, Delio que tienes que morir! Y morirás lo mismo si hubieras vivido  triste en todo tiempo, que si alegre hubieras vivido. Por eso apartado aquí ahora de todo, en este lugar en el que los numerosos pinos y los álamos plateados  unen la hospitalaria sombra  de sus ramas y donde el agua  fugaz,  alegre y viva resbala  por el arroyo retorcido manda traer vinos, perfumes y la todavía temprana hoja  de las rosas y deléitate  pues te lo permiten tus muchos bienes y tus pocos años y no te lo impiden  los negros hilos de las Parcas. Que cuando ellas corten  el hilo de tu vida  forzosamente dejarás los sotos que compraste y tu casa y la granja que bañan las ondas rojas del Tiber, y un heredero poseerá ese cúmulo de riquezas que tú has allegado. Porque bien fueses rico y descendieras del más noble  linaje de la tierra o bien fueses un pobre  que ha nacido de esclavos, siempre terminarías siendo víctima  del Orco que de nadie se apiada. Todos somos forzados a un mismo fin. La urna de los destinos humanos rueda para todos y, más tarde o más temprano, saldrá de ella la suerte  que nos obligará  a embarcarnos hacia el destierro eterno.

A sí mismo
El hombre rico no descansa. Para construirse un palacio ordena a sus obreros que precipiten al mar moles de piedra y explanen la colina, ¡hay! pero no conseguirá con ello que el temor  y los cuidados se queden  en el valle, ya que ellos suben al mismo tiempo  que él y no se apartan  de su lado cuando navega  ni cuando cabalga. Detrás del jinete marcha sentada  la sombría Cuita.  Así es que yo me digo, que si es cosa clara que ni el mármol frigio ni el uso de esa púrpura tan encendida como el fuego, ni la vid de falerno, ni el perfume de Persia, son capaces de mitigar  el dolor de quien lo sufre, ¿para qué habré de esforzarme  y afanarme en levantar un atrio fabuloso sobre suntuosas columnas , si con ello no he de conseguir  otra cosa que alimentar la envidia ajena?¿Por qué habría de cambiar, pues, mi vida  sencilla,  por opulencias que no harían más que embarazarme?

Marco Aurelio en la filosofía

Marco Aurelio (121-180), emperador romano

Marco Aurelio, Pensamientos
Prólogo, traducción y notas de  de Antonio Gómez Robledo
Coordinación de Humanidades
Universidad Nacional Autónoma de México
1992


Marco Aurelio no quiere dar lecciones de moralidad ni ser el pedagogo de nadie. Sus reflexiones son para  él mismo. Se pregunta: “En qué empleo en este momento mi alma. De quién es el alma que tengo ahora. ¿Será la de un niño, la de un mancebo, la de una mujerzuela, la de un tirano, o por ventura la de un jumento o de una fiera?”

No obstante, leer a Marco Aurelio llena dos necesidades del humano: conocer (conocer una manera de pensar) y una guía para la vida. Antonio Gómez Robledo apunta, citando a Cicerón: “La filosofía no es, o no tan sólo, una visión intelectual del mundo, sino ante todo una guía  de la vida y la conducta humana”.

Antes de referirse a la razón, a los dioses,  a la actitud de la gente y en general a cosas de la vida de que hablan los filósofos,  Marco Aurelio nos recuerda que esta vida se va. Tiene por lo tanto  que cuidar vivir, bien, el día de hoy. Cada día restamos un día a nuestra permanencia en este planeta.  El emperador-filósofo no conoció los síntomas de la extrema vejez pues murió a los  59 años de edad (121-180). Aun así logró una observación aguda  de la vida. Porque  es el caso que, llegado el momento, no nos vamos tan frescos como cuando llegamos. Mucho antes  del último año vamos experimentando un deterioro y está lo que ahora conocemos como Alzheimer: “En cuanto comenzamos a chochear…y examinar si no habrá llegado la hora de abandonar este mundo... Hay que darse prisa, por lo tanto, y no solo porque a cada instante nos aproximamos a la muerte, sino porque perdemos antes de morir la capacidad de comprender las cosas y de seguirlas con atención.


Dice que los grandes sueños  en los que se entretiene los hombres (y las mujeres) acaban en humo. Hace mención a los piojos de dos patas. Marco Aurelio no quiere pasar como el más grande de los escépticos, pero con el ánimo que no perdamos el tiempo en jueguitos, inventados por la fama presente, o por la gloria a posteriori, y en cambio aprovechemos  este día, nos ofrece la siguiente reflexión: “Hipócrates, habiendo curado a muchos enfermos, enfermó él mismo y murió. A muchos predijeron la muerte los caldeos, y en ellos a su vez hizo presa  el destino. Alejandro, Pompeyo y Cayo Cesar,  habiendo arrasado tantas ciudades y destrozado en el campo  de batalla a tanta miríadas de infantes y caballeros, al fin ellos mismos salieron  de esta vida. Heráclito, después de haber disertado interminablemente sobre la conflagración del mundo, murió hidrópico y untado de estiércol. Demócrito murió comido de piojos, y a Sócrates, fueron otros piojos los que lo mataron.”

La obra filosófica del emperador Marco Aurelio  la conocemos gracias a los monjes medievales que formaron dos códices de sus pensamientos, el Vaticanus y el Palatinus.

En su momento, Marco Aurelio fue implacable con la secta de los cristianos. Bajo su mandato  la locura romana  no se conformaba con matar a los seguidores de Cristo sino que entregaba sus cuerpos como alimento de las fieras. Irónicamente a los frailes se debe,  de alguna manera, la conservación de la obra literaria del emperador. Más tarde, cuando el cristianismo dejó de ser perseguido y pasó a ocupar un lugar  cerca del trono romano de Bizancio, mucho del mundo pagano  fue arrasado y en su lugar se puso  lo cristiano.

 Entonces se dio  el fenómeno que se repetiría  en el siglo dieciséis en México  y el  continente indoamericano. Primero fue arrasado por los españoles y sus indios aliados y, acto seguido, los frailes inmediatos a la conquista, se dieron a la  ingente tarea  de rescatar  cuanto les fue posible del mundo destruido, al estilo de fray Bernardino de Sahagún y fray Diego Durán. Merced a esa irónica doble labor de la Iglesia católica, de destructora y rescatadora, al menos en lo que corresponde  a las concordancias morales, conocemos  los pensamientos de Marco Aurelio. Fue una concordancia  fundamental entre el estoicismo greco-romano y el cristianismo.

De ser un convencido defensor del universo religioso de la antigüedad, Marco Aurelio va dirigiéndose hacia el pensamiento racionalista: “En el siglo de las luces, sin embargo, así como en el que le sigue, la prospectiva o enfoque  cambia por completo, porque al paso que la Iglesia lo va dejando de lado, el pensamiento racionalista  se apodera con creciente entusiasmo de Marco Aurelio, en quien ven sus adeptos la revelación de la razón pura, de frente al silencio eterno de Dios y de los dioses.” Sin embargo Marco Aurelio nunca derribó el puente que unía a los dioses con el pensamiento lógico: “En la ciudad para los dos hay lugar”.

Marco Aurelio está consciente que los hombres sabios no necesitan de ninguna orientación moralizadora. Pero es la cuestión que  en el mundo nacen tantos humanos,  cada media hora,  que ni escuelas laicas ni templos religiosos son suficientes para proporcionar  la mínima información de qué se trata la vida civilizada. De ahí que en las calles  de la ciudad,  en las oficinas, en los talleres, en la universidades, los sindicatos y en los partidos políticos, sea frecuente encontrar seres que todavía  viven  en perpetua  guerra neandertálica: “La moral media no se dirige a los hombres  perfectos ni sabios en grado eminente, sino aquellos en quienes lo mejor  que podemos hacer  es suscitar en su espíritu cierta imagen o simulacro de la virtud.”

Insiste en que es necesario vivir la vida, pues de esa manera  dicen los poetas a lo que los filósofos llaman devenir. Moverse en lo individual de tal modo que impacte  positivamente a la sociedad. Porque podemos estar juntos pero peleándonos. Laicidad y religiosidad son insuficientes para proporcionar orientación educadora a los, en la actualidad, seis mil millones de humanos. Pero si laicidad y la religiosidad se la pasan peleándose mutuamente, significa que sus mejores esfuerzos no se dirigen hacia  el erial: “Hemos nacido, en efecto, para colaborar entre nosotros, como lo hacen los pies, las manos, los parpados y las hileras de dientes, los superiores y los inferiores. Actuar como adversarios entre nosotros, es, pues, contra la naturaleza, como lo son la ira y la aversión.”

 Pero vivir la vida no quiere decir, según marco Aurelio, desbocarse y morir como caballo hiperactivado.La actividad de los atletas, de los corredores, son la perfecta metáfora  de la vida. Unos corren por la salud, para vigorizar sus músculos, pulmones, oxigenar el cerebro y fortalecer  el corazón.  Otros corren tan desaforados que se lesionan y acaban  antes que aquellos. Todos acabaremos la carrera de la vida. Pero hay modos inteligentes de recorrer el sendero.

La vida más vulgar, la más humilde, puede(¡no puede, es!) ser un  cofre lleno de diamante para los que  están sentenciados a muerte. Ya sea por las leyes de los hombres o por alguna enfermedad terminal. No soy consciente que aun el indigente que veo dormir en la calle, con una mugrosa cobija llena de piojos, ese también tiene el mismo inmensurable valor. ¡Tiene vida por delante! Se tiene conciencia de esto cuando se está en una situación de frontera. O por determinadas elecciones libres como escalar montañas, cruzar desiertos, los limpia ventanas en los altos edificios, los toreros o los militares en combate.

El aficionado pistolero de la película  Los Imperdonables (The Unforgiven,1992,Clint Eastwood)  lloraba al recordar al hombre que acababa de quitarle la vida. William Munny, el pistolero veterano, le dice que cuando  un hombre muere  no sólo se le quita la vida hasta el presente, sino también la vida que pudo haber vivido.

De los compañeros de escalada, que murieron en la montaña, siempre nos preguntamos ¿cómo serían ahora, cómo vivirían, tendrían familia,hijo, nietos...?

Marco Aurelio llama a  la reflexión: “Ponte a pensar, por ejemplo, en los tiempos de Vespasiano, y verás que sucedía lo mismos que hoy: gentes que se casan, crían hijos, enferman y mueren, hacen la guerra, celebran fiestas, trafican, cultivan la tierra, lisonjean,  son arrogante,  suspicaces, arman celadas y desean la muerte  de otros, murmuran del actual estado de cosas, aman, atesoran, ambicionan el consulado y el imperio.  De la vida de esas gentes no queda nada en parte alguna.”

Once vías de escalada en el cerro Chiquihuite

Plano del norte de la ciudad de México a partir de la Basilica de Guadalupe
Acercamiento del flanco oriental del Chiquihuite y la colonia La Presa

El Chiquihuite es una montaña que forma parte de la Sierra de Guadalupe, en el  norte de la ciudad de México. Su altitud es de 2,500 m. La altura de sus paredes, en el flanco oriental, tiene un promedio de 50 metros. Fue explorada y escalada en la década de los años cincuentas del siglo pasado.

En el principio era una región desierta. A partir del acueducto que va de Indios Verdes  a Ticomán –Tenayuca, era introducirse en el paisaje desconocido para los escaladores. Tres lustros más tarde la colonia La Presa había trazado ya  sus calles, que en su mayoría, al menos las originales, llevaban nombres de clubes alpinos vigentes en esos días. Se dio el fenómeno que en la medida que la colonia se extendía, y remontaba la ladera, hacia la base de las paredes, los escaladores empezaron a retirarse del lugar.
Manuel García, en la "llave" de la vía Whymper

En el principio se creyó que este fenómeno se debía a la proximidad de la gente. Lo que sucedió fue que, a la sazón, aparecieron en la ciudad  los gimnasios en los que se practicaba la escalada. Estos gimnasios  estaban a la vuelta de la calle. Se podía llegar a ellos en unos minutos. De esa manera el Chiquihuite quedaba ya demasiado lejos. Así fue como muchos  escaladores empezaron a perder  contacto con el aire, la lluvia, el frío, el viento, el hambre, el calor, la sed, la luz, la noche y el cielo.

En este espacio ofrecemos once fichas técnicas. Rutas abiertas por nosotros, según consta en el pie de cada foto, así como su fecha de apertura.

Pero sólo es el diez por ciento de la potencialidad alpina que contiene este flanco. Los escaladores de las nuevas generaciones tienen todavía mucho terreno nuevo  para la exploración vertical.

Es terreno casi nuevo   para la escalada horizontal. Realizamos algunas travesías pero no hicieron escuela. Era una idea adelantada al tiempo (al estilo de nuestra escalada La Transversal, de la pared norte de El Abanico, en el Popocatepetl).Los escaladores seguían pensando aun  en el desarrollo clásico base- cumbre.

 Estas once fichas fueron publicadas en el libro Alpinismo Mexicano, Editorial ECLALSA, 1972.


Valle de México y la ubicación de la Sierra de Guadalupe

La enfermedad inventada, según Schopenhauer

El mundo como voluntad y representación
Arturo Schopenhauer
Primera edición: 1818
 Primera edición  en la Colección Sepan cuantos...Editorial Porrua, México: 1983
 Libro Cuarto

Arrepentirnos de algo que hemos hecho tiene ecos para todos los años que nos quedan de vida. Nos lleva al remordimiento:” La causa de nuestros dolores  como de nuestras alegrías  no reside casi nunca  en el momento presente, sino que dimana de razonamientos abstractos.” Acorralado por los acontecimientos, Wallenstein, el experimentado guerrero, Schiller le hace decir: “A quien temo es al insensible  enemigo que se alza  contra mí en la conciencia de los hombres.”

 El remordimiento nos lleva al dolor. Pero nos arrepentimos no por lo que hicimos sino porque el hecho cometido nos conduce a un conocimiento más profundo de nosotros mismos, como voluntad: “El remordimiento que nos produce  el recuerdo de una acción pasada no es el arrepentimiento. Es el dolor que el conocimiento de nosotros mismos como voluntad nos hace  experimentar,  y se basa precisamente  en la convicción  de que la voluntad  es siempre la misma.”

Un ejemplo casero: Después de una comilona nos arrepentimos de haber comido en exceso,  pero  no por el exceso de comida ingerida, sino por el descubrimiento que somos tragones. Este descubrimiento, propio, es el problema.  Nos arrepentimos pero eso no quiere decir que no lo volveremos a hacer. El sobrepeso y la obesidad,  que a diario matan a media humanidad, son una confirmación que nos arrepentimos pero que de todas maneras lo volvemos a hacer, una y otra vez.

Sea lo que sea, nosotros no vamos  a cambiar nuestra voluntad. Los milagros pedagógicos y los libros de autoayuda, dicen bonitamente  que es posible. Schopenhauer dice que es como querer cambiar nuestra estatura o la forma de nuestras orejas... El que más cerca está para convencernos, que podemos cambiar, es el que nos pide limosna. Un segundo después nos convencemos que lo único  que cambio de manos  fue el dinero.

Con disposición  pedagógica  podemos meter en la licuadora estos tres elementos de remordimiento, arrepentimiento y conocimiento, de nosotros mismos pero, al final, nada cambiará nuestra esencia, que es la voluntad: “Si ésta cambiase y el remordimiento  no fuese más que arrepentimiento, se anularía a sí propia. Lo pasado no podría producirnos angustia  porque revelaría una voluntad  que ya no eran la nuestra.”

Si esto es un determinismo pregúntenselo a Cuvier o a Darwin. La estatura  alta o chaparra se “ve obviamente” pero de la voluntad se duda que sea tan determinante. O que acaso exista. En un siglo en el que el amor se explica mediante fórmulas químicas, la huida  puede llamarse “Ratilín”,  así se llamaba, en tiempos del movimiento hipi, el avión que se evadía   entre las nubes, muy lejos de la tierra, para no ver lo feo de este planeta.


Si se diera  el milagro pedagógico,  como apunta Schopenhauer, y el arrepentimiento, el remordimiento y el conocimiento, nos cambiaran, seríamos otros. Y en este caso ya no nos llegaría el recuerdo de aquella acción. Pero como esa acción, que nos reveló cómo somos, nos acompañará hasta el último día de nuestra vida, quiere decir que nunca cambiamos. Que siempre fuimos como somos, como voluntad: “El arrepentimiento es siempre la rectificación de un conocimiento  y no un cambio de la voluntad, lo que sería imposible.”

En la imposibilidad de cambiar como somos, y por lo tanto de cambiar lo que hicimos, buscamos la manera de evadirnos de ese recuerdo. Es entonces cuando inventamos una enfermedad física, real e inmediata,  para evadirnos del abstracto: “los tormentos morales  llegan hasta hacernos  insensibles el dolor físico, y bajo la presión de dolores intelectuales  extraordinarios provocamos intencionadamente  otros físicos para sustraer nuestra atención a aquellos.”


Pero en el supuesto que no se inventara un mal físico, la situación moral, silenciosa, anónima,  también destruye: “ las pasiones y las preocupaciones, que también son juegos  del pensamiento, destruyen el cuerpo antes que los males físicos.”

 En esta intención hay grados de evasión. Desde la “normal” aceptada por la sociedad, como ver mucha televisión (patología del voyerismo de tanto ver vidas ajenas en las telecomedias), o el alcoholismo (patología del Club de Tobi), como los casos extremos de algunas locuras.

Recientemente la ciencia médica ha emprendido la lucha por rescatar al individuo del Alzheimer. Que no se vaya: “¿Cómo se llama usted, a qué fruta corresponde este olor, qué día es hoy, cómo empieza el tango Volver…?”

Jesús y Nietzsche hacen desesperados esfuerzos porque el individuo se conozca, que no huya  hacia otros planos, otras dimensiones, no se borre, no invente enfermedades inmediatas para evadir el abstracto. “Vete y no peques más”. No le dijo que ya era una mujer nueva. Le dijo que ahora ella misma  ya se conocía. Nietzsche sí habla de un hombre nuevo, pero con relación a lo que el actual  puede irse degradando, huyendo, inventando enfermedades, empastillándose, borrándose entre el humo… Schopenhauer lo dice directamente: la esencia del hombre es la voluntad  y esta no cambia.

Como el pasado ya se fue y con él la posibilidad de restaurar absolutamente  nada, es por lo que Schopenhauer nos recuerda que estamos en el presente, y que hay que cuidarlo porque dentro de una décima de segundo ya también será pasado.  Y del presente nos damos cuenta hasta que ya pasó: “ Y como nada de esto conocemos de antemano sino sólo a posteriori, debemos trabajar y luchar durante nuestra existencia  temporal a fin de que  el conjunto de nuestros actos  sea propio para tranquilizarnos  lo más posible  y no para angustiarnos.”

Aurora, de Nietzsche



Tratamiento dialéctico, y equitativamente balanceado en las notas, es lo que requiere todo trabajo de historia. Fuera de esto  sólo es un panfleto de partido, o secta literaria ,instrumento de desinformación,dice Nietzsche en Aurora. No es historia,es puro periodismo.


 Aun el Antiguo Testamento, en opinión de Benito  Spinoza, no se salva  de esos   lirismos humanos. A tal punto que se ve impulsado a escribir respecto del  mencionado libro: "si ocurre algún acontecimiento contrario a las leyes naturales o que absolutamente no puede deducirse de ellas,entonces hay que creer que fue agregado a la Sagrada Escritura por alguna mano sacrílega." (Tratado Teológico-Político). Y, si eso sucede con los textos sagrados...

Contaremos lo que nos hicieron y callaremos lo que hicimos,según nuestros intereses actuales,parece ser la divisa de los trabajos de historia que circulan por el planeta. "Es una forma básica del engaño histórico el que una época introduzca,por ejemplo,los valores propios en el conjunto de valores de otra época más antigua." apunta Max Scheler en el capítulo segundo de su Ética.

 Descrédito de la historia. Esta es la opinión de Novalis, el alemán que escribió, hace siglos,  Enrique de Ofterdingen. Es la opinión de Norman Mailer, el judío estadounidense que escribió la gran novela Los desnudos y los muertos.

Y es la opinión de Federico Nietzsche,  en Aurora: “ Lo que se llama historia  universal, no es más que la exposición de las opiniones presuntas  acerca de acontecimientos presuntos  también, que a su vez han dado origen  a opiniones y hechos  cuya realidad se evapora  inmediatamente  y no obra más que como un vapor . Es un continuo parto de fantasmas  entre las espesas nubes  de una realidad impenetrable. Todos los historiadores  refieren cosas que no han existido  más que si acaso en la imaginación…  Lo que se llama historia universal no es más que el ruido que se ha armado  alrededor de algunos hechos.”

Zaratustra pugna por un hombre superior. En Aurora dice que esto no puede ser. Al menos se contradice.  El humano, asegura,  no puede evolucionar más allá   de lo que ya es. Hasta teme que regrese a estados inferiores. Quiere decir concretamente que no puede darse el brinco de lo humano al espiritual para vivir en la eternidad:

 “Cualquiera que sea el grado de superioridad que pueda alcanzar la evolución humana no hay para ella medio de pasar  a un orden superior, como la hormiga u otro insecto. Terminada su carrera terrestre, no entran en la eternidad ni van a reposar en el seno de Dios. El devenir arrastra detrás de sí lo que fue en el pasado. ¿Cómo había de hacerse una excepción de ese eterno espectáculo  por un pequeño planeta  y una mísera especie de ese planeta?”

Malcom Lowry, en su  novela, Bajo el Volcán,  mueve a sus personajes  en la dinámica   de su egoísmo etílico que encontramos en Aurora.  La embriaguez se  trata de una gran metáfora. 

Nietzsche dice que hay hombres que en estado de embriaguez consideran que están viviendo en su verdadero yo y que en estado “normal”, en cambio,  son conflictivos, se sienten míseros y cizañosos: 

"Los hombres que tienen  instantes de sublime  arrobamiento  y que en estado normal, por efecto del contraste  y del desgaste de sus fuerzas nerviosas, se sienten míseros y desconsolados , consideran aquellos momentos  como la  verdadera manifestación de sí mismos, de su yo, y la miseria y desolación, por el contrario, como efectos del no-yo. Por eso abrigan sentimientos  de venganza hacia lo que les rodea, hacia su época y hacia su mundo entero. La embriaguez es para ellos la verdadera vida  y el yo verdadero, en lo demás sólo ven adversarios e impedidores de la embriaguez  espiritual, de cualquier especie que sea, moral o religiosa  o artística.”

Nietzsche alerta sobre la patología de la soledad   al referirse, en el versículo 54, del Libro Primero, sobre le enfermedad inventada. En fecha reciente (mayo del 2011) el Instituto para la Atención   de los  Adultos Mayores,  en el Distrito Federal, México, publicó una revista que  trae en su portada el ilustrativo título: “¿Pastillas? Sólo las necesarias”. 

Se refiere a la polifarmacia que, con cada vez más frecuencia, acostumbra ingerir la gente, en especial los adultos. Es necesario buscar la manera de no incrementar la tensión existencial de la gente, dice.

 Sobre todo en un mundo donde la nota roja vende y ocupa los titulares de los más connotados diarios y canales televisivos,  día tras día. Nietzsche aquí es muy positivo,comprensivo para los que sufren: 

“Tranquilizar la imaginación  del enfermo para que las cavilaciones  sobre su enfermedad  no le hagan padecer  más que la enfermedad misma, creo que es algo. ¡Y no poco! ¿Comprenden nuestra misión?”

Los orígenes del cristianismo son un tema insoslayable para Nietzsche. Piensa que el cristianismo existe no porque Jesús haya muerto en la cruz  para redimir  los pecados  de la humanidad, sino porque  Pablo odiaba, casi hasta la locura,   la ley judía.

Nietzsche, al igual que para Kierkegaard , la tradición luterana  familiar  se hace presente  y pierde objetividad (dialéctica) histórica al referirse  al cristianismo católico romano.

Centra su punto de vista en la figura de Pablo, el apostol-estandarte de los cristianismos liberales. Dice que la destacada  actividad de  este apóstol fue motivada no por su convencimiento de seguir al Cristo.  Sobre todo por su enorme fastidio que en el fondo sentía por la ley. 

Su disciplinada fidelidad del principio, al Sanedrín, se trastocó  de pronto ( camino a Damasco) al ver la oportunidad   de rebelarse y adherirse al movimiento que empezaba: “Sin esa historia singular, sin las turbaciones y las tempestades de ese espíritu , de una alma semejante, el mundo cristiano no existiría, apenas habríamos  oído  hablar  de una obscura  secta  judía cuyo maestro murió en la cruz…  ¡Cuánto la odiaba (a la ley)!¡qué rencor sentía  hacia ella!¡como se puso a buscar  por todos   lados  para hallar  un medio de aniquilarla!”

Lo suyo de Nietzsche es la cultura de la Helade. Sin embargo su tradición familiar luterana le hace perder de vista que el cristianismo tiene el noventa por ciento de griego y sólo el diez por ciento de judío. 

No es un absurdo mencionar que el cristianismo más parece un neo socratismo. Al leer a Plotino, el último de los filósofos  griegos “paganos”, da la impresión que se está leyendo a los apóstoles cristianos. El mismo San Agustín vivió mucho tiempo dentro de la filosofía pagana antes de decidirse por el cristianismo.

La presión social me obliga a usar teléfono celular. De otro modo soy un ser obsoleto. O colgarme al cuello  una corbata color amarillo con puntos  negros si eso está de moda. O pantalones acampanados, como los de los marineros o tener  el automóvil del año, aunque mi carrito de los  años setentas todavía esté bastante cuidado. Necesito   hablar en las tertulias  de mis  viajes a las mesas de apuestas en   Las Vegas…

 En el Libro Segundo Nietzsche dice que: “hay que reducir todos nuestros actos a modos de apreciar las cosas. Nuestras apreciaciones o nos son propias o son adquiridas. Estas últimas son las más numerosas. ¿Por qué las adoptamos? Por temor. Es decir: porque nuestra prudencia nos aconseja aparentar tomarlas por nuestras  y nos habituamos a esta idea, de modo que acaba por convertirse en una segunda naturaleza.”

Al final del libro añade que: “No son las cosas  las que han perturbado de tal modo a los hombres, sino las opiniones  que se han formado de cosas que en realidad no existen.”

Les damos una importancia, a las cosas,  tal que de no poseerlas nos suben los triglicéridos, se nos declara la diabetes o nos arrojamos a las ruedas del metro. O si no somos tan valientes   adquirimos una neurosis de pronósticos reservados. Una psicosis maniático-depresiva que ahora amablemente la ciencia médica señala como "trastorno bipolar", reír a carcajadas o llorar a a gritos casi sin transición.

 En el pueblo,mas naturales, dicen que nos enfermamos de bilis a tal grado que los ojos se nos ponen amarillos. Y, como las bolas de billar, chocamos por todos lados.

 Nietzsche cierra esta obra de la siguiente manera: “Hay que tomar las cosas más alegremente de lo que merecen, principalmente porque las hemos tomado en serio  durante mucho tiempo.”

Justificación de la página

La idea es escribir.

El individuo, el grupo y el alpinismo de un lugar no pueden trascender si no se escribe. El que escribe está rescatando las experiencias de la generación anterior a la suya y está rescatando a su propia generación. Si los aciertos y los errores se aprovechan con inteligencia se estará preparando el terreno para una generación mejor. Y sabido es que se aprende más de los errores que de los aciertos.

Personalmente conocí a excelentes escaladores que no escribieron una palabra, no trazaron un dibujo ni tampoco dejaron una fotografía de sus ascensiones. Con el resultado que los escaladores del presente no pudieron beneficiarse de su experiencia técnica ni filosófica. ¿Cómo hicieron para superar tal obstáculo de la montaña, o cómo fue qué cometieron tal error, o qué pensaban de la vida desde la perspectiva alpina? Nadie lo supo.

En los años sesentas apareció el libro Guía del escalador mexicano, de Tomás Velásquez. Nos pareció a los escaladores de entonces que se trataba del trabajo más limitado y lleno de faltas que pudiera imaginarse. Sucedió lo mismo con 28 Bajo Cero, de Luis Costa. Hasta que alguien de nosotros dijo: “Sólo hay una manera de demostrar su contenido erróneo y limitado: haciendo un libro mejor”.

Y cuando posteriormente fueron apareciendo nuestras publicaciones entendimos que Guía y 28 son libros valiosos que nos enseñaron cómo hacer una obra alpina diferente a la composición lírica. De alguna manera los de mi generación acabamos considerando a Velásquez y a Costa como alpinistas que nos trazaron el camino y nos alejaron de la interpretación patológica llena de subjetivismos.

Subí al Valle de Las Ventanas al finalizar el verano del 2008. Invitado, para hablar de escaladas, por Alfredo Revilla y Jaime Guerrero, integrantes del Comité Administrativo del albergue alpino Miguel Hidalgo. Se desarrollaba el “Ciclo de Conferencias de Escalada 2008”.

Para mi sorpresa se habían reunido escaladores de generaciones anteriores y posteriores a la mía. Tan feliz circunstancia me dio la pauta para alejarme de los relatos de montaña, con frecuencia llenos de egomanía. ¿Habían subido los escaladores, algunos procedentes de lejanas tierras, hasta aquel refugio en lo alto de la Sierra de Pachuca sólo para oír hablar de escalada a otro escalador?

Ocupé no más de quince minutos hablando de algunas escaladas. De inmediato pasé a hacer reflexiones, dirigidas a mí mismo, tales como: “¿Por qué los escaladores de más de cincuenta años de edad ya no van a las montañas?”,etc. Automáticamente, los ahí presentes, hicieron suya la conferencia y cinco horas después seguíamos intercambiando puntos de vista. Abandonar el monólogo y pasar a la discusión dialéctica siempre da resultados positivos para todos. Afuera la helada tormenta golpeaba los grandes ventanales del albergue pero en el interior debatíamos fraternal y apasionadamente.

Tuve la fortuna de encontrar a escaladores que varias décadas atrás habían sido mis maestros en la montaña, como el caso de Raúl Pérez, de Pachuca. Saludé a mi gran amigo Raúl Revilla. Encontré al veterano y gran montañista Eder Monroy. Durante cuarenta años escuché hablar de él como uno de los pioneros del montañismo hidalguense sin haber tenido la oportunidad de conocerlo. Tuve la fortuna de conocer también a Efrén Bonilla y a Alfredo Velázquez, a la sazón, éste último, presidente de la Federación Mexicana de Deportes de Montaña y Escalada, A. C. (FMDME). Ambos pertenecientes a generaciones de más acá, con proyectos para realizare en las lejanas montañas del extranjero como sólo los jóvenes lo pueden soñar y realizar. También conocí a Carlos Velázquez, hermano de Tomás Velázquez (fallecido unos 15 años atrás).

Después los perdí de vista a todos y no sé hasta donde han caminado con el propósito de escribir. Por mi parte ofrezco en esta página los trabajos que aun conservo. Mucho me hubiera gustado incluir aquí el libro Los mexicanos en la ruta de los polacos, que relata la expedición nuestra al filo noreste del Aconcagua en 1974. Se trata de la suma de tantas faltas, no técnicas, pero sí de conducta, que estoy seguro sería de mucha utilidad para los que en el futuro sean responsables de una expedición al extranjero. Pero mi último ejemplar lo presté a Mario Campos Borges y no me lo ha regresado.

Por fortuna al filo de la medianoche llegamos a dos conclusiones: (1) los montañistas dejan de ir a la montaña porque no hay retroalimentación mediante la práctica de leer y de escribir de alpinismo. De alpinismo de todo el mundo. (2) nos gusta escribir lo exitoso y callamos deliberadamente los errores. Con el tiempo todo mundo se aburre de leer relatos maquillados. Con el nefasto resultado que los libros no se venden y las editoriales deciden ya no publicar de alpinismo…

Al final me pareció que el resultado de la jornada había alcanzado el entusiasta compromiso de escribir, escribir y más escribir.

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